Cómo se adaptó una escuela a la suspensión de las clases presenciales

Sin dudas estamos viviendo una situación sin precedentes para toda la humanidad, en la que cada uno hizo lo mejor que pudo con lo que tenía. Fue una sorpresa que nos obligó a cambiar rutinas, reinventarnos y a desaprender para aprender con lo que la vida nos presentó. Lo mismo sucedió dentro de la comunidad educativa del colegio, de un día a otro tuvimos que convertir nuestras casas en aulas, para así llegar a nuestros alumnos con la meta de humanizar la pantalla.

Como colegio tuvimos que ser capaces de estar presentes, con responsabilidad, recurriendo a todo lo aprendido en el camino que veníamos transitando de innovación educativa (Nazaret Global Education). Escuchando nuevas propuestas, pensando en el presente y con la mirada en el futuro. Por eso, esta situación inédita nos encontró preparados para trabajar con entornos virtuales pudiendo así sacar aún más provecho de las herramientas educativas como Google Education, Ticmas, los programas de Tekman, entre otros tantos recursos que utilizamos en nuestro día a día.

La educación debe en toda circunstancia priorizar al alumno y preguntarse qué es lo mejor para él y su familia, apuntando al bienestar emocional cómo primer paso para llegar a aprendizajes significativos.

Y tuvimos muchos más retos, pensar diferentes estrategias para que todas las familias tengan las mismas posibilidades, para asegurarnos que todos los docentes puedan trabajar en la virtualidad, facilitando equipos, reorganizando horarios, planificaciones, nuevas formas de evaluar, etc. Siempre escuchando a las familias, docentes y diseñando un aprendizaje para que el alumno pueda autodirigirse.

Esta pandemia nos ha llevado como colegio a repensar las grandes transformaciones que tenemos por delante.

Redefinir lo esencial de los contenidos trabajándolos por medio de proyectos, con actividades sincrónicas (zoom) y asincronicas (classroom, sites).

Fue un primer cuatrimestre de muchos cambios, pruebas y errores, de crecimiento, de puesta en marcha junto a todo el personal docente y no docente, directivo y administrativo. Hoy podemos decir que, no sólo hemos podido asegurar la continuidad pedagógica en nuestra institución, sino que hemos podido ver las valiosas oportunidades que este desafío nos plantea.

Desarrollar competencias y habilidades en nuestros alumnos que puedan aplicar en la vida. Profundizar sus valores y virtudes como la empatía y la resiliencia. Trabajar con ellos la gestión de emociones en un contexto inédito. Hoy enfrentamos un segundo cuatrimestre con nuevos desafíos y propuestas innovadoras como son los workshops, recreos virtuales y nuestra llamada “Talendemía” (Talentos en pandemia) pero, sin duda, más preparados, con mayor seguridad y agradecidos con el compromiso de nuestra comunidad y orgullosos de los logros de nuestros alumnos.

Por Claudia García Vozzi - Directora general Colegio Estrada Don Torcuato