
Tras un año de fuerte sequía que tuvo un dramático impacto en las reservas de dólares del Banco Central, el sector agroexportador se prepara para la próxima cosecha con estimaciones que revierten ese drástico resultado pero que ahora se ven amenazadas por la ola de calor y la falta de lluvias.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario advirtieron ayer que el escenario para este año es sensiblemente mejor respecto del 2023 pero las perspectivas extraordinarias que se esperaban en términos de volumen se moderan rápidamente en tanto no se normalicen las condiciones climáticas. Esa nueva realidad se combina con la caída de los precios de las materias primas, incluyendo la soja, que en términos promedio cayeron 16% en los últimos seis meses. “Sucedió lo que nadie quería que sucediera. Se instaló un centro de presión de aire caliente en el centro de la región pampeana, con varios días de temperaturas extremas. Había muy buenas expectativas, con un panorama muy prometedor, con niveles récord de cosecha. Pero hoy vemos que se está desplomando la condición de los cultivos”, advirtió Cristian Russo, analista de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Según afirmó, en la región núcleo, la pérdida potencial de en la cosecha de la denominada soja de primera va del 10% al 30%, tras 10 días de fuertes temperaturas y dependiendo el regreso de las precipitaciones hacia el fin de esta semana.”Lamentablemente vemos que se están desmoronando los rindes esperables tras el estrés térmico al que fueron sometidos los cultivos”, agregó el experto de la entidad rosarina.
Al mismo tiempo, la caída de precios complementa el empeoramiento del panorama ya que resta competitividad al tipo de cambio que, junto con el ajuste fiscal, el equipo económico pretende implementar como ancla inflacionaria. Según los cálculos de la consultora financiera Aurum Valores, el tipo de cambio real ya se encuentra en el mismo nivel tras la devaluación de agosto último (a $350 en ese momoento). Desde esa fecha, aportó, los precios de las materias primas agropecuarias, parte de los “fundamentals” del tipo de cambio real de equilibrio, cayeron 16 por ciento. “De seguir con crawling de 2% en febrero, la competitividad del peso se erosionará aún más rápido que con Massa en septiembre de 2023, a menos que el dólar se deteriore a nivel global y ese efecto compense parte del deterioro de la competitividad cambiaria”, advirtió.
La desmejora en las proyecciones de la próxima cosecha son una pésima noticia para el Gobierno, que puso en marcha un plan económico de transición para llegar con relativa estabilidad a abril, precisamente cuando se prevé el ingreso de las divisas de la soja, fundamentales para recomponer las reservas del Central. En cualquier caso, también vale resaltar, la situación dista de revestir la gravedad de lo ocurrido el año pasado cuando las exportaciones agroindustriales cayeron 35,8% a raíz de la sequía y la baja de precios internacionales.

De acuerdo a una reciente publicación de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), las cadenas agroindustriales (CAI) generaron USD 38.835 millones, USD 20.680 millones menos que en 2022. “El 2023 fue un año difícil para las exportaciones en Argentina: en total cayeron 24,5%, mientras que en las CAI la caída fue del 35,8%, habiendo generado en total US$ 38.835 millones en 2023, US$ 20.680 millones menos que en 2022″, explicó Nicolle Pisani Claro, economista de FADA, en referencia al dato que se desprende del Monitor de Exportaciones Agroindustriales.
Según el informe, las perspectivas de las exportaciones para el año en curso son “neutras en términos de demanda internacional; positivas en competitividad cambiaria; positivas en oferta exportable; y negativas en precios”. En este sentido, David Miazzo, economista jefe de FADA, afirmó que se puede “esperar un 2024 con mayor nivel de exportaciones respecto a 2023, generado por la tracción de los granos, aunque con menor valor que 2023 a causa de los precios”.
“Con estas perspectivas, se podría estimar que las exportaciones de las CAI alcancen un valor entre USD 50.000 millones y USD 55.000 millones en 2024, unos USD 15.000 millones por encima del nivel de 2023″, analizó. Por otra parte, FADA analizó la cuestión impositiva en las CAI, sobre lo que marcó que “el 89% de lo recaudado por AFIP en Derechos de Exportaciones viene de las CAI, y ese impuesto no es coparticipable a las provincias, sino que es trabajo y recursos que se generan a lo largo y ancho del país y que quedan en el Estado nacional”, precisó Miazzo.
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