Entrevista a Faustino Asprilla, personaje clave de la final Boca-Palmeiras del 2000: sus particulares negocios y una confesión sobre River

El legendario delantero colombiano, figura en aquel Verdao, terminó fallando un penal ante Óscar Córdoba, héroe de la serie. Hoy comentarista y empresario del campo en su país, analiza la llave de Copa Libertadores y recorre su carrera

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Tino dejó el fútbol a los 33 años. En Argentina pasó por Estudiantes de La Plata (EFE/Leonardo Muñoz/Archivo)
Tino dejó el fútbol a los 33 años. En Argentina pasó por Estudiantes de La Plata (EFE/Leonardo Muñoz/Archivo)

De aquella final de la Libertadores 2000 que Boca le ganó al Palmeiras en Brasil se recuerda, sobre todo, los penales que Oscar Córdoba le tapó en la serie final a Faustino Asprilla y a Roque Junior, el remate final de Jorge Bermúdez, la frase de Felipe Scolari que Carlos Bianchi usó para pegar en el vestuario y motivar a sus jugadores, y también el arbitraje de Epifanio González que tuvo una mala noche en San Pablo, no vio la falta en el área de Samuel a Asprilla y también le anuló mal un gol a Martín Palermo.

“Pienso que el árbitro nos perjudicó, creo que sí “, reconoció en su momento el Tino Asprilla. Hoy, con 53 años, el colombiano es panelista en un canal de televisión y recuerda cada vez que puede aquella serie trascendental que marcó un antes y un después en la historia entre el Xeneize y el Verdao. “Son partidos especiales por cómo salen a jugar ambos conjuntos y de la manera que se vive en los estadios. Es una rivalidad que se generó en el 2000 y sigue viva hasta el día de hoy”, evoca el ex futbolista.

El Tino Asprilla nació el 10 de noviembre de 1969 en Tuluá, en el Valle del Cauca, Colombia. De pequeño comenzó a jugar al fútbol en la Escuela Carlos Sarmiento de Lora, academia reconocida por la cantidad de jugadores formados allí y que debutaron en Primera División. Su principal objetivo era quedar en alguno de los dos equipos de Cali, el Deportivo o el América. Pero no pasó las pruebas en ninguno de los dos y es por eso que su carrera comenzó en el Deportivo Cúcuta.

A lo largo de su larga trayectoria pasó por varios equipos importantes de América y Europa. Luego del Cúcuta se fue a jugar al Atlético Nacional, uno de los equipos colombianos más reconocidos. Pero su mejor nivel se vio entre 1992 y 1999, cuando estuvo en el Parma de Italia, donde compartió plantel con Juan Sebastián Verón, Hernán Crespo y Abel Balbo. En el medio, tuvo un paso de tres años por el Newcastle inglés. Tras dejar el Viejo Continente, arribó al Palmeiras antes de pasar al Fluminense. Después, se fue al Atlante mexicano, Universidad de Chile, Cortulúa colombiano y se retiró en el año 2004 con la camiseta de Estudiantes de La Plata.

A todo esto, fue parte de la gran generación de futbolistas de su país de finales de la década de 1980 y comienzos de los noventa, junto a Carlos Valderrama, René Higuita, Freddy Rincón, Leonel Álvarez y Adolfo “el Tren” Valencia, que participó de los Mundiales de Estados Unidos 1994 y Francia 1998, marcando historia en su país de origen. También integró el seleccionado sub 23 que estuvo presente en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

Me hubiera gustado jugar en River. Tuve la posibilidad de hacerlo cuando estaba en el Parma, pero me vinieron a buscar del fútbol inglés y no pude negarme”, aseguró desde la capital bogotana. Su excéntrica vida personal le impidieron una carrera más exitosa y extensa. Colgó los botines a sus 33 abriles producto de sus lesiones de rodillas, según cuenta en un mano a mano con Infobae. “Mi cuerpo me lo pedía. A uno lo retira el físico, no la voluntad. Fue lo mejor que podría haber hecho, sino, no sé cómo hubiera terminado”, reveló el ex atacante colombiano que apenas disputó dos partidos en el Pincharrata.

Con el Parma marcó una época. Y jugó al lado de Juan Sebastián Verón y Abel Balbo, entre otrtas figuras (Imagen: @1913parmacalcio)
Con el Parma marcó una época. Y jugó al lado de Juan Sebastián Verón y Abel Balbo, entre otrtas figuras (Imagen: @1913parmacalcio)

- ¿Que es de su vida, Faustino?

- Vivo en Bogotá, tengo mi campo, trabajo en la ganadería y soy panelista en ESPN. Ya no juego más, salvo en algún evento con amigos que nos invitan, pero trato de cuidarme por salud. Estoy súper bien. Vamos, jugamos y el resto del día trabajamos. Veo mucho fútbol argentino, brasileño y del resto de Sudamérica.

- ¿Que le gusta del fútbol argentino?

- Es un juego muy aguerrido, de correr y meter, de mucho roce. Eso hace que no sea tan vistoso pero es más dinámico y directo. Siempre me gusta ver a River Plate, el mejor club de Argentina. Pero el equipo más difícil de Sudamérica es Palmeiras.

- ¿Que análisis hace del choque entre el Verdao y Boca por la revancha de la Copa Libertadores?

- Son dos equipos muy parecidos, que disfrutan del fútbol, que corren mucho. Boca no viene bien, es un equipo muy partido, aunque es copero y por eso tiene un plus. No sacó diferencias de local y ahora tendrá que ir a Brasil a enfrentar al mejor equipo de Sudamérica. La tendrá muy difícil Boca en San Pablo, se le va a complicar. Pero juega mejor de visitante que de local. Se vio eso ante el Verdao en La Bombonera y contra River el último domingo. Pero son muy similares ambos clubes en cuanto al juego. Palmeiras cuando saca un buen resultado de visitante no le interesa ganar de local, se conforma con el empate, espera que pase el tiempo y lo toma como una ventaja.

- ¿Qué recuerdos tiene de aquella final de la Libertadores entre Boca y Palmeiras?

- Jugué ambos partidos, de visitante en La Bombonera; empatamos 2 a 2 y de local en San Pablo finalizó sin goles. Fueron juegos muy difíciles, por eso se definió por penaltis. Es muy lindo ver esos encuentros entre estos dos equipos porque existe una rivalidad que se generó en el 2000 y que se mantiene hasta el día de hoy.

- ¿Que le generó jugar en La Bombonera?

- Es magnífico, se siente la presión de la gente, sin dudas. Tuve la fortuna de jugar en ambos estadios populares de la Argentina, como La Bombonera y el Monumental. Es especial cómo viven el fútbol ambas hinchadas. Están todo el tiempo metidos en el partido y alentando a su equipo. Es único jugar en la Argentina.

- ¿Le hubiera gustado jugar en River o en Boca?

-En River, sin dudas. Porque este equipo juega de la manera que yo jugaba; el club era el indicado para mí, tanto que cuando estaba en Italia casi me venden al Millonario. Me quería llevar mi ex representante, Gustavo Mascardi. Pero no se dio porque dejé el Parma para irme al Newcastle inglés. Era complicado ir a Buenos Aires cuando se generó la posibilidad de ir a la Premier League.

- ¿Se arrepiente de no haber jugado en el Millonario?

- No, no me arrepiento porque estaba en Italia y tomé una buena decisión al irme a Inglaterra. Siempre me gustó River, pero quise quedarme en Europa.

- ¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol?

- Me inicié en la Escuela de Fútbol Carlos Sarmiento Lora de la ciudad de Cali, Valle del Cauca. De chiquito aspiraba a ser parte de alguno de los dos equipos de mi tierra como el América o el Deportivo Cali. Al comienzo no pasé las pruebas en ambos conjuntos, así que me mantuve en la Sarmiento dos años y luego fui vendido a Deportivo Cúcuta en 1988. Allá, poco a poco, me fui ganando un lugar en el cuadro de la frontera y me volví conocido para los hinchas locales, no sólo por los goles que marcaba, sino también por cómo los festejaba, con voltereta incluida, la que con el tiempo se volvió mi marca registrada. Allí, estuve dos temporadas, entre 1988 y 1989. En 1990 llegué al Nacional, donde anduve bien y generé una sociedad en ataque con Víctor Aristizábal, con quien fuimos subcampeones detrás del América. Luego, me fui para Italia.

- Pasó al Parma en el mejor momento de su historia…

- Sí. Cuando llegué en 1992, el equipo recién ascendía a Primera y compartí equipo con Verón, Crespo, Balbo, entre otros. Fui propuesto para estar en la terna para ganar el Balón de Oro. Fue muy lindo ser parte de ese Parma, el más ganador de la historia del club. Disputé alrededor de 150 partidos en mis dos etapas. Marqué 43 goles, lo que me permitió llegar a la élite del fútbol mundial. Asimismo, gané cinco títulos, entre ellos, dos Copas de la UEFA y una Recopa de Europa.

Con Víctor Hugo Aristizábal, con quien conformó una dupla letal en Nacional y coincidió en la selección Colombia (crédito @eltinoasprilla/Instagram)
Con Víctor Hugo Aristizábal, con quien conformó una dupla letal en Nacional y coincidió en la selección Colombia (crédito @eltinoasprilla/Instagram)

- ¿Le duele como está el Parma hoy?

- Sí, quisiera verlo en la Serie A. Pero son momentos y hoy está pasando por una situación complicada. Esperemos que algún día vuelva a estar en lo más alto, como cuando yo estuve.

- ¿Notó el cambió al dejar el fútbol italiano para pasar al inglés?

- Sí. La diferencia fue enorme, porque tuve la posibilidad de jugar en la Premier League, la mejor liga del mundo. Es más, les abrí el camino a varios compatriotas,. Es lo más lindo que le puede pasar a un futbolista jugar allí. El fútbol italiano se basa en cuidar el cero, estar prevenido y que no te hagan goles. En cambio, la Premier es atacar todo el tiempo y priorizan el hacer goles más que quedarse en su campo para que no te los hagan. Es un juego más de ida y vuelta, más entretenido.

- Y le hizo tres goles al Barcelona en un partido de Champions League...

- Sí. Tuve la suerte de estar iluminado ese día y le marqué un triplete (risas) con 27 años. Jugué la Champions y estoy orgulloso de haber podido participar de aquel partido.

- Luego, recaló en el Palmeiras para disputar la Copa Libertadores 2000, llegando a la final.

- Sí, disputar ese torneo es especial. Cuando arribé, el Palmeiras era el mejor equipo de Sudamérica y Boca estaba plagado de colombianos como Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Chicho Serna. Pero lo más lindo de todo fue participar de una final de la copa. Te diría que se compara con un partido de Champions.

- ¿Qué tal fue esa definición por penales que termina ganando el Xeneize?

- Siempre pensábamos en ganar en los 90 minutos. Palmeiras era el mejor del continente, estaba primero en el ranking de la FIFA y estábamos obligados a ganar la serie sin ir a los penales. Nos habíamos propuesto eso, más con el resultado que tuvimos en La Bombonera en la ida (2 a 2). Pero son cosas del fútbol, fuimos a los penales y pasó lo que pasó, lamentablemente.

- ¿Qué balance hace de su paso por Estudiantes de la Plata en el final de su carrera?

- Fue muy lindo jugar en Argentina y ser dirigido por el profesor Carlos Bilardo, que había sido campeón con la selección argentina. Tenía una mentalidad ganadora como pocos entrenadores vi en el fútbol. Ganar, ganar y ganar era lo que pregonaba el profesor, y era muy intenso todos los días en los entrenamientos. Pensar y vivir el fútbol con la misma intensidad con la que se jugaba. Fue una enseñanza muy importante para mí como persona, más allá de que estaba transitando el final de mi carrera.

- ¿Cuál fue su mayor sueño como futbolista?

- Desde chiquito ya soñaba con vestir la camiseta de la selección de mi país. Yo pude vestir la de Colombia y es el mayor orgullo de toda mi carrera. En las calles de mi barrio, cuando pateaba una pelota pensaba “¿como será representar a Colombia?”, y lo puede lograr. Es lo más lindo que te puede pasar en la vida.

- ¿El partido más importante que tuvo con la selección colombiana fue frente a la Argentina en el histórico 5 a 0?

- Por Eliminatorias, sí, fue muy lindo ganarle a la selección argentina en Buenos Aires. Pero esa generación disputó el Mundial de Estados Unidos 94. Yo jugué contra Rumania, perdimos 1 a 0, y no se compara con nada en el mundo. Con la camiseta de mi país, pude disputar Eliminatorias, Mundiales, Juegos Olímpicos en 1992... Representé a mi país durante casi 10 años

- En aquella goleada en el Monumental, Diego Maradona estaba observando el partido en las tribunas del Monumental. ¿Qué recuerdos tiene de Pelusa?

- Diego era un libro abierto. Cuando llegué a Italia, mi sueño era enfrentar al Napoli de Maradona para verlo de cerca a él. No lo pude enfrentar en Italia ni entre selecciones, fue mi cuenta pendiente en mi carrera. Tengo una admiración especial por el mejor futbolista de la historia de Argentina.

- ¿Cuándo fue la última vez que lo vio?

- Fue en Marruecos en el 2016, en un partido a beneficio organizado por la Federación Real Marroquí. Nos vimos allá, nos reímos mucho, fuimos a caminar por el desierto y le regalamos con Edmundo una camiseta de Palmeiras. Hablamos de fútbol, de la vida y de la familia. Fue muy lindo compartir aquel momento con él. Se enfrentaron África vs. Resto del Mundo. Diego compartió equipo con Claudio Paul Caniggia y con Rivaldo, con quien pudo tirar algunas paredes exquisitas. Ganaron 4 a 2 y el argentino fue muy ovacionado.

- ¿A qué edad se retiró?

- A los 33 años. Tuve muchos problemas de rodillas y se me complicaba mucho disputar un partido. Era muy joven pero había llegado el momento de colgar los botines. Mi cuerpo me lo pedía. A uno lo retira el físico, no la voluntad. Fue lo mejor que pude haber hecho, sino no sé como hubiera terminado.

- ¿Le costó el post retiro?

- Sí, fue complicado aquel momento, porque uno lleva toda la vida entrenando y dedicada al fútbol, y de un día para el otro te encontrás en tu casa sin saber qué hacer. Cuando llega el momento de retirarte, cuesta retomar la vida normal, pero cuando toca, toca y hay que aceptar la decisión de retirarse.

- ¿A qué se dedicó cuando colgó los botines?

- Entré a ESPN como panelista y me dediqué a la ganadería. Compré campos con vacas y caballos. Me metí a trabajar en el campo.

- En su rol como columnista, ¿qué le parece la selección Colombia que comanda Néstor Lorenzo?

- La veo bien, en pleno proceso de adaptación. Arrancamos bien, sumando en las primeras fechas de Eliminatorias. El profesor Lorenzo supo bajarles bien el mensaje a los jugadores de lo que pretende y eso hace que el equipo juegue bien. Creo que tiene mucho material para clasificar al Mundial, aunque falta mucho todavía.

- Por último, ¿cómo observa el presente de Miguel Borja en River?

- Bien, aunque juega poco. Es un goleador nato. Es un jugador que participa muy poco del juego, pero cuando aparece, lo hace para convertir goles. No esperen que sea muy vistoso, de esos delanteros que tuvo River en su historia, que juega y participa, sino más bien es otro tipo de jugador, solo se ubica bien para hacer goles, y es un especialista en esa materia.

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