Sebastián Campanario: “Después de los 50 querés que todo sea amable, para incorporar un hábito y sostenerlo”

El autor de “Proxi + 50. 50 Ideas para tus próximos 50 años” conversó con Infobae Cultura: “En un mundo en que todo está cambiando conviene hacer cosas con alta tasa de retorno del aprendizaje”

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“Hay que trabajar el cerebro de múltiples maneras, y que te divierta es fundamental”
“Hay que trabajar el cerebro de múltiples maneras, y que te divierta es fundamental”

La segunda mitad de la vida puede ser mucho mejor que la primera. Y no es una ilusión. Es algo en lo que el periodista Sebastián Campanario -economista de formación, pero abocado a temas vinculados con la innovación, la creatividad y la agenda senior- viene trabajando desde hace años. El resultado de ese recorrido periodístico se puede leer en publicaciones como Revolución Senior o El futuro del bienestar. Y ahora, en su nuevo libro, Proxi + 50. 50 Ideas para tus próximos 50 años, se ocupa de acercar a los lectores en forma de caja de herramientas una guía para pasar a la acción. Porque, spoiler alert, la segunda parte de la vida es un interrogante que desafía a todas las edades.

Y para disipar las dudas sobre lo que podría pensarse como una tendencia pasajera, en el libro, Campanario tira de un dato para interpelar al lector:

“Tómese unos instantes para responder esta pregunta, no conteste enseguida: ¿Cuántas personas de más de 100 años piensa que hay en la Argentina? Es probable subestimar el número porque hasta el propio Indec lo hizo: en el Censo de 2010 se esperaba que para el 2020 hubiera alrededor de 9 mil personas con más de esa edad en el país. Pero según estadísticas del Registro Nacional de la Personas (Re Na Per) en el país viven 15.491 personas con más de 100 años.”

Las personas van a vivir más, es un hecho. La medicina y los avances tecnológicos colaboraron para que esto sea posible. La pregunta ya no es ¿cuánto vamos a vivir?, sino: ¿cómo queremos vivir?

La esquina del bar elegido en el barrio de Colegiales no puede ser más ruidosa. Al trajín de la gente que pasa en una tarde calurosa se suma el ruido del tráfico. Sin embargo, Sebastián Campanario parece imperturbable y habla de modo pausado, mientras reflexiona acerca del impacto que tuvo la pandemia en la forma de relacionarnos con el futuro.

“Creo que tomamos mucha más conciencia de la fragilidad que tenemos como seres humanos. Todos tuvimos algún pariente o amigo que se murió o la pasó muy mal con la pandemia. Y por otro lado fue un ejercicio introspectivo a nivel masivo. Estar un año entero en tu casa con tiempo para pensar, con tiempo para indagar en vos mismo. Y hubo un montón de gente a la que le cayó la ficha. Y también hizo que se subraye mucho más el tema de la adultez. Personas de más de 70, 80 años que empezaron a estar en las noticias. Nunca en los noticieros se había ido a visitar un geriátrico porque te bajaba el rating. Entonces ahí se empezó a ver cómo vive alguna gente adulta. La pandemia fue un antes y un después, pero no solo en Argentina, a nivel mundial”, dice.

“Proxi + 50. 50 Ideas para tus próximos 50 años”
“Proxi + 50. 50 Ideas para tus próximos 50 años”

La idea de Proxi + 50. 50 Ideas para tus próximos 50 años surgió después de publicar Revolución Senior en 2019 y se fue gestando a medida que Campanario siguió investigando, leyendo y entrevistando a especialistas en medicina, neurociencia, educación y deporte para el suplemento en el que trabaja en el diario La Nación. Y por supuesto conversando con personas de más de 70, 80 o 90 años que llevan una vida activa y entusiasta. Como su amigo Alberto Naisberg, al que Campanario cita en varios pasajes del libro como este:

“En la pospandemia me crucé con un amigo que me comentó que su mamá, de 73 años, se había anotado en una carrera larga en la universidad. Pensé que era un buen tema para una tapa del suplemento Sábado, lo propuse y tuiteé para conseguir un par de casos más (así como dos números definen una recta, en periodismo tres casos y la opinión de un experto definen una tendencia)”.

“Contra mi propio prejuicio, no tuve un par, sino decenas de casos que me acercaron de personas de más de 80 años que estaban terminando carreras tan difíciles como Mátemática en la UBA (hay un capítulo que cuenta esta historia). Y en algunos aspectos el perjuicio se invirtió: noté que las personas con quienes hablaba se ‘sumaban’ años: ‘tengo 82, pero el mes que viene cumplo 83′, con un orgullo por contar que estaban cursando una carrera a la edad más alta posible. Antes la gente en público se restaba años. Esto me pasa seguido con Alberto Naisberg. ‘Estoy muy ofendido por un error imperdonable que cometiste cuando me citaste en tu nota’, me dijo en un mensaje de WhatsApp el año pasado, ‘pusiste que tengo 97 años, y cumplí 98 en abril’. En la primavera pasada fuimos a Kainos, el bar de Caballito, también un sábado a la mañana. Alberto llegó con su ‘Ferrari’, como lo llama, un andador que utiliza porque un problema en el oído le alteró su sentido del equilibrio. Fuera de eso, a nivel físico y cognitivo está como una persona de cualquier edad.”

Pero el libro también pretende interpelar a la gente más joven.

“Algo que no deja de sorprenderme es que cuando hablo de temas de agenda senior, porque a veces doy algún curso en algún lado, hay un montón de gente que se anota que tiene 20, 30 años. Mucha gente joven que ya tiene la mentalidad de longevidad. Y es que cuanto más joven empieces, mejor. Si el objetivo es bueno, está bueno para cualquier edad. Y eso puede ser a nivel físico, a nivel de finanzas, de un montón de cosas. Y te cambia absolutamente toda tu toma de decisiones. No tomar decisiones para estar bien ahora o este año, si no pensando en el largo plazo. De entrada, puede ser un poco abrumador pensarlo. Pero una vez que lo incorporás, empezás a darte cuenta por ejemplo de la cantidad de tiempo que estás por día mirando el celular son cuatro horas en promedio. Y podés ganar ese tiempo sumando otros hábitos”, explica Campanario.

"Los seres humanos somos muy malos para saber lo que nos gusta y en qué somos buenos. No podemos predecir eso que nos va a ser felices. Y cuando eso pasa, vos tenés que probar la mayor cantidad de cosas posibles"
"Los seres humanos somos muy malos para saber lo que nos gusta y en qué somos buenos. No podemos predecir eso que nos va a ser felices. Y cuando eso pasa, vos tenés que probar la mayor cantidad de cosas posibles"

La estructura de los capítulos está diseñada de una forma lúdica. Así el lector, una vez que haya pasado por la introducción, pueda elegir una versión lineal siguiendo el orden de las páginas, o guiarse por el título de alguno de los 50 capítulos para seleccionar en qué ideas quiere detenerse: biotecnología, creatividad, filosofía, sexualidad, hábitos, economía, inteligencia artificial y aprendizaje entre otras. La finalidad es brindar al lector herramientas innovadoras para que pueda aplicarlas a la vida cotidiana.

Proxi + 50. 50 Ideas para tus próximos 50 años invita a hacer después de leer. “Prioricé herramientas de respiración, meditación, y un montón de cosas que son gratis, y que no tienen costo más allá del tiempo que tengas. Los seres humanos somos muy malos para saber lo que nos gusta y en qué somos buenos. No podemos predecir eso que nos va a ser felices. Y cuando eso pasa, vos tenés que probar la mayor cantidad de cosas posibles. En mi caso, nunca jamás iba a intuir que me iba a gustar hacer cubo Rubik, fue de casualidad, y ahora estoy copadísimo. Porque pensar en la tendencia está buenísimo, pero lo importante es como lo bajo y lo incorporo en mi día a día”, dice Campanario.

Lo que aparece con mucha fuerza a lo largo de los capítulos, es la búsqueda constante de un enfoque distinto sobre ciertos conceptos, mitos y prejuicios como la sexualidad, el desarrollo de la creatividad, la estimulación de la memoria, el volver a jugar como en la infancia, o el inicio de actividad física exigente e incluso deportes de competición después de los 50.

Se trata de un cambio de mentalidad, un “recableado” para explorar lo nuevo de una forma curiosa y amable, priorizando el disfrute. En tiempos lentos, con foco en el proceso. Para ilustrarlo Campanario da distintos ejemplos y suma testimonios como estos:

“La bióloga y especialista en educación Melina Furman cita a menudo a Perkins y su concepto de ‘aprender liviano’. Ante 500 personas en el C3, en un especial del ciclo ‘Aprender de grandes’, que dirige Gerry Garbulsky, Furman contó cómo durante su licencia médica aprendió a tejer crochet, e invitó al auditorio a practicar los movimientos básicos de esta técnica. El objetivo no es convertirnos en profesionales de eso nuevo que aprendemos, sino capturar su esencia. Y eso nos permite participar, disfrutar y entender una parte del mundo que antes nos era ajena. El economista Walter Sosa Escudero es un fanático en esto de encarar caminos hasta volverse un ‘amateur experto’. “Aprender liviano es aprender porque sí: nos nutre, nos permite asomarnos a mundos nuevos porque nos ayudad a ampliar nuestro universo. Es como jugar por jugar. No nos importa hacerlo perfecto; nos enfocaos en el disfrute del proceso y no en llegar a un destino”, dice Sosa Escudero. En los últimos años el economista aprendió fotografía, caligrafía, física, geografía, cocina, geometría diferencias, estructuras con compás y regla, yo-yo, etc”.

“En un mundo que todo está cambiando conviene hacer cosas que tengan una alta tasa de retorno del aprendizaje”
“En un mundo que todo está cambiando conviene hacer cosas que tengan una alta tasa de retorno del aprendizaje”

La pretensión de Campanario es que Proxi + 50. 50 Ideas para tus próximos 50 años funcione como un puente para conectar con una segunda parte de la vida que contenga múltiples posibilidades. “En un mundo que todo está cambiando tanto como ocurre ahora, conviene hacer cosas que tengan una alta tasa de retorno del aprendizaje. Se piensa en proyectos que tengan una alta tasa de retorno de plata, diversión, prestigio, que obviamente sigue siendo importante. Pero en el mundo que estamos hoy, en el que todo es un torbellino de cambio, está bueno hacer cosas que nos lleven, a aprender cosas buenas. Tener una parte del día que sea una especie de isla de estabilidad, descubrir algo que te dé placer hacer. Ganar una horita por día para armar un rompecabezas, para hacer el sudoku o para leer un libro”, detalla Campanario.

Y pone el acento en hacer no solo para el bienestar físico sino para estimular el cerebro. “Hay mucho énfasis en la agenda de bienestar, hay bastante conciencia de que tenés que dormir bien, comer bien, hacer ejercicio, pero hay un poco menos de conciencia de que hay que trabajar el cerebro de múltiples maneras. Y hacerlo de una manera que te divierta y sea amable es fundamental. Después de los 50 o los 60, querés que todo lo que venga sea amable, porque es de la forma en la que lo incorporás y es la forma en la que ese hábito lo vas a poder sostener”, dice.

Le gusta resaltarlo con una frase a la que suele recurrir: “Se dice que es muy difícil competir con la gente que se divierte, y la pasa bien, entonces todo lo que lleve agua para ese molino, vale doble”.