Belén López Peiró, Thelma Fardin y Virginia Ducler, tres autoras que se animaron a contar la violencia y los abusos en primera persona

Son mujeres que padecieron historias de abusos en la infancia, la pubertad y la adolescencia y eligieron hacer literatura para apaciguar el dolor. Sus libros forman parte de un extenso catálogo que trata desde diversos ángulos la violencia de género. Mañana, en un nuevo aniversario de la primera gran concentración de Ni una menos, una segunda nota sobre este tema que es, también, el núcleo de un fenómeno editorial contemporáneo

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"Porque hablo desde ahí, desde el corazón del dolor". La frase se lee en la página 31 de Cuaderno de V (Mansalva), de Virginia Ducler. En la primera novela de la autora rosarina, una mujer, Vica, reconstruye un pasado familiar traumático y lleno de secretos bien guardados. Un padre violento que es juez y abusa de su doble condición de poder, una madre que niega y calla, la relación con sus hermanos. Otras mujeres de la familia, que tratan de loca a la protagonista. La novela trabaja con materiales autobiográficos ya desde la tapa, que muestra a una nena de cuatro años con una flor en la mano.

"En esa foto tengo una florcita entre los dedos, una florcita que muestro a la cámara mientras sonrío. Ahora me gusta pensar que la nena trajo una florcita del infierno, que este libro es esa flor que traje del infierno", escribe Ducler, y lo que era ficción se vuelve de pronto tan real. Y el infierno está en la tierra.

Virginia Ducler
Virginia Ducler

La escritora, licenciada en Letras y autora de los libros El sol (Casagrande, 2015), que reúne dos nouvelles y donde ya aparece la "autoficción", y los cuentos publicados en formato digital Los zapatos del ahorcado (Revólver, 2014), cuenta, desde ese corazón del dolor:

"He tenido una vida muy difícil en lo emocional. Ataques de pánico desde los 10 hasta los 30, incontinencia urinaria hasta los 18, problemas de vínculos. Soy la mayor de cuatro hermanos, la única mujer. Mi padre es un abogado penalista conocido en Rosario. Es una persona muy violenta que nos ha sometido a permanentes maltratos físicos y psicológicos. En el año 2016, uno de mis hermanos empezó a recordar que fue abusado por nuestro padre. Empezamos a hablar, y esas charlas despertaron mis propios recuerdos (tal vez porque ya no estaba sola, tal vez también porque este momento histórico acompaña). Ahí comienza un proceso muy doloroso que me llevó casi un año. Empecé a recordar. Recordaba mientras escribía (la literatura es la herramienta que aprendí para sobrevivir). O sea, el recuerdo fue surgiendo junto con la novela. Es una novela escrita en trance, visceral. Elegí la ficción porque era demasiado doloroso narrar los hechos desde el realismo más crudo. Por ejemplo, en la novela, la madre muere al comienzo (de otra manera, no hubiera podido escribirla)".

Antes de que saliera el libro, mi padre me demandó por calumnias -cuenta Ducler-. En el escrito dice que soy drogadicta, un monstruo, y muchas falacias más. Así que estamos en una batalla legal, en la que él, mi padre, es su propio abogado, y mi hermano (el que recordó), es mi abogado

Fuera de la novela, dentro de la realidad, siguieron pasando cosas.
"Antes de que saliera el libro, mi padre me demandó por calumnias -cuenta Ducler-. En el escrito dice que soy drogadicta, un monstruo, y muchas falacias más. Así que estamos en una batalla legal, en la que él, mi padre, es su propio abogado, y mi hermano (el que recordó), es mi abogado, y además testigo. En 2017 hice una denuncia (pedí que no le dieran curso, era sólo preventiva). Ahora mi hermano pidió una exceptio veritatis; bajo esta figura se trataría de demostrar que mi padre es un abusador (el caso está prescrito)".

“Cuaderno de V”, de Virginia Ducler (Mansalva)
“Cuaderno de V”, de Virginia Ducler (Mansalva)

La autrora agrega:

"Decidí escribir Cuaderno de V cuando empecé a recordar los abusos de mi padre durante mi infancia. Hacer algo con eso, someter esos recuerdos tan dolorosos a un proceso alquímico para crear una novela, un objeto fuera de mí, fue totalmente sanador."

La literatura como herramienta y como cura. Pero también como un espacio donde el pasado se resignifica, historias duras pasan por el tamiz de la escritura que estiliza y hace posible la lectura. Así como Ducler se animó a ficcionalizar su propia historia, también lo hizo Belén López Peiró (Buenos Aires, 1992), con su libro Por qué volvías cada verano (Madreselva, 2018). La autora es licenciada en Comunicación y parte del colectivo Ni Una Menos que el 3 de junio de 2015 inauguraba un movimiento imparable con una marcha contra los femicidios y contra la violencia de género. Un movimiento que abrió puertas y habilitó voces.

Es un libro que me abrió un montón de puertas, primero literarias, porque más allá de que sea una historia autobiográfica antes que nada es literatura (López Peiró)

"Hay un antes y un después del libro en muchos sentidos -cuenta López Peiró-. Por un lado, porque inaugura mi carrera como escritora. Es un libro que me abrió un montón de puertas, primero literarias, porque más allá de que sea una historia autobiográfica antes que nada es literatura. Que haya sido de esa manera, contando una historia personal que sea a la vez una forma de hacer justicia, una herramienta para mí y para otras mujeres, es un gran inicio. Todo lo que viene a partir de ahí son regalos."

Belén López Peiró (Crédito: Facundo Barisani)
Belén López Peiró (Crédito: Facundo Barisani)

"Y entonces. ¿Por qué volvías cada verano? ¿Te gusta sufrir? ¿Por qué no te quedabas en tu casa? Allá en Capital, cagándote de calor. Ah. No. Cierto que no podías, que no tenías a nadie para que te cuide. Con más razón. Encima de que te ayudamos, de que te dimos una familia, nos hiciste esto." Así comienza el libro, que cuenta la historia de un abuso intrafamiliar, la de esa nena que era Belén cuando la dejaban en casa de sus tíos en vacaciones en la localidad de Santa Lucía, provincia de Buenos Aires. El libro, una no ficción autobiográfica, intercala los textos duros de las denuncias judiciales contra su tío, un policía bonaerense (de una causa en proceso que acaba de elevarse a juicio oral), con un relato coral, polifónico, que alterna voces en primera y segunda persona.

"Me empecé a empoderar lentamente en el marco de un taller de Gabriela Cabezón Cámara -sigue diciendo la autora-, en el que mi palabra no era ni más ni menos importante por ser abusada; lo que escribía se evaluaba por su literatura, por la cadencia de la prosa y no por la gravedad de la historia, así me sentí habilitada para contar lo que me había pasado, pero a la vez para apropiarme de las herramientas literarias y hacer una no ficción. Que sea un golpe, que tenga mi estilo y que deje, más allá de todo, una huella en la persona que lee".

“Por qué volvías cada verano”, de Belén López Peiró (Madreselva)
“Por qué volvías cada verano”, de Belén López Peiró (Madreselva)

El libro golpeó y tuvo su "fiesta" en la Feria del libro en mayo de este año, cuando se presentó de la mano de escritoras de Np Literatura y del colectivo Actrices argentinas, que leyeron fragmentos. Entre esas actrices estuvo Thelma Fardin (Bariloche, 1992), que también publicó recientemente un libro autobiográfico, ya no desde la ficción, con un título más que significativo: El arte de no callar (Planeta), que no solo incluye el testimonio de su denuncia por violación contra Juan Darthés cuando ella tenía 16 años.
La actriz –Patito Feo, Los simuladores, La niñera, Soy Luna, entre otros programas- también lo presentó en la última edición de la Feria del Libro, donde además participó de una mesa de diálogo, "El grado cero de las denuncias", organizada por la Unión de Escritoras y escritores. Allí, Fardin dijo: "No fue mi intención dar consejos, pero sí herramientas para otras mujeres, padres y madres".

Thelma Fardin (Crédito: Santiago Saferstein)
Thelma Fardin (Crédito: Santiago Saferstein)

El arte de no callar es una verdadera "caja de herramientas", donde Fardin cuenta la historia de su vida, marcada desde temprano por la doble violencia sufrida por su madre, a manos de su padre y del sistema judicial, y que llevó a un distanciamiento con su propia hermana (abusada por su padrastro, el "progenitor" de Thelma, como se refiere a él en el libro, marcando distancia); habla del proceso judicial que lleva contra el actor e incluye, en una edición que absorbe las nuevas tecnologías, capturas de tuits que la atacaron, ilustraciones, mensajes de agradecimiento que otras mujeres le mandaron a Thelma porque las animó a hablar, un glosario de términos vinculados con la violencia de género y dos entrevistas realizadas por la autora. Una a Paula Wachter, a cargo de la fundación Red por la Infancia, donde se arrojan datos duros y reales sobre el abuso infantil, delitos que en su gran mayoría quedan impunes, muchas veces perdidos en vericuetos judiciales, y otra a la psicóloga María Beatriz Müller, especialista en enfermedades psicosomáticas.

Espero que este libro sea ese testimonio que hable por mí y no me obligue a ir al pasado una y otra vez. Quiero avanzar. (Thelma Fardin)

"Somos la historia que nos contamos -escribe Fardin en el cierre de El arte de no callar-. Espero que este libro sea ese testimonio que hable por mí y no me obligue a ir al pasado una y otra vez. Quiero avanzar. Creía haber dado vuelta la página, pero todas esas personas hurgando en mi pasado, las pericias, ver las heridas que le acentuaron a mi mamá aquellos que optaron por hablar sin saber, la malicia, el territorio poco constructivo al que quisieron llevar el debate, me hicieron abordar este texto, esta serie de reflexiones y pedazos de historias que me constituyen pero no me definen".
El libro está prologado por el filósofo Darío Sztajnszrajber, con quien Fardin trabajó en el programa de televisión Mentira es la verdad, y por la periodista y especialista en género Luciana Peker (autora de La revolución de las hijas), quien acompañó a Thelma en su derrotero y a quien la actriz reconoce como mentora.

“El arte de no callar”, de Thelma Fardin (Planeta)
“El arte de no callar”, de Thelma Fardin (Planeta)

Así también, Fardin reconoce en su libro, que Por qué volvías cada verano, el libro de Belén López Peiró, la inspiró en la escritura de su autobiografía.
De esa novela "hermana", también habla Ducler: "Hace poco leí Por qué volvías…, y encontré un parentesco con la mía. Pero ella hizo no-ficción. Es una novela polifónica, muy interesante también desde lo literario; hay momentos muy logrados, en los que se lee esa visceralidad de la que hablaba. La diferencia está en que en Cuaderno de V iba recordando a medida que escribía; es decir, el devenir del recuerdo y la escritura de la novela van de la mano. Belén siempre tuvo presentes esos recuerdos, porque le pasó en la pubertad. En mi caso, al tratarse de la primera infancia, los recuerdos estaban ocultos".

Abusos, violaciones en la infancia, la pubertad, la adolescencia. En el ámbito familiar o laboral. Estos libros necesarios, herramientas de sanación y de ayuda, cuentan o ficcionalizan eso que no se dice, que se recuerda o que se olvida. Y que ahora, hoy, a cuatro años del primer #NiUnaMenos, sale a la luz, con la ilusión de que las voces encuentren oídos dispuestos, que las causas prosperen y que esos corazones dejen de doler.

 

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