El expatrullero de la Policía Nacional, Jhon Antonio Gutiérrez, fue destituido y sancionado con una inhabilidad de 15 años para ejercer funciones públicas por su responsabilidad en la muerte de Jaider Alexander Fonseca Castillo, de 17 años, y Andrés Felipe Rodríguez Ávila, durante las protestas del 9 de septiembre de 2020 en Bogotá.
La decisión disciplinaria, detallada en un documento de 68 páginas y divulgada por El Espectador, se sumó a la condena penal que ya cumple Gutiérrez, sentenciado a 10 años de prisión por homicidio.
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La investigación determinó que Gutiérrez disparó su arma oficial en repetidas ocasiones contra las víctimas cerca del CAI Verbenal, donde los uniformados reaccionaron con uso de armas de fuego ante disturbios que se presentaban en la zona.
Las balas encontradas en los cuerpos de ambas víctimas coincidieron con el arma asignada al expolicía, prueba que fue reconocida tanto en la vía penal como disciplinaria.
La Procuraduría, según cita El Espectador, concluyó que Gutiérrez “actuó con pleno conocimiento de que su comportamiento era antijurídico y contrario al derecho”, empleando de manera voluntaria y consciente el arma en un contexto de protesta social.
La decisión de la Procuraduría amplió las sanciones al considerar que existió dolo, es decir, intención directa de causar daño o muerte.
Según se indica en la resolución, mientras la justicia penal falló por homicidio preterintencional cuando el daño fatal no es claramente intencionado, pero sí previsible, desde lo disciplinario se reconoció plena intención al accionar el arma.
“El patrullero utilizó su arma de dotación de manera libre y voluntaria, consciente de su letalidad”, argumentó la procuradora.
Las investigaciones también revelaron que Gutiérrez incurrió en versiones falsas, al informar la supuesta pérdida de un proveedor con 15 cartuchos para intentar eludir su responsabilidad, algo que la Procuraduría descartó tras revisar los hechos.
Adicionalmente, no se hallaron pruebas de que el patrullero sufriera agresiones que justificaran el uso letal de su arma, según indica El Espectador.
El fallo puede ser apelado por Gutiérrez en segunda instancia, tanto en justicia ordinaria como ante la Procuraduría. Para las familias, la decisión representa un paso hacia la justicia y la esperanza de que hechos similares no se repitan.
Muerte de Laura Camila Blanco: ¿Qué pruebas encontraron en su habitación?
La muerte de la periodista Laura Camila Blanco sigue generando interrogantes, mientras su familia insiste en que la hipótesis de suicidio no explica lo ocurrido en la madrugada del 27 de julio de 2025 en el edificio Salitre Living, en el occidente de Bogotá.
La versión oficial entregada por la pareja de la comunicadora señala que el hecho fue consecuencia de un suicidio tras una discusión privada; sin embargo, los familiares de la joven han manifestado públicamente su rechazo a esta explicación y exigen investigaciones a fondo.
El apartamento donde ocurrió el deceso ha sido objeto de análisis y genera sospechas entre los allegados de Laura Camila.
Johan Blanco, hermano de la periodista, relató a Noticias Caracol detalles que los familiares consideran inconsistentes con la versión inicial. Mencionó el hallazgo de un balde con vómito, una cama alterada y daños visibles en el bordillo de la ventana desde donde cayó la joven.
Un dato relevante para la familia es la presencia de varios objetos personales de Laura Camila en el sitio donde su cuerpo fue encontrado.
“Los celadores recogieron en el lugar donde cayó objetos como las llaves del carro, la chaqueta y el bolso con los papeles”, explicó el hermano, elemento que consideran una señal de que la periodista pretendía salir de su vivienda y no tenía intención de quitarse la vida.
Otras inconsistencias detectadas por la familia tienen relación con una supuesta compra de licor la noche de los hechos.
Aunque, según los vigilantes del edificio, algunos asistentes salieron a buscar cervezas, en el apartamento no se encontraron latas ni botellas, situación que refuerza la sospecha de una posible alteración de la escena antes de la llegada de las autoridades.
La joven periodista compartía su vivienda esa noche con seis colegas y su pareja, un hombre de 27 años con quien mantenía una relación caracterizada por altibajos y episodios de violencia, según la madre y el hermano de Laura Camila.
La madre, Cecilia Osorio, declaró: “Él me la venía matando hace mucho tiempo. Fue apagándola y apagándola”.
La familia sostiene que la relación tenía antecedentes de agresiones y control excesivo, lo que, para sus allegados, motiva la petición de una investigación exhaustiva para clarificar las circunstancias de la muerte de la periodista.
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