Juan Guaidó se juega su futuro político en su reelección como presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela

El líder opositor arreciará las presiones sobre el régimen de Nicolás Maduro para que se convoquen a elecciones presidenciales en este año 2020

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Foto de archivo: El líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, ondea la bandera venezolana cerca de la embajada de Bolivia en Caracas. 16 de noviembre de 2019. REUTERS/Carlos García Rawlins
Foto de archivo: El líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, ondea la bandera venezolana cerca de la embajada de Bolivia en Caracas. 16 de noviembre de 2019. REUTERS/Carlos García Rawlins

Para este domingo cinco de enero está previsto el inicio de las sesiones de la Asamblea Nacional de Venezuela -AN- en donde sus diputados reelegirán a Juan Guaidó como presidente de la instancia parlamentaria, a menos que ocurra una sorpresa. La ratificación implica que el líder del partido Voluntad Popular seguirá ocupando la presidencia interina de la República, según la interpretación de los artículos 233 y 333 de la Constitución Bolivariana el cual señala que, ante un vacío de poder, el máximo dirigente de la AN asume la conducción del país. La oposición alega que las elecciones de mayo de 2018 organizadas y ganadas por Nicolás Maduro no cumplieron con lo establecido en la Carta Magna nacional y por lo tanto no es un presidente legítimo.

Guaidó necesita la mayoría simple de los 167 diputados de la AN: 84 votos. Hasta ayer sábado, sus seguidores aseguraban que 93 diputados lo ratificarán.

La reelección no ha estado exenta de dificultades para Guaidó quien no cumplió con sus tres promesas básicas formuladas hace un año: cese de la usurpación de Maduro, gobierno de transición y elecciones libres. Este hecho mermó su popularidad entre los venezolanos, según lo han reseñado estudios de opinión pública. Además, algunos diputados opositores fueron objeto de acusaciones de corrupción otros tantos aseguraron que no votarían su ratificación.

Líderes opositores han señalado que el régimen de Maduro ha hecho todo lo posible para que no haya reelección, mediante la activación de la “Operación Alacrán”, que implica pago de sobornos a diputados para que cambien de bando y voten en contra de Juan Guaidó. También han denunciado el arreciamiento de la persecución de parlamentarios no alineados con el oficialismo.

Son 67 los diputados en el exilio, perseguidos, procesados judicialmente o en la clandestinidad quienes fueron habilitados para votar este domingo, luego de que en diciembre se aprobara una reforma del reglamento de debates que incluye el sufragio vía internet. El canciller de Guaidó, Julio Borges, anunció que los exiliados se reunirán en Bogotá para emitir su apoyo al actual presidente de la AN. El desmembramiento de la AN ha sido otra de las estrategias de Maduro para hacer mella en las acciones de los opositores a su mandato.

Reformulación de estrategia

Para la consultora política Carmen Beatriz Fernández, “si bien es cierto que Guaidó ha perdido apoyo popular porque no materializo su promesa de deponer a Maduro y convocar a elecciones libres, él sigue teniendo altos niveles de aceptación. Hace un año tenía respaldo del 65% de los venezolanos es la cifra más alta para algún político venezolano, incluso superando a Hugo Chávez. En estos momentos está sobre el 40% Era el candidato lógico para repetir en la AN aun cuando en 2020 la presidencia del Parlamento correspondía a líderes de los partidos opositores minoritarios”.

Añadió que Guaidó conserva el respaldo de más de 50 países en su gestión de presidente encargado, “es un apoyo nunca visto en la región”, dice Fernández, al tiempo que advierte que “si los resultados no han sido los esperados entonces se impone un cambio de estrategia para Juan Guaidó y para la oposición venezolana”.

Carmen Beatriz Fernández, consultora política venezolana
Carmen Beatriz Fernández, consultora política venezolana

Recordó la frase del diputado Henry Ramos Allup “después de Guaidó la fosa común”, lo cual expresa, según su criterio “el sentimiento de la mayoría opositora en la AN, hay que apoyar la relección aun cuando el líder de la AN tenga una merma importante en los afectos populares respecto a 2019”.

En cuanto a Nicolás Maduro, quien sigue aferrado al poder, Fernández señala que “la alta nomenclatura del madurismo está en su peor momento, su gestión pública tiene indicadores muy negativos. Los dirigentes oficialistas están cada vez más aislados personal y financieramente debido a las sanciones económicas impuestas por varios países”.

Considera que el “chavismo no suicida”, como lo define, estaría proclive a una negociación con Guaidó para que en 2020 se acuerde la celebración de elecciones generales bajo parámetros aceptados internacionalmente. Considera que la presión externa y e interna “puedan torcer la relación actual entre los sectores políticos que es la de perder- perder. Los venezolanos tienen derecho a vivir mejor”.

“El tema económico preocupa al gobierno aun cuando se quiera proyectar que la economía se está recuperando como consecuencia de la dolarización aceptada por Maduro. Esto es una pequeña burbuja que solo se ve en Caracas, en donde residen corresponsales internacionales y funcionarios diplomáticos quienes solo ven un segmento reducido del país usando moneda extranjera”.

Finalmente señala la también directora de la consultora DataStrategia que “si se produce un proceso de recuperación de la democracia en Venezuela una de las prioridades debe ser la del trabajo en políticas públicas que mejoren la calidad de vida del venezolano. Tiene que haber un punto de encuentro en las eventuales negociaciones; nadie ganará todo y nadie perderá todo. Pienso que los rigores de las sanciones forzarán a diálogos y a alternativas en 2020”.

Las sanciones no funcionan

El PhD en Ciencias Políticas, Ángel Álvarez, considera que “Guiadó es el único que tiene los votos para ser reelegido por la AN porque ningún otro diputado disfruta su popularidad. La “mesita” (oposición disidente) y la fracción radical opositora son minorías en la AN. La mesita no logra mayoría ni siquiera en alianza con el Partido Unido Socialista de Venezuela-Psuv- y los radicales no pueden aliarse con nadie sin exponerse a ser repudiados por sus bases”.

Sobre lo que podría pasar en Venezuela en 2020, el también docente universitario considera que “no se prevé el adelanto de las elecciones presidenciales a menos que los militares venezolanos así lo impusieran y eso no va a ocurrir. El oficialismo puede seguir surcando las olas hasta 2024 y tal vez más allá”.

El doctor en Ciencias Políticas, Ángel Álvarez
El doctor en Ciencias Políticas, Ángel Álvarez

Según la Constitución de Venezuela la única elección prevista en 2020 es la de renovación de los diputados de la Asamblea Nacional que es lo que hasta el presenta ha aceptado el oficialismo. Álvarez no cree que la oposición “pueda ganar la mayoría que tuvo (en las elecciones de 2015 con 112 de 167 diputados). La división, los fraudes y el abstencionismo se lo van a impedir”.

Álvarez, director de la organización Urgent Actin for Democracy and Developmet, discrepa del criterio de Carmen Beatriz Fernández de los efectos de las sanciones internacionales como factor de presión de negociación política que conduzcan a elecciones presidenciales.

“No creo que sean posibles grandes cambios políticos en 2020 que no sean iniciativa del propio gobierno en razón de sus propias necesidades para mantener el poder político. Las sanciones nunca funcionan. No lo han hecho en Cuba, Corea del Norte e Irán. Las sanciones a los países solo afectan a los ciudadanos comunes; era matemáticamente imposible que funcionaran”.

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