Las claves del conflicto entre Huawei y Estados Unidos

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El conflicto entre Huawei y Estados Unidos impacta en el comercio y desarrollo del 5G (REUTERS/Dado Ruvic/ilustración/archivo)
El conflicto entre Huawei y Estados Unidos impacta en el comercio y desarrollo del 5G (REUTERS/Dado Ruvic/ilustración/archivo)

La semana pasada, el gobierno de los Estados Unidos incluyó a Huawei en una lista negra que afecta comercialmente al gigante informático, ya que lo limita para adquirir productos y servicios de empresas estadounidenses.

El Departamento de Comercio de Estados Unidos implementó esta restricción porque cree que la empresa está involucrada en actividades que pueden implicar riesgos para la seguridad nacional.

No es la primera vez que Estados Unidos advierte sobre este tema: la administración de Trump prohibió el año pasado el uso de equipos de Huawei y otras empresas chinas a las agencias gubernamentales.

También aconsejó a sus aliados a no utilizar la infraestructura 5G de la compañía. Incluso advirtió a Europa que no compartirá información sensible si finalmente decidieran adoptar la red de quinta generación en la que está trabajando Huawei.

Por qué Huawei está en la lista negra

El gobierno de los Estados Unidos cree que utilizar equipos o infraestructura de Huawei supone un riesgo para la seguridad del país. En el decreto presidencial firmado el 15 de mayo que da origen a las limitaciones comerciales se menciona que esta decisión busca proteger al país de un posible espionaje económico e industrial.

Desde hace un tiempo, Estados Unidos acusa a Huawei de estar estrechamente vinculado al gobierno chino y de haber recibido financiamiento del servicio de inteligencia de ese país. También supone que la empresa no puede escapar al escrutinio chino, es decir que se ve obligada a compartir datos con la administración de Xi Jinping.

Meng Wanzhou, directora de finanzas de Huawei (REUTERS/Alexander Bibik)
Meng Wanzhou, directora de finanzas de Huawei (REUTERS/Alexander Bibik)

Huawei, por su parte, se defiende de estas acusaciones diciendo que aún no se encontró ninguna prueba concreta que avale estas teorías. Lo cierto es que el solo hecho de que se desplieguen redes de esta compañía para el Gobierno de Estados Unidos supone un riesgo.

Como proveedor de hardware y software, Huawei, como cualquier otra compañía que haga un despliegue de este tipo de infraestructura, tiene la capacidad de acceder a contenido sensible. Y este acceso permitiría, por ejemplo, espiar o incluso enviar malware a través de la red. Aun cuando todavía no haya ocurrido o no haya evidencia de que haya ocurrido, presupone un riesgo.

Por otra parte, hay algunos antecedentes que, en los últimos meses, despertaron nuevas sospechas. Hace apenas unas semanas, la operadora de telefonía e internet europea Vodafone reconoció que, hace varios años, encontró vulnerabilidades en equipos de Huawei.

La compañía halló puertas traseras ocultas en el software de routers y nodos ópticos que podrían haberle dado al gigante chino acceso a la red fija que tiene Vodafone en Italia. Los datos constan en documentos de seguridad que van de 2009 a 2011 y que fueron inspeccionados por Bloomberg.

Las acusaciones de no haber respetado las sanciones contra Irán

A esta situación se le suman otras que afectan el vínculo entre Estados Unidos y el gigante chino. Washington presentó cargos penales contra Huawei el año pasado: acusa a la empresa de no haber respetado las sanciones que impuso contra Irán. Huawei habría comerciado con Irán a través de Skycom, entidad aparentemente controlada por la compañía china.

De ese modo, la empresa habría eludido las sanciones comerciales impuestas por Estados Unidos. A raíz de esto la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, está detenida en Canadá y ahora enfrenta una posible extradición a Estados Unidos.

Richard Yu, CEO de Huawei (Bloomberg)
Richard Yu, CEO de Huawei (Bloomberg)

Acusaciones de robo de secretos comerciales

Estados Unidos también acusa al gigante tecnológico de haber robado secretos comerciales de la empresa de telefonía T-Mobile. La compañía habría obtenido acceso a Tappy, una tecnología patentada por T-Mobile por medio de fotos e información confidencial que le habría solicitado a los empleados de la compañía que le enviaran.

Batalla comercial, tecnológica y de poder

Huawei lleva años trabajando en el 5G. Sus principales competidores en este rubro son Nokia y Ericsson. Estados Unidos no quiere dejar librada las redes al país asiático: dice que no es seguro.

Por otra parte, quien domine las telecomunicaciones tendrá un gran poder económico y político. No es algo menor. La red de quinta generación permitirá lograr velocidades hasta 100 veces superiores a las que ofrece el 4G.

Es fundamental para los vehículos conectados, la telefonía, los robots e internet de las cosas. Estará presente en todo. Además de abrir un gran camino a nivel comercial, también es una puerta de control muy grande.

Las empresas que cortaron vínculos con Huawei

A raíz del decreto de Trump, las empresas estadounidenses están obligadas a cortar los vínculos comerciales con Huawei. Si bien el gobierno extendió el plazo para la implementación del bloqueo hasta agosto, las compañías ya comenzaron a desvincularse del gigante chino.

Google aclaró, desde la cuenta de Twitter de Android, que estaba "cumpliendo con las acciones del Gobierno de Estados Unidos". En concreto, esto quiere decir que los futuros smartphones de Huawei no tendrán acceso a Android (salvo a la versión de código abierto que está disponible para todo público) ni a los productos del ecosistema de Google como Maps, YouTube y Gmail, entre otros.

NTT Docomo informó que dejó de recibir pedidos del modelo de móvil Huawei P30 (REUTERS/Jason Lee/File Photo)
NTT Docomo informó que dejó de recibir pedidos del modelo de móvil Huawei P30 (REUTERS/Jason Lee/File Photo)

Por su parte, quienes hoy tienen un smartphone de Huawei sí continuarán teniendo acceso a esas apps pero no recibirán actualizaciones de Android. Las novedades deberían llegar en adelante de la mano de Huawei que, por lo que se sabe, ya está trabajando hace años en el desarrollo de un sistema operativo propio.

Google no es la única empresa que tuvo que cortar relaciones. Los mismos pasos siguieron Intel, Qualcomm, Intel, Broadcom, Xilinx y Microsoft. La lista sigue y va más allá de los límites de Estados Unidos. La empresa ARM también anunció que dejará de comerciar con Huawei.

Las empresas de telefonía Vodafone y British Telecom, por su parte, anunciaron que no ofrecerán equipos 5G de la compañía. Y la compañía japonesa NTT Docomo informó que dejó de recibir pedidos del modelo de móvil Huawei P30, cuyo lanzamiento en el país estaba previsto para dentro de unos meses.

Cómo afecta esto a Huawei

El veto a Huawei golpea de lleno a la compañía, tal como lo reconoció su CEO, Richard Yu. Y no es para menos. Intel es el principal proveedor de chips de servidor para la empresa china; Qualcomm le vende procesadores y módems para muchos de sus smartphones, en tanto que Xilinx comercializa chips programables utilizados en redes y Broadcom es un proveedor de circuitos integrados, otro componente clave para la compañía.

El conflicto entre Estados Unidos y Huawei está atravesado por el despliegue de las redes 5G (REUTERS/Dado Ruvic/File Photo)
El conflicto entre Estados Unidos y Huawei está atravesado por el despliegue de las redes 5G (REUTERS/Dado Ruvic/File Photo)

A esto se suma la limitación de ofrecer Android y los productos de Google, lo cual afecta profundamente a la comercialización de sus equipos fuera del mercado local. Cabe recordar que en China la empresa ofrece otras apps, ya que en ese país Google, al igual que Twitter y Facebook, está bloqueado.

También afecta el despliegue del 5G ya que, tal como se mencionó, varias empresas de telefonía ahora decidieron frenar los vínculos con la compañía. Y probablemente se sumen más compañías a este bloqueo.

Todo esto, a su vez, incidirá en la guerra comercial que está entablada entre China y Estados Unidos. Hace apenas unos días el gobierno de Xi Jinping anunció que aumentarán del 5% al 25% los aranceles sobre productos estadounidenses que entren al país. Se trata de una medida que se tomó como respuesta a la decisión de Washington de elevar los impuestos a productos chinos valorados en 200.000 millones de dólares.

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