María del Monte afronta el juicio de Antonio Tejado centrada solo en un único deseo para 2026

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María del Monte afronta el final de 2025 con un deseo muy claro para el nuevo año y con la vista puesta en la resolución del proceso judicial en el que está implicado su sobrino, Antonio Tejado, acusado de ser el presunto cerebro del violento robo en la casa que comparte con su esposa, la periodista Inmaculada Casal, en agosto de 2023. La Fiscalía y la acusación particular reclaman para él penas que alcanzan hasta los 30 años de prisión y el caso se encuentra ya en la fase previa al juicio oral, en un contexto que la propia pareja ha descrito como duro emocionalmente, aunque confiando en que sea la Justicia la que ponga luz definitiva sobre lo ocurrido.

En este escenario, lejos de entrar en detalles sobre el procedimiento o de valorar públicamente la situación de su sobrino, María del Monte resume sus deseos para 2026 en una sola palabra que repite casi como un mantra: salud. "El tiempo será el que determine esas cosas y mi deseo para el año que viene es el único, que es lo único que depende de nosotros: salud, salud y salud", responde con calma al ser preguntada por el futuro de la causa y por cómo encara los próximos meses, dejando claro que prefiere apoyarse en la prudencia y en el paso del tiempo antes que alimentar el ruido mediático.

Fiel a ese perfil discreto que ha mantenido durante todo el proceso, la artista vuelve a esquivar cualquier polémica cuando surgen nombres propios tan sensibles en su historia personal como Isabel Pantoja o Isa Pi. Lejos de opinar o alimentar titulares, María del Monte opta por guardar silencio y se sube a un taxi junto a Inmaculada Casal, dejando en el aire cualquier comentario sobre su exgran amiga o sobre si ha llegado a conocer ya al hijo de su ahijada, una actitud que encaja con la distancia que mantiene desde hace años respecto al universo mediático de los Pantoja.