Países ribereños del Atlántico quieren mayor cooperación

Cerca de una docena de ribereños del océano Atlántico, entre ellos Estados Unidos, Brasil o Argentina, instaron el martes a reforzar su cooperación en los campos económico, marítimo y medioambiental, en un encuentro al margen de la Asamblea General de la ONU.

Esta iniciativa fue anunciada en una reunión ministerial de los países atlánticos y pretende, según un comunicado conjunto, reforzar los lazos entre estos Estados costeros del Atlántico "del que dependemos para nuestra supervivencia".

Los países firmantes, además de Estados Unidos, Argentina y Brasil, son Angola, Canadá, Costa Rica, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Ghana, Guinea-Bissau, Irlanda, Mauritania, Países Bajos, Noruega, Portugal, España, Senegal y Reino Unido.

Se trata por el momento de un proceso consultivo y de un llamado a cooperar, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, ante sus homólogos independientemente del avance de las negociaciones para crear un marco más formal.

En su comunicado, los Estados firmantes instan a otros países ribereños a sumarse a la iniciativa.

Se trata sobre todo de una cooperación económica, de la gobernanza marítima y de la lucha contra el calentamiento climático.

Estados Unidos prevé dedicar 100 millones de dólares a esta iniciativa, además de 400 millones de dólares que consagra anualmente a programas sobre el océano Atlántico, precisó Blinken.

"El océano Atlántico representa importantes rutas marítimas, recursos naturales significativos y una biodiversidad esencial", aseguran los países firmantes en su llamado pero también "desafíos como la piratería, el crimen organizado, la pesca ilegal, la contaminación y el cambio climático".

El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, ha hecho de la cooperación en materia de medio ambiente, incluida la protección de los océanos, una prioridad.

Citando los datos de la FAO, el jefe de la diplomacia estadounidense subrayó el martes que "un pez de cada cinco en el mercado" fue capturado de manera ilegal lo que representa una pérdida anual de "entre 10.000 a 23.000 millones de dolares".

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