Un dirigente indígena lenca fue asesinado a tiros por desconocidos en el norte de Honduras, informó el lunes la policía, en un país donde más de 150 activistas de derechos humanos o ambientalistas han muerto en circunstancias similares en la última década.
Juan Carlos Cerros Escalante, de 41 años y defensor de territorios indígenas, murió tras ser baleado la noche del domingo en la aldea Nueva Granada, municipio de San Antonio de Cortés, unos 150 km al norte de Tegucigalpa, detalló un comunicado policial.
"Juan Carlos Cerros era un defensor del medioambiente de las comunidades que van a ser afectadas y que son afectadas por la instalación del proyecto hidroeléctrico El Tornillito", dijo a la AFP la ambientalista del norte de Honduras Betty Vázquez.
La obra, valorizada en 600 millones de dólares, planea ubicarse entre las comunidades de San Antonio de Cortés y Villanueva, en el departamento de Cortés.
Grupos ambientalistas consideran que la represa dañará la agricultura, al inundar cientos de hectáreas de tierra fértil, además de afectar a varias familias, que deberán ser desplazadas de la zona.
La empresa propietaria del proyecto, Hidrovolcán, asegura tener el apoyo de varias comunidades, que su obra será amigable con el medioambiente, respetará el cauce del río del cual se alimentarán y que reforestarán la zona.
Vásquez contó a la AFP que Cerros, líder de la organización Comunidades Unidas de Chinda, departamento de Santa Bárbara, sufrió el ataque cuando regresaba con sus hijos a su casa, luego de visitar a su madre.
Agregó que el dirigente lenca había sido objeto de un atentado el año pasado, por lo que estaba bajo un sistema de protección del gobierno.
La ONG Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (cofadeh) denunció en una publicación que este "crimen se suma a los asesinatos políticos en el país".
Más de 150 activistas de derechos humanos y del medioambiente han sido asesinados en Honduras desde el golpe de Estado de 2009 contra el entonces presidente de izquierda Manuel Zelaya, según organismos humanitarios.
Uno de los crímenes más sonados ocurrió en 2016, cuando mataron a la emblemática ambientalista Berta Cáceres. Siete personas están presas por el crimen ejecutado, según la sentencia, por oponerse a la construcción de una represa hidroeléctrica en el río Gualcarque, oeste del país.
nl/mav/lda
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