Así fue la última llamada de un soldado que murió en el atentado de las FARC

"Mi amor, te quiero mucho. No te preocupes que estoy bien. Cuida muy bien a mis hijos". La esposa del sargento Diego Benavides Molina reveló la conversación que tuvo horas antes del ataque guerrillero que dejó 11 militares muertos

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La última vez que la colombiana Sandra López se comunicó por celular con su esposo, el sargento Diego Édison Benavides Molina, fue el martes a las 7 de la tarde, unas horas antes del ataque de la columna guerrillera Míller Perdomo de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en el que murieron este suboficial y diez militares más.

En una charla corta, el sargento oriundo de Pitalito, municipio del departamento de Huila, preguntó por sus hijos, de 3 y 8 años, y un minuto después colgó. "Me dijo que tenía que salir a trabajar en la madrugada", explicó Sandra López, según un artículo del diario El Tiempo.

El militar, de 36 años, de los cuales 17 había dedicado al Ejército, se despidió con un "mi amor, te quiero mucho; no te preocupes que estoy bien; cuida muy bien a mis hijos". Cuando colgó el teléfono, ella le pidió a Dios que lo protegiera. "Porque a diario me dicen que Valle y Cauca son zonas muy complicadas en temas de orden público", contó.


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Sandra recibió la noticia de la muerte de su esposo en su casa y de inmediato se trasladó a Neiva, a esperar el cuerpo del hombre que conoció 9 años atrás. "Diego Édison fue un buen esposo, un excelente padre, que todos los días estaba pendiente de lo que necesitaban sus hijos", dijo.

El militar había sido asignado a la III Brigada del Ejército en agostó del año pasado.

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En el barrio Rodrigo Lara Bonilla, un sector vulnerable de Pitalito, Laudina Molina, madre del sargento y viuda de 56 años, también recordó que desde niño su hijo "tuvo inclinación por todo lo que tuviera que ver con la vida militar, y hasta jugaba a la guerra con armas de juguete".

A comienzos de marzo, cuando viajó al Huila para asistir al entierro de su abuelita, su madre le preguntó en varias oportunidades cómo andaba en el Cauca, preocupada por las frecuentes noticias sobre el orden público en esa región del sur occidente del país. "Con un abrazo, me contestó que estaba bien porque amaba el Ejército", recuerda Molina, quien vive en una casa que le dejó su fallecido esposo.

"Era un hijo excelente, de corazón noble y bondadoso; cada mes me enviaba 200.000 pesitos (u$s78) para mis gastos y los de su hermanita, que sufre de síndrome de Down", afirmó la madre de familia. Además, insistió, en cada Navidad su hijo les "compraba ropa y zapatos".

Un enfrentamiento en el corregimiento de Timba, en la región sur de Colombia, dejó el miércoles 11 militares muertos y 18 heridos, en un ataque atribuido a la guerrilla de las FARC.

El hecho se produjo en medio de un período de cese de las hostilidades que decretaron las FARC desde mediados de diciembre y días después de que el presidente Juan Manuel Santos renovara por un mes la suspensión de bombardeos contra campamentos del grupo armado.

Este jueves, el presidente Santos decidió reanudar los bombardeos contra la guerrilla: "He ordenado a las Fuerzas Armadas levantar la orden de suspensión de bombardeos a los campamentos de las FARC hasta nueva orden", anunció al término de un consejo extraordinario de seguridad que encabezó en la ciudad de Cali.