Qué hay detrás de la solución química de la obesidad

Una droga para diabéticos tipo 2 que se estudiaría para tratar la obesidad abrió un profundo debate acerca del uso de las drogas off label, para otra indicación que la que ha sido aprobado. Infobae consultó especialistas

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La llamada "farmacología de la obesidad" genera hoy muchas expectativas. Y por eso la precisión sobre el tema se hace imprescindible. La llama que mantiene vivo tanto interés es que hasta hoy no hay novedades revolucionarias en la aparición de una solución química para tratar la obesidad.

Desde la ciencia, la única tendencia que se afianza en la actualidad para tratarla es que las pocas drogas aprobadas en diversos países del mundo siguen la línea de fármacos ya conocidos y que hasta ahora se recetan para tratar adicciones y conductas adictivas.

Hace un tiempo, una noticia pone al tema nuevamente en la picota a partir de una droga para pacientes que padecen diabetes tipo 2 y que adquiere un uso off label (en español," fuera de la etiqueta").

Un medicamento transita el off label cuando se prescribe y utiliza para otra función que para la que ha sido aprobado por las autoridades regulatorias correspondientes de los distintos países donde circula. Y esto es lo que está ocurriendo actualmente con la droga Liraglutida, producida por el laboratorio danés Novo Nordisk, siendo Brasil el país epicentro de la polémica.

Fuentes off the record del laboratorio Novo Nordisk en la Argentina dijeron a Infobae que la droga liraglutida se la puede utilizar solamente para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Sólo está aprobada en la Argentina -desde el año 2010- y en el resto de los países para el exclusivo tratamiento de pacientes adultos con esa enfermedad.

En un escueto pero contundente comunicado oficial que circuló este lunes luego de las versiones periodísticas, el laboratorio Novo Nordisk Pharma Argentina SA aseguró que pretende "desalentar toda difusión y especulación para tratar otras condiciones médicas para las cuales la droga liraglutida no ha recibido aprobación en la Argentina, ni en el mundo como depresor de la obesidad".

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Consultado por Infobae, el doctor Ricardo Olmedo (MN 44.791), médico especializado en obesidad y trastornos alimentarios explica: "Que la solución contra la obesidad se perfila desde la ciencia como una solución química es algo sobre lo que hay consenso entre los especialistas en el tema. Pero atención: hay que ser muy cautelosos con lo que se difunde e informa porque cualquier movimiento genera en el mundo entero una expectativa desmedida".

La información científica más contundente alrededor de la llamada farmacología de la obesidad es que las hormonas del cerebro de los adictos son iguales a las del cerebro de los obesos. En ambos casos, la dopamina, la droga que nos provoca el placer, está alterada.

Puntualiza Olmedo: "Sobre la liraglutida, se trata de un fármaco inyectable para enfermos con una condición grave como la diabetes tipo 2 . Es un medicamento al que sólo se accede por receta, no es de venta libre, ni de consumo masivo. Producido por el laboratorio Novo Nordisk que ha sido aprobado para esa enfermedad puntual, pero que aún no tiene ninguna aprobación en el mundo entero para tratar la obesidad. Sí es conocido entre los especialistas que el laboratorio danés ha peticionado para iniciar las fases de estudios clínicos para investigar la aplicación de la droga liraglutida en casos de obesidad".

La fuerza de los entes regulatorios

Cabe destacar que los laboratorios no pueden ni deben jugar con los límites del off label de un medicamento. Es decir, tienen que ser contundentes cuando un medicamento desvió su uso y más aún si ese "desvío se hizo masivo", sobre todo porque pone en riesgo el abastecimiento del medicamento para su uso público original, en este caso los diabéticos tipo 2, como ocurre efectivamente, por oleadas, en estos momentos en Brasil".

Al respecto, cabe recordar un caso emblemático que ocurrió hace algunos años con el laboratorio GlaxoSmithKline que contaba entre sus medicamentos con un antidepresivo formulado a base de la sustancia química bupropion. Con el tiempo se popularizó su uso para dejar de fumar, antes de que fuera aprobado por una autoridad regulatoria. Esto le valió al laboratorio una multa millonaria porque se consideró que promovió el uso off label del mismo. Y de vuelta se agitó el debate internacional.

Remarca el doctor Olmedo: "Está claro que ningún laboratorio en el mundo puede promover la acción secundaria de un medicamento sin que las autoridades regulatorias lo acepten. En el caso de la droga liraglutida, los médicos diabetólogos acuerdan que los pacientes diábeticos tipo 2 efectivamente tienen una pérdida de peso, moderada, al ingerir la droga, pero tampoco se trata de una pérdida de peso espectacular. Otra cosa muy distinta es decir que la droga sirve para tratar la obesidad sin estudios en fase clínica completados. Por eso hoy no se puede afirmar su efectividad para adelgazar. Y mucho menos hablar de duplicar la dosis, sin alertar, ni profundizar sobre sus efectos secundarios".

El peor impacto del uso off label de un medicamento es que pone en riesgo el acceso del medicamento a quien verdaderamente lo necesita.

Puntualiza el doctor Olmedo: "En la Argentina existen dos químicos como el Mazindol y la Fentermina que están debidamente aprobados por la Agencia Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para la acción de supresores del apetito. Es decir que se los puede recetar legalmente para tratar la obesidad de manera legal".

Dosis y efectos colaterales

Mientras el tema avanza y el laboratorio decide si se inician las fases clínicas de investigación para relacionar la droga liraglutida para el tratamiento de la obesidad, hay que poner atención sobre las dosis y las efectos colaterales que existen y poco tienen que ver con la magia de una droga revolucionaria.

Cuando los pacientes diabéticos tipo 2 toman liraglutida para tratar su enfermedad es cierto que pierden peso -escaso como puntualizó Olmedo- pero la droga también provoca náuseas, vómitos y diarrea.

Olmedo se refiere además a que las dosis que se especulan para tratar la obesidad corresponden al doble de la utilizada para tratar la diabetes: de 1,5 mg a 3 mg. Esto prende la luz roja del trastorno colateral más agudo que podría provocar la droga: pancreatitis.

"Duplicar la dosis para tratar la obesidad es aumentar las náuseas, los vómitos y los trastornos de pancreatitis. Las incretinas, que son las drogas que se utilizan como última generación para tratar la diabetes y a la que pertenece la liraglutida, tienen alguna incidencia también en la posibilidad de desarrollar cáncer de páncreas".

Recetar un medicamento off label de ninguna manera puede quedar en una negociación entre médico y paciente.

"En esto hay que ser categórico, porque si yo receto algo que es para otra cosa, me tienen que sacar la matrícula de médico".

El organismo regulatorio de medicamentos y alimentos de los Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA), después de muchos años de no aprobar medicamentos para bajar de peso autorizó recientemente entre dos y tres fármacos, que no van en la línea de los que tratan la diabetes sino de los que tratan las adicciones.

Son fármacos que ya existían y se usaban para tratar adicciones: el antidepresivo bupropion; la naltrexona que se utilizaba para tratar adictos a la heroína, morfina; el síndrome de abstinencia al alcohol; y el topiramato, conocido antiepiléptico. Pero que aún no están disponibles, ni autorizados en la Argentina.

Precisa Olmedo: "En nuestro país, lo que sí está autorizado en el escenario de la farmacología de la obesidad es la fentermina como supresor del apetito y anoréxico".

Los argentinos comen mal y no respetan las 4 comidas diarias Shutterstock 162
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Lo que está claro es que las drogas que los entes regulatorios más prestigiosas del mundo aprueban para tratar la obesidad van en la tendencia de los fármacos que tratan conductas adictivas y adicciones y no en la línea de las drogas para tratar la diabetes.

Raúl Morín, presidente de la Academia Mexicana para el Estudio de la Obesidad (AMEO) y quien visitó el país en el marco del XIV Congreso Argentino de Obesidad y Trastornos Alimentarios realizado en septiembre pasado, explica a Infobae: "Nunca está de más insistir en que el sobrepeso y la obesidad son condiciones médicas crónicas. Por eso, se deben abordar mediante un programa integral, de largo alcance e individualizado de reducción de peso, siempre bajo el seguimiento de profesionales de la salud especializados, quienes disponen del conocimiento y herramientas necesarias para ayudar a sus pacientes y con ello prevenir el desarrollo de enfermedades asociadas".

"El exceso de peso es responsable de incrementar, entre otros males, el riesgo de padecer diabetes tipo 2, hipertensión arterial, diferentes alteraciones en los lípidos, enfermedades cardiovasculares en general, hasta problemas en las articulaciones y algunos tipos de cáncer. Nunca está de más insistir en que el sobrepeso y la obesidad son condiciones médicas crónicas. Es decir, se deben abordar mediante un programa integral, de largo alcance e individualizado de reducción de peso, siempre bajo el seguimiento de profesionales de la salud especializados"

Alerta el doctor Olmedo: "Con los efectos colaterales que describí, al duplicar la dosis el riesgo de pancreatitis entonces se eleva . Y atención también con la duración del tratamiento. El riesgo grave de banalizar la solución química contra la obesidad alienta la ilusión errónea de que se adelgaza sin esfuerzo y comiendo cualquier cosa".

En diálogo con el periodista Luis Novaresio, en Infobae TV, la doctora Cecilia Perel diabetóloga experta se refirió al uso de la droga liraglutida:

Una droga para diabéticos tipo 2 que se estudiaría para tratar la obesidad abrió un profundo debate acerca del uso de las drogas off label, para otra indicación que la que ha sido aprobado. Infobae consultó especialistas