Insólito: en Bolivia quieren legalizar 70.000 autos robados

Agrupados en un sindicato no autorizado, unos manifestantes reclaman la regularización de los vehículos. Ya cortan las rutas de varias regiones

Compartir
Compartir articulo
 Gentileza El Deber 163
Gentileza El Deber 163

Los integrantes del sindicato que agrupa a los dueños de automóviles contrabandeados bloquearon, el miércoles, varias carreteras de Bolivia para exigir la legalización de sus vehículos.

El Gobierno, por su parte, ya rechazó el pedido de la Confederación de Propietarios de Vehículos Indocumentados, un gremio al que no reconoce oficialmente.

Los medios locales aseguraron que los manifestantes cortaron rutas en varias regiones y que en el sur del país la policía dispersó a las personas que mantenían los cortes y liberó la circulación.

Las medidas de presión, focalizadas en rutas de La Paz, Cochabamba , Potosí y Santa Cruz, siguen a la negativa del Gobierno para que "legalicemos lo ilegal", según opinó el viceministro de Coordinación, Alfredo Rada.

"Vamos a enfrentarnos con palos y piedras a la policía", prometió Félix Mamani, dirigente de la agrupación sindical.

Las autoridades estiman que 35.000 automóviles ilegales circulan en el país, pero según Mamani son el doble. En su mayoría, son utilizados en pueblos y pequeñas ciudades donde los controles son menores.

El viceministro Rada dijo también que los manifestantes buscan aprovechar el clima electoral para obtener una nueva amnistía, como la que decretó el Gobierno tres años atrás. Pero Evo Morales, que busca un tercer mandato en las elecciones del 12 de octubre, anticipó que esta vez no cederá a las presiones.

La protesta se precipitó hace algunas semanas con la decisión de la aduana de decomisar automóviles y restringir la venta de combustible a los vehículos usados.

La mayoría de los automóviles contrabandeados ingresó ilegalmente desde los puertos del norte de Chile a pesar de que el gobierno boliviano ha dispuesto operativos militares para combatir el delito en la frontera.

Un automóvil de contrabando puede venderse en la cuarta parte del valor de uno nuevo. En general son adquiridos por agricultores devenidos en taxistas ante la falta de empleo. Según expertos, se trata de un problema que no se reduce al sector automotriz, ya que cerca del 70% de la economía boliviana es informal.