El fotógrafo quería mostrar lo diferentes que son cada una de las mitades del rostro humano. Para eso, realizó un original experimento.
Primero tomó diez fotos de diez personas distintas. Luego, a través de un programa de computadora, las cortó exactamente por la mitad.
Por último, copió cada mitad y la reprodujo del otro lado, en forma de espejo. Así obtuvo dos versiones completamente distintas de cada persona: una compuesta por su hemisferio derecho y la otra por el izquierdo.
"Me sorprendieron las sutiles, pero innegables diferencias entre nuestros dos rostros", contó Alex John Beck en diálogo con el DailyMail.
"Por ejemplo, un lado de la cara frecuentemente aparenta mayor atención que el otro. El sólo hecho de que un lado parezca menos presente que el otro es inquietante porque revela cierta falta de control, de un dominio total sobre las funciones básica de expresión", agregó.
Intencionalmente, Beck decidió no mostrar la imagen "real" de cada participante, con sus rostros tal cual son. La razón es que su objetivo no era mostrar la "desviación de la realidad", sino "la versión de la realidad que uno elige mostrar".
"Si hubiera mostrado la imagen original,
, en vez de comparar las dos versiones. No habrían hecho más que
", concluyó.