Maxi López, un portento físico en fase de aprendizaje

Nació en la capital federal argentina hace 20 años y nueve meses. Nunca ha salido de River Plate, aunque ha recorrido el mundo con las selecciones argentinas. El explosivo delantero Maxi López se convertirá este viernes en jugador del Barcelona con la vocación de curtirse en un 'nuevo mundo' más competitivo. Con pasaporte italiano, entra en la Liga y en la 'Champions' por la puerta grande. Ha costado seis millones y viene para quedarse cuatro años.

Maxi López empezó a ser conocido en España porque colaboró decisivamente en la eliminación de la selección de Santisteban del Mundial sub 17 de Trinidad y Tobago, en septiembre de 2001. Su lenguaje es el gol y lo habló en aquel partido, último de la primera fase.
 
Un disparo potente del bonaerense con su derecha fue el principio del fin del equipo que encabezaba Fernando Torres. Su principal arma es la potencia en la arrancada. Auxiliado por sus 189 centímetros de estatura y sus 90 kilogramos de peso, Maximiliano Gastón López es difícil de detener cuando se acerca al área con velocidad. Posee un buen remate, tanto con la derecha como con la cabeza. Le llaman 'el alemán', por su rubia cabellera y por su forma de entender el trabajo de un delantero.
 
Las excelencias físicas de un 'potro' de 20 años dejan rastros técnicos contradictorios. En un giro brusco y un remate rápido puede dejar tirado al mejor defensor e incluso se puede atrever a regatear con gotas del mejor arte. Lo recordarán siempre los hinchas de River Plate en una exhibición del 'niño' en La Bombonera de Boca, en el tornero Clausura 2004. Pero le queda mucho por perfeccionar, como corresponde a un futbolista de 20 años. Los mismos hinchas le han visto fallar en exceso en las resoluciones de las jugadas.
 
Maxi siempre ha estado en las divisiones inferiores de River Plate y, como queda dicho, en las selecciones argentinas de menor edad. Su evolución en los últimos tiempos lo colocó como titular de su equipo de toda la vida en el pasado torneo Apertura, en el que marcó cinco goles, los mismos que su compañero Nelson Cuevas. River luchó por el título hasta la penúltima jornada. Finalmente fue tercero.