Piletas naturales, acantilados, pesca y deportes de viento: cuál es el encanto del camino de la costa patagónica

Los paisajes argentinos no dejan de sorprender y es la costa atlántica de la Patagonia la que tiene una de las rutas escénicas más extensas y variadas que pocos conocen

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Piletas naturales de agua cálida en La Lobería (Gastón Taylor)
Piletas naturales de agua cálida en La Lobería (Gastón Taylor)

Para visitar en cualquier epoca del año por su variedad de opciones, la Patagonia argentina tiene a tan solo media hora de Viedma, provincia de Río Negro, acantilados de extensas playas y grandes médanos que cada vez más personas se animan a visitar recorriendo la ruta que bordea la costa entre el Cóndor y Bahía Creek.

La primera parada de esta ruta se puede hacer en el kilómetro 30 donde se encuentra la colonia de loros barranqueros más grande del mundo. Sus vuelos, el sonido, las entradas y salidas de los nidos que ellos mismos construyen hacen de este escenario un lugar para contemplar la naturaleza en estado puro. Sus cálidos vientos y la gran apertura de sus playas sin escolleras permiten que los aficionados a los deportes de aires la visiten durante todo el año.

Los paisajes argentinos no dejan de sorprender y es la costa atlántica de la Patagonia la que tiene una de las rutas escénicas más extensas y variadas que pocos conocen.

Avanzando sobre esta ruta, a unos 30 kilómetros más, se llega a La Lobería donde se puede disfrutar de un paradisiaco balneario con piletas naturales de agua cálida con un fondo de estilo infinito hacia la bahía. Además esta parada tiene a solo algunos metros la reserva natural protegida de lobos marinos de un pelo más grande de América Latina.

Bahía Creek es el lugar elegido para aquellos que necesitan una desconexión absoluta, para llegar se debe transitar esta misma ruta unos 70 km más, además de médanos que hacen sentir estar en el desierto de Sahara esta playa tiene las aguas más claras y cálidas del país.

La reserva natural de lobos más importante de la región  (Gastón Taylor)
La reserva natural de lobos más importante de la región (Gastón Taylor)

Para aquellos que deseen quedarse en esta playa existe la posibilidad de dormir en un hostel de características autosustentables ya que genera su propia energía eléctrica y su oferta gastronómica es un menú de comidas a base de plantas que además tiene habitaciones iglú con vista a las aguas cálidas y cristalinas del Golfo San Matías.

Destinos para disfrutar durante todo el año

Dentro de la misma provincia, a 198 km de Viedma y por la ruta provincial número 3 se puede llegar en 2 horas al balneario Las Grutas.

Su nombre refiere a los acantilados que separan la costa de la ciudad, que a la vez la protegen del clásico viento patagónico y que tiene una de las condiciones naturales más buscadas, ya que por su ubicación geográfica Las Grutas logra recibir 12 horas diarias de luz solar creando un ecosistema que permite encontrarse con atardecer que bordear el horario de la noche.

Las Grutas tiene una de las playas con mayor amplitud de marea (Gastón Taylor)
Las Grutas tiene una de las playas con mayor amplitud de marea (Gastón Taylor)

La bahía de San Antonio Este es una buena opción para pasar un día distinto a 70 km de Las Grutas. Conocida como “el caribe de la Patagonia” este destino tiene playas como Las Perdices y Las Conchillas que gracias a sus piletas naturales de agua cálida y transparente hace de este lugar el preferido de las familias para pasar el día.

En esta misma bahía para los amantes de los mariscos se encuentra la parada obligada en el bar marisquería “El Puerto de José y Moni” donde se pueden degustar todas las exquisiteces locales.

El desierto de Bahía Creek (Gastón Taylor)
El desierto de Bahía Creek (Gastón Taylor)

Una de las atracciones naturales de San Antonio Este, es el avistaje de lobos marinos que se suma a la inmensidad del horizonte oceánico. El paseo en lancha dura una hora, donde se puede conocer toda la historia del lugar y la importancia de este puerto para la economía argentina.

A 60 kilómetros de Las Grutas se encuentra la reserva de sal para uso industrial más grande del país. La visita a las salinas del Gualicho es una de las experiencias que todos los amantes de los atardeceres no deben perderse ya que es una gran oportunidad para observar no solo la caída del sol sobre la bahía sino como su luz se refleja en el agua salada hasta entrada la noche, mientras las historias y relatos que albergan esas llanuras son compartidas por los guías turísticos.

Piedras de sal en Gualichos donde se puede ver la caída del sol hasta entrada la noche (Gastón Taylor)
Piedras de sal en Gualichos donde se puede ver la caída del sol hasta entrada la noche (Gastón Taylor)

Pocitos, la cuna de las ostras

La visita a esta localidad es una buena opción para pasar un día distinto. En poco más de una hora y media de Viedma se puede cruzar al balneario bonaerense de Los Pocitos, cuya atracción natural es el agua cálida y cristalina que se puede encontrar en la costa de esta bahía donde, además, crecen las mejores ostras de la costa argentina.

Para los amantes de la pesca este destino tiene un largo muelle que permite caminar y meterse mar adentro mientras muchos de los visitantes disfrutan de bañarse en sus transparentes aguas.

Salinas del gualicho (Gastón Taylor)
Salinas del gualicho (Gastón Taylor)

Al comenzar cada año, durante todo el mes de enero se celebra la Fiesta Provincial de la Ostra lo que hace de este destino un lugar para disfrutar de los placeres gastronómicos que ofrece la Argentina. Es este balneario el que tiene los bancos de ostras más grandes de la región lo que la hace muy relevante para la economía del país.

Así es la costa atlántica de la Patagonia argentina un destino de rutas y paisajes escénicos, aguas y temperaturas cálidas con opciones gastronómicas autóctonas para todos los gustos que se puede disfrutar en cualquier época del año.