Ruptura eterna: cuáles son las claves para superar una separación

Por qué muchas personas no pueden asimilar el final y cuánto se tarda en llegar a la “aceptación”. Cómo transitar el problema y salir fortalecido

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Los tiempos de los integrantes de la pareja frente a una ruptura suelen no ser los mismos (Shutterstock)
Los tiempos de los integrantes de la pareja frente a una ruptura suelen no ser los mismos (Shutterstock)

La separación es una de las etapas de la vida que la mayoría de las parejas nunca quiere atravesar. Pero muchas veces resulta inevitable y tampoco es el fin del mundo. La clave radica en qué herramientas posee cada persona para aprender a sobrellevar ese duelo.

Cada integrante puede atravesar diferentes caminos para aceptar que la relación se terminó. Dependerá de cómo procese la situación y de su capacidad de aceptación, concepto fundamental a la hora de superar la disolución de la pareja.

"Siempre que se habla de aceptación, se habla de que tenemos que incorporar a nuestra vida algo que no queremos que suceda, algo que no es grato y no sólo eso, es doloroso", explicó el licenciado en Psicología Sebastián Girona (MN 44140). "Por eso, aceptar siempre implica un duelo, implica transitar un dolor, en este caso por lo que no fue, por lo que no salió como yo quería. Ese es el duelo que tiene que ver con pasar de lo ideal (lo que yo quería) a lo real (lo que sucedió). Aceptar implica un proceso y este siempre conlleva tiempo y cambios. O sea que durante este tiempo voy a pasar por diferentes estados".

Aceptar siempre implica un duelo, implica transitar un dolor, en este caso por lo que no fue, por lo que no salió como yo quería

Es importante saber desde el principio que el proceso de aceptación no está libre de recaídas. Aunque la persona lo transite de manera positiva, en algún momento puede presentarse una fase de crisis. Eso no implica un retroceso sino que la recaída es una parte natural de la situación. No hay que enojarse con eso. En todo caso, la recaída también hay que aceptarla.

"Una relación que se termina, en la que hubo convivencia de años y se formó una familia con hijos, forma parte de la realidad psíquica de esa persona y puede requerir mucho tiempo entender que ya no está ese vínculo, que se perdió y que, al mismo tiempo se debe comenzar a reconstruir la vida", dijo el especialista. Y añadió: "Es todo un proceso mental que implica una crisis personal muy profunda. Una pareja con hijos puede llegar a tardar en separarse definitivamente como mínimo dos años".

Dentro de ese proceso pueden existir distintas etapas y distintos momentos. La canción de Joaquín Sabina reza que un hombre tardó en olvidar a una mujer "19 días y 500 noches" para explicar que las pérdidas se sufren más por la noche, que es la etapa del día de mayor intimidad y suele ser el momento en el que uno se queda "a solas consigo mismo".

Cuando una relación comienza a estar en crisis, es común que aparezca la angustia, generalmente relacionada a la incertidumbre. "Esto sucede porque se pierde control en algo que uno acostumbra a tener controlado y estable. Muchas veces sucede que, después de separarse, esa persona vuelve a tener control sobre sí mismo y eso hace que baje la angustia. También puede aparecer una sensación de alivio, que hasta puede ser provisoria", describió Girona.

Luego de una primera etapa de ‘alivio’ o sensación de liberación, debería llegar el momento de tomar dimensión real de lo que pasó

Para pensar en el proceso, dependerá, por supuesto, de cómo haya sido esa separación, si lo decidió uno solo, si fue un consenso, si se dio de manera abrupta o surgió después de un largo período de crisis. Cada caso posee sus propias características. "De cualquier forma, estamos hablando de una frustración personal y de la posibilidad de aprendizaje que dejará o no, dicha frustración", aclaró el especialista, quien puntualizó que "la primera etapa puede tener que ver con alivio, angustia o sensación de liberación, es una etapa provisoria que aparece inmediatamente después de la separación".

Lo habitual es que los sentimientos de los instantes posteriores a una ruptura sean muy diferentes a los de pasado un tiempo. El alivio o la sensación de liberación le dejarán paso a la segunda etapa.

El duelo dependerán de si la decisión fue unilateral o tomada de común acuerdo (Shutterstock)
El duelo dependerán de si la decisión fue unilateral o tomada de común acuerdo (Shutterstock)

"La etapa siguiente tiene que ver con tomar dimensión real de lo que pasó. Con poder darse cuenta y tomar conciencia que comienza otra etapa de la vida, diferente a la anterior, y en la que esa persona tendrá que trabajar en su mundo interno para poder entender qué fue lo que ocurrió en la pareja", describió Girona. "Se analizan qué conflictos surgieron por responsabilidad propia, cuáles se atribuyen a comportamientos del otro. Esta es una etapa que no tiene tiempos predeterminados, dependerá de cada uno".

Después de entender qué fue lo que realmente sucedió, llegará el momento de volver a empezar, por lo menos en lo que respecta en la vida afectiva. "Se debe comenzar a reconstruir a partir de lo que quedó y poder generar una apertura hacia el mundo exterior en donde se contemple la posibilidad de conocer a alguien. Esta etapa es muy diferente a la anterior, menos reflexiva y tiene que ver con pasar a la acción", siguió el especialista.

La duración de cada etapa también es importante. "No hay que apurar ni acelerar el proceso de aceptación y duelo", ya que si cada etapa dura lo que tiene que durar, el proceso terminará favorablemente y eso permitirá poder aprender de lo que pasó y empezar otra historia más sana".

Frente a una separación o crisis personal, cabe destacar el concepto de resiliencia que es la capacidad de transitar y superar una crisis personal e incluso salir fortalecido. Es como el dicho "lo que no te mata te fortalece".

"Dependerá de la capacidad de resiliencia que tiene cada uno, el tiempo que tarde en aceptar la separación. A esto habrá que sumarle las redes sociales de esa persona, las personas que están alrededor y que forman parte del contexto percibido, es ahí en donde hay que apoyarse para poder recuperarse de una ruptura", agregó.

Una separación no es ni buena ni mala en sí misma. Eso lo decide una persona y el veredicto llega con el tiempo. Si después de una separación se puede aprender de lo que pasó para formar una pareja más sana y más feliz, entonces habrá significado una oportunidad que se aprovechó de manera saludable.

En ese sentido, Girona finalizó: "Si después de una separación la persona sigue formando parejas que le hacen mal y su vida sentimental no termina de avanzar, entonces no habrá podido aprovechar la ruptura".