De promesa del hockey y medallista a niñera de Martita y Felipe: Marisa López, la mujer que eligió Ricardo Fort

En el 2004 nacieron los mellizo gracias a una subrogación que el chocolatero realizó en Los Ángeles. A las pocas semanas, al llegar a Buenos Aires, él buscó a alguien que lo ayudara a cuidarlos y a través de un familiar llegó recomendada la ex deportista

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Marisa López con Gustavo Martínez, Ricardo, Martita y Felipe Fort
Marisa López con Gustavo Martínez, Ricardo, Martita y Felipe Fort

“Mi papá es Ricardo Fort y después tengo a Gustavo y a Marisa que nos cuidan. Otra persona no me interesa. No hace falta la genética para ser familia”, dijo alguna vez Marta Fort al referirse a quienes son “su familia adoptiva” como varias veces definió a su tutor y su niñera.

Martita y Felipe, que en febrero cumplirán 18, nacieron en Los Ángeles gracias a una subrogación. Ricardo tenía desde hace años el deseo de ser tener hijos y se lo contó a su padre cuando estaban viajando a una exposición de chocolates en Europa. La primera reacción de Carlos fue desestimar la idea de su hijo pero luego le dio el dinero que éste necesitaba para emprender la búsqueda.

Ricardo con los mellizos recién nacidos (Crédito: Natalia Román)
Ricardo con los mellizos recién nacidos (Crédito: Natalia Román)

Luego de varios trámites en Estados Unidos y de visitar clínicas, el deseo comenzó materializarse. El 25 de febrero del 2004 nacieron sus hijos a quienes bautizó en honor a su madre y a su abuelo, el fundador de la fábrica de chocolates. Aunque en sus últimos años se lo veía constantemente rodeado de gente, viajó solo a recibir a sus bebés y hasta fue el encargado de cortar el cordón umbilical. Por cuestiones laborales, Gustavo que en ese entonces ya no era pareja, no pudo acompañarlo al nacimiento, tampoco fueron los flamantes abuelos que conocieron a los chicos recién a los dos meses cuando llegaron a la Argentina.

Los primeros días los mellizos estuvieron en incubadora por su bajo peso y una vez que estuvieron fuertes fueron dados de alta y viajaron a Miami al departamento familiar, donde los esperaban Claudio Borges, entrenador físico y su esposa. Ellos lo ayudaron a armar las cunas, comprar la ropa y sostuvieron a Ricardo en sus primeras semanas como papá. Luego, llegó el relevo y fue Karina Antoniali, ex esposa de Eduardo (hermano de Ricky) quien lo acompañó, junto con su hija Macarena que en ese entonces tenía cuatro años.

Ricardo Fort con su sobrina Macarena y sus mellizos recién nacidos
Ricardo Fort con su sobrina Macarena y sus mellizos recién nacidos

Fascinado con sus hijos, Ricardo estaba convencido de que quería hacer todo él, pero no es fácil para nadie, encontrarse como padre solo al cuidado de dos bebés. Fue quien era su cañada quien lo convenció de contratar una niñera que lo ayudara en la diaria con los chicos y luego fue un paso más allá y le dijo con nombre y apellido quién era la persona indicada para la tarea: Marisa López.

El seleccionado de Hockey en los Panamericanos de 1995, en los que Marisa López alzó una medalla de oro (Crédito: Confederación Argentina de Hockey)
El seleccionado de Hockey en los Panamericanos de 1995, en los que Marisa López alzó una medalla de oro (Crédito: Confederación Argentina de Hockey)

La flamante tía era amiga de la niñera y por eso no dudó en recomendarla. Ricardo, muy cercano y amigo por esos años de Karina, confió en ella y así fue como Marisa comenzó a ser parte de la familia.

Su conexión con los bebés fue inmediata. Ella venía del mundo del deporte, había jugado al hockey y participado en la Selección, antes de que este fuera bautizado con el nombre de Las Leonas. Junto con Magdalena Aicega y Vanina Oneto, alzó la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata de 1995. Un año después de aquel logro, dejó el equipo, según dijeron en El Gráfico porque se le complicaba coordinar los horarios para entrenar.

Marisa, que hoy tiene 57, había llegado al seleccionado de Hockey en 1983, jugó en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 donde por primera vez participó la selección argentina obteniendo el puesto número 7 y en 1995 decidió retirarse tras haber llegado a ser capitana. En algunas crónicas de la época la describen como un “genio” que ya hacia sus trece años se perfilaba como una gran deportista: nadaba y jugaba al tenis hasta que se enamoró del palo y la bocha. “Era técnicamente perfecta y descollaba en todos los puestos, hasta de arquera. Pero especialmente era valiosa en defensa, porque a todo lo demás le agregaba su gran visión de cancha y una velocidad mental”, la describía el diario La Voz.

Marisa López con Ricardo, Gustavo Martínez, Martita y Felipe Fort
Marisa López con Ricardo, Gustavo Martínez, Martita y Felipe Fort

Quienes frecuentaron la casa de Fort dijeron a Teleshow que ella era “una imagen materna para los mellizos” a quienes “quiere como si fueran sus hijos” y que estaba junto con Gustavo “pendiente de todo”, no solo de Martita y Felipe, sino también de los detalles del hogar y del propio Ricardo. “Vivía cuidando a todos y él tenía agradecimiento por su labor”, aseguraron, sobre todo en los últimos tiempos en los que él estaba mal de salud.

Marisa López con Martita Fort en el cumpleaños de quince de la hija de Ricardo
Marisa López con Martita Fort en el cumpleaños de quince de la hija de Ricardo

En varias oportunidades ella viajó a Miami con los chicos o a donde ellos fueran de vacaciones para acompañarlos y cuidarlos desde su rol de niñera. Incluso recibió el 2021 en la ciudad preferida del chocolatero con los mellizos, el tío de ellos, los primos y Rocío Marengo. Junto con Gustavo es quien se encarga de acompañar a Martita y Felipe en su día a día y seguro sea una de las personas que mejor los conoce, ya que desde que tienen unos pocos meses los cuida y nunca se separaron.

Los Fort recibieron el 2021 en Miami
Los Fort recibieron el 2021 en Miami

Martínez había sido pareja de Ricardo y estaban separados cuando el chocolatero decidió cumplir su sueño de ser padre, deseo que venía postergando desde hacía años y que logró gracias a que su padre le dio el dinero para realizar una subrogación de vientre en Los Ángeles. Cuando personal trainer fue operado el mediático le abrió las puertas de su casa para que realizara el post operatorio. Se incorporó de manera tan natural al hogar integrado por Ricky, Marisa y los mellizos, que entre todos decidieron que lo mejor era que se quedara a vivir con ellos. Meses antes de partir, cuando el dolor físico era insostenible y no había morfina que alcanzara a calmarlo, Ricardo realizó un poder a través del cual dejaba establecido que si algo le sucedía, su amigo quedaba a cargo de la tutela de los chicos, que en ese entonces tenían solo nueve años.

En febrero del año que viene, cuando cumplan 18 ya podrán decidir por ellos mismos dónde y con quien vivir y también tendrán potestad sobre sus acciones en la fábrica. Aunque ya no necesiten niñera, Marisa, como varias veces Martita y Felipe lo dijeron, fue, es y será siempre su FAMILIA.

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