El diagnóstico llegó en 2017 aunque la fotógrafa Magali Agnello había pasado años dejando huellas en sus fotos. Sin saber que tenía trastorno bipolar, fue capturando algunos de sus síntomas, como la apatía, la fatiga, las ideas desbordantes, el insomnio y los pensamientos suicidas. Hoy, a través de sus imágenes, intenta combatir el tabú que existe alrededor de la salud mental