El infierno en primera persona: desgarrador relato de una las víctimas del cura Justo Ilarraz

Se trata de uno de los casos de pedofilia más impactantes de la historia argentina

Compartir
Compartir articulo
El sacerdote Justo José Ilarraz ingresa al Tribunal de Paraná donde será juzgado por el delito de abuso y corrupción de 7 menores de entre 10 y 14 años
El sacerdote Justo José Ilarraz ingresa al Tribunal de Paraná donde será juzgado por el delito de abuso y corrupción de 7 menores de entre 10 y 14 años

La segunda jornada del juicio oral al cura Justo José Ilarraz, acusado de haber abusado de siete niños de entre 10 y 14 años, estuvo marcada por el crudo relato de las víctimas del religioso. Uno de los testimonios que más complicó la situación del acusado fue el de Maximiliano Hilarza, un hombre que se fue a vivir a Chile, luego de "escapar" de los abusos del cura en el seminario de Paraná, en 1991.

Su declaración generó una conmoción, ya que contó con detalles las prácticas que llevaba adelante Ilarraz con los menores. Entre sus revelaciones, contó que los abusos se concretaban en la ducha del seminario, donde el cura manoseaba a los menores. "Se enojaba cuando demorabas en llegar al orgasmo mientras te masturbaba", dijo Hilarza.

Fueron más de tres horas de una declaración que conmovió a toda la sala. Incluso él mismo se vio impedido por momentos de seguir con el relato, ya que sufre de asma y la carga emocional de revivir lo que le ocurrió lo dejó sin aire.

Hilarza, una de las víctimas (www.elentrerios.com – José Almeida)
Hilarza, una de las víctimas (www.elentrerios.com – José Almeida)

Al sacerdote se lo juzga en la causa caratulada "Ilarraz, Justo José sobre promoción a la corrupción agravada". Está acusado de haberse aprovechado de su posición de poder y de violar la integridad sexual de siete niños y adolescentes que cursaban en el seminario donde él se desempeñaba como precepto en viajes de camping. Según las pericias, las secuelas psicológicas fueron devastadoras.

El relato del hombre coincidió con otras víctimas en lo que respecta a la forma de actuar del religioso. En su mayoría, todos tenían un padre violento o estricto e Ilarraz se mostraba como una oportunidad de cambiar ese presente. Para ello se metía en las casas y se hacía amigo de las mamás, tal como el caso de Hilarza. "Mi papá y mi mamá, también fueron abusados, porque Ilarraz no solo se aprovechó de mí de manera física, sino también de todos los demás, a través de la mentira, de la intromisión en mi familia para que yo no hablara. Él demostró ser muy manipulador", relató la víctima después de la audiencia al diario UNO de Entre Ríos.

Fue tal el vínculo con la mamá de Hilarza que hasta viajó a Chile –lugar al que se habían ido tras los abusos– a visitarla, bautizó allí a un sobrino de Maximiliano y hasta durmió en la misma casa. "Esa noche no pude dormir", le dijo al Tribunal. Hasta ese momento, el joven no había revelado a su familia lo que había sucedido en el seminario y los efectos que le generó ese infierno fueron devastadores.

"Tuve problemas para relacionarme, para besar a una mujer, para tener relaciones", agregó ante el tribunal.  "Viví de nuevo esos momentos. Al sentarme frente al tribunal, me sentí como ese chico de 13 años. No era el hombre de 40 en esa habitación", dijo el hombre luego de la audiencia.

"Hoy conté lo que viví y lo que me pasó en el seminario. Me costó poder hablar, porque hay que tener en cuenta que estos hechos pasaron hace unos 30 años y yo no tuve ningún tipo de ayuda psicológica. Fue la primera vez que lo conté. Al hablarlo ahora, me descompensé un poco, por el asma", añadió.

"Yo diría que Ilarraz es un enfermo serial que repitió el mismo método con todos nosotros y con nuestras familias. Tras abusar de nosotros, no tenía problemas luego de ir a sentarse a la mesa con nuestras familias para callarnos y presionar para que nosotros no pudiéramos hablar".

Otra de las víctimas (ww.elentrerios.com)
Otra de las víctimas (ww.elentrerios.com)

"Ilarraz permanentemente estaba dando vueltas, rondando a la familia, y eso presionaba a los chicos, que teníamos entre 13 y 14 años cuando ocurrió todo esto. Además, tras la investigación canónica le prohibieron acercarse a las víctimas en Paraná o localidades donde las víctimas estuvieran", añadió más adelante.

Hilarza hizo referencia también a dos cartas que presentó la defensa de Ilarraz, donde supuestamente él mismo le había escrito al cura manifestando su agradecimiento al tiempo compartido entre ambos sin recriminarle nada. "Esa nota yo no la escribí, no es mi letra, y no sé quién lo hizo", dijo el hombre luego de declarar. "Como no reconocí mi autoría, es que se ejecutó una prueba caligráfica, ahora los peritos definirán al respecto, pero partiendo de la base de que yo no escribí eso", aseguró.

SEGUÍ LEYENDO: