Un día en Silicon Valley con la argentina premiada por el MIT

Infobae recorrió el paraíso de la innovación y el emprendedurismo junto a Agustina Fainguersch, la joven ingeniera de 27 años que fue reconocida por desarrollar una app para realizar un test rápido y privado de VIH

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silicon valley SF (3)

San Francisco– Caminar por los pasillos de Stanford, entrar a un local atendido por robots, pasar por la casa de Steve Jobs o visitar un McDonald's abandonado en la NASA son algunas de las experiencias que hacen de Silicon Valley un lugar más parecido a la ficción que a la realidad. Esta zona, compuesta por distintos pueblos del sur de la Bahía de San Francisco, se conoce como la meca de la innovación y la tecnología.

El paraíso techie -que la semana pasada visitaron representantes de la Bolsa de Rosario en busca de inspiración para la ciudad que apunta a convertirse en el polo tecnológico de la Argentina- debe su nombre a la cantidad de industrias de silicio apostadas en la zona (Valle de Silicio), abarca las ciudades de Menlo Park, Palo Alto, Redwood City, Sunnyvale, Mountain View y Cupertino. Representa el ecosistema donde surgieron y se sitúan las oficinas de gigantes como Facebook, Google, Apple, Yahoo, HP y Ebay, entre otras. Además, allí se encuentran los principales Venture Capital (como se conocen a los fondos de inversión para startups), lo que llevó a Silicon Valley a pasar de ser un parque industrial a convertirse en el centro neurálgico del emprendedurismo.  

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"Apertura, cosmopolita, valor humano". Bajo esos tres conceptos resume Agustina Fainguersch el significado del lugar. Esta ingeniera informática, de 27 años, llegó hace un año y medio a California en busca de inversiones para Wolox, una empresa con sello nacional que se especializa en desarrollo de tecnología para proyectos de innovación.

"Silicon Valley es el lugar más cosmopolita del mundo. Existe una mente muy abierta hacia al extranjero. Y es que la mayoría de la gente viene de otros lados y todos llegaron por una razón; eso crea una especie de lazo entre las personas y las relaciones. Por ejemplo, hay mucha apertura mental a que no tengas el mejor acento. Obvio que también tenés la elite de Silicon Valley, que pertenecen a un estrato social muy alto, con un estilo de vida marcado por la vestimenta, la dieta, los lugares que frecuentan… pero en general es muy abierto", cuenta la argentina, que tras su paso por la Singularity University fue premiada por el MIT (el Instituto de Tecnología de Massachussets) por la aplicación Muzi, un programa para detectar VIH en forma rápida y privada.

Agustina Fainguersch (27), ingeniera informática recibida en el ITBA, vive en San Francisco desde hace un año y medio.
Agustina Fainguersch (27), ingeniera informática recibida en el ITBA, vive en San Francisco desde hace un año y medio.

Sin embargo, a pesar del estilo de vida "abierto" que promueve, Silicon Valley no es ajeno a las clásicas problemáticas del mundo de trabajo más conservador, como el acoso sexual. Fainguersch advierte que se generó un gran revuelo luego de que se conociera el caso de Uber en junio pasado, cuando el director general y cofundador Travis Kalanick debió renunciar a su cargo ante la presión de los inversionistas por las denuncias de acoso. "Fue muy grave. Se llegó al punto de que acá recomienden no usar Uber como un referente para presentar un proyecto. La prensa apuntó muy duro contra la empresa aunque, por otra parte, la gente que trabaja ahí sigue contenta y la gente lo sigue usando", explicó.

Una estación de servicio abandonada forma parte del paisaje del Centro de Investigación de la NASA
Una estación de servicio abandonada forma parte del paisaje del Centro de Investigación de la NASA

El tema del acoso laboral trae aparejados algunos vestigios de machismo que aún se conservan en el polo emprendedor. "Pese a la apertura ser mujer es todavía más complejo. Lo noto en cosas que por ahí me cuestan más de lo que le podrían costar a un hombre. Por ahí a la hora acceder a reuniones o rondas prefieren negociar con un hombre", señaló.

¿Qué se sabe de Argentina? "No se sabe mucho. Este es el mercado más competitivo del mundo, y llegan cosas de todos lados. Lo que sí veo es que las personas que trabajaron con argentinos se quedaron con una muy buena impresión. En este sentido siento una enorme responsabilidad y siempre trato de transmitirlo a los que estamos acá: demostremos que se puede trabajar con argentinos, cambiemos la imagen equivocada que a veces se tiene de nosotros".

"El mercado más competitivo del mundo" se traduce no solo a la hora de impulsar un proyecto sino también en cuestiones de la vida cotidiana, como por ejemplo, a la hora de buscar compañero de cuarto.

"Acá para ser roommate de alguien te entrevistan como en un trabajo, porque buscan personalidades compatibles que no afecten su calidad de vida, que vean que cumplís los requisitos y que estás acá por el mismo motivo que ellos", cuenta Agustina, que comparte un piso con dos ingenieros canadienses.

Palo Alto

Las imponentes mansiones y tiendas exclusivas forman parte del paisaje de Palo Alto, el lugar elegido por la elite de Silicon Valley. Allí es posible toparse con la residencia de personalidades como el CEO de Facebook Mark Zuckerberg o la casa donde vivió hasta su muerte el creador de Apple Steve Jobs.

Agustina obtuvo una beca en un programa para emprendedores latinos dictado por la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford
Agustina obtuvo una beca en un programa para emprendedores latinos dictado por la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford

Además, es cuna de la prestigiosa Universidad de Stanford, donde Faingurshen está becada en un programa de la Escuela de Negocios para emprendedores latinos. "Me sigue sorprendiendo este lugar todos los días", confiesa.

La argentina vive en San Francisco y una vez por semana se toma el tren que atraviesa University Street, la avenida que se despliega a quince minutos de la Institución y que es conocida como el lugar donde los innovadores y estudiantes comparten diferentes espacios para "pertenecer" al circuito techie.

HanaHouse es quizás el espacio de coworking por excelencia. Está ubicado en un bar llamado Blue Bottle, que empezó como un emprendimiento casero y terminó convirtiéndose en el punto de encuentro para inversores y emprendedores; además de hacer, según los lugareños, el café más rico de la bahía.

HanaHouse es el espacio de coworking donde se juntan inversores y emprendedores. No hay mesas en el Blue Bottle Café que no estén ocupadas por laptops
HanaHouse es el espacio de coworking donde se juntan inversores y emprendedores. No hay mesas en el Blue Bottle Café que no estén ocupadas por laptops

"Si buscas una primera ronda para dar empuje a tu startup es una tradición que los inversores vayan a tomar un café ahí con los emprendedores. También se juntan profesores de las universidades", señala la joven y agrega: "Algo que tiene muy bueno Silicon Valley es que es fácil acceder a una primera ronda y después está en vos convencer a esa persona de acceder a una segunda".

Beam es la tienda más llamativa de Palo Alto. No hay personas en el local. Los empleados se conectan desde sus casas para atender a los clientes que ingresan y sus caras son proyectadas por una especie de “robot” con una pantalla plana que se utilizan para teleconferencias.
Beam es la tienda más llamativa de Palo Alto. No hay personas en el local. Los empleados se conectan desde sus casas para atender a los clientes que ingresan y sus caras son proyectadas por una especie de “robot” con una pantalla plana que se utilizan para teleconferencias.

La Nasa y Singularity

Ubicada en el Centro de Investigación AMES de la NASA, Singularity es la universidad ícono de Silicon Valley. El programa Global Solutions en el que fue becada Agustina tiene una duración de tres meses y participan 80 personas de 45 países. Durante ese período, los estudiantes deben desarrollar un emprendimiento que pueda tener un impacto social que alcance a millones de personas. "La beca incluye todos los gastos: desde los materiales, la comida y la vivienda dentro de las instalaciones de la NASA porque tiene el objetivo de que te enfoques el 100 % en el proyecto".

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Para Agustina el gran valor de Singularity es la gente, los profesores y compañeros. "Cuando estás ahí sentís que tenés la posibilidad de hacer algo que puede mover el mundo". Al terminar el programa, se quedó cuatro meses más porque su proyecto, Muzi, quedó entre los seleccionados por la aceleradora.

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"Vivir en la NASA fue la experiencia de mi vida". Comparado a Stanford y los alrededores de Palo Alto el paisaje del predio es bastante antiguo. Fain explica que es muy difícil hacer grandes cambios estructurales porque hay muchas trabas que tienen que ver con cuestiones de seguridad y confidencialidad del organismo.

Por eso, al caminar por las calles desiertas del predio uno puede toparse con la estructura de una estación de servicio hasta un McDonald's abandonado desde donde trabajan con satélites inactivos.

El Mac Donald’s abandonado en la NASA. En vez de hamburguesas su interior está repleto de satélites fuera de servicio
El Mac Donald’s abandonado en la NASA. En vez de hamburguesas su interior está repleto de satélites fuera de servicio

Mountain View, desde Google Plex a Apple

Esta ciudad es un punto importante dentro del recorrido por el polo tecnológico. Allí se encuentran el campus de Google y las oficinas de Apple.

A tono con la apertura bajo la cual se reconoce la cultura de Silicon Valley, el campus de Google es apto para ser recorrido por los turistas que con las clásicas bicicletas de colores ayudan a cubrir las largas distancias para tomarse las clásicas fotografías en los lugares icónicos del predio.

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En cambio Apple, al igual que Facebook, son lugares muy resguardados donde sólo pueden acceder los empleados. La empresa creada por Steve Jobs tiene una cultura muy proteccionista. "Es muy difícil entrar. La cultura Apple es muy competitiva inclusive a nivel interno. Es difícil trabajar ahí porque son cuidados con la información al extremo. Están pendientes de cada detalle, que no se les escape, que no se filtre. Hay reuniones donde son diez personas y si tocan un tema en la agenda que sólo involucra a tres de ellos, el resto se tiene que ir".

Wolox, exportación de talento argentino

"Silicon Valley me cambio todo, lo único que no me movió es el amor que tengo por mi otra empresa, Wolox. Todos decían que no iba a volver y no sólo volví sino que la traje acá". El entusiasmo de Agustina por la startup que nació en la Argentina, y que hoy opera también en Santiago de Chile y en Nueva York fue lo que la empujó a viajar a California en busca de inversiones.

"Una de las razones por las que estoy acá es para crear un puente entre Silicon Valley y la Argentina, mostrar al mundo que podemos generar la misma innovación. Creemos mucho en la capacitación constante e invertimos más que muchas empresas grandes en cursos para nuestros empleados porque creemos en el aprendizaje continuo. Si no aprendemos todo el tiempo nos quedamos atrás", explica. En el país Wolox cuenta con una estructura de más de 160 empleados. Recientemente se sumó la ex CEO de Mercado Libre Marina Díaz Ibarra, que es la encargada de impulsar la expansión internacional de Wolox desde las oficinas en Nueva York.

"Mi idea es volver en algún momento a la Argentina. Siento que ahora es es mi momento de crecimiento profesional pero quiero mucho a mi país y siento que tengo mucho para aportar de lo que aprendo día a día acá que se podrían aplicar allá".

Una de las grandes preguntas que tienen todos los emprendedores es cómo lidiar con el fracaso. Agustina responde con seguridad. "Tengo mucha perseverancia. Siento que nunca llegó al fracaso porque siempre trato de resolverlo en el momento en que está sucediendo. Nunca me quedo con el fracaso, es como que lo piso".

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