Hace siete meses fue a realizarse un implante mamario: quedó cuadripléjica

Berenice Conte sufrió un ACV mientras se sometía a una cirugía de aumento de pecho. Hoy no puede moverse, no puede hablar y apenas se comunica con el movimiento de sus ojos. Los padres ya presentaron una denuncia por mala praxis al cirujano y al anestesista que la atendieron

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Berenice Conte, junto a su padre Marcelo, en la clínica de rehabilitación neurológica (La Capital)

Berenice Conte tenía decidido cambiar su figura. Por eso, en octubre del 2016 y con 24 años decidió someterse a una cirugía estética para aumentarse el tamaño de los pechos. Jamás imaginó que, siete meses después, un problema en la operación le provocaría una parálisis completa del cuerpo, sin poder hablar comunicándose apenas por el movimiento de sus ojos.

La historia ocurrió en la ciudad de Rosario. Después de siete meses, la joven vive hoy las 24 horas en un centro de rehabilitación neurológica, donde ni siquiera tiene la capacidad de estirar las piernas o de manterse sentada erguida. Sus padres la acompañan cada minuto, después de haber iniciado los trámites para la denuncia por mala praxis a la clínica donde acudió su hija.

El caso tuvo su primer capítulo el 12 de octubre del año pasado. Berenice fue acompañada por su padre Marcelo cerca de las 8.30 de la mañana a una clínica de cirugías plásticas en la avenida Francia al 300. "Me dijeron que era una operación simple, que a las 11 ya la podía pasar a buscar", relató el padre al diario La Capital.

Sin embargo, poco después de las diez, el hombre recibió un llamado de su mujer, en el que le indicaba que acudiera a un sanatorio del centro de Rosario porque su hija estaba siendo trasladada.

"Llegó sin oxígeno en el cerebro. No tenía reacción de ningún tipo. Entró a la unidad de terapia intensiva con un coma profundo y estuvo así unos meses", describió el padre. La chica había sufrido un ACV isquémico (una obstrucción de un vaso cerebral).

Después de pasados unos tres meses, Berenice despertó del coma profundo en el que se encontraba, pero el panorama no era demasiado alentador: no podía moverse, hablar, comer ni comunicarse con sus familiares cercanos.

Berenice es una estudiante de relaciones públicas que maneja idiomas como el inglés, el francés y el portugués. Sin embargo, desde aquel 12 de octubre su vida cambió por completo. Hoy bajó ya diez kilos y pesa 42; sus padres, su hermano y una enfermera se turnan para atenderla las 24 horas en el centro neurológico, donde le dan de comer, la cambian de posición y la ayudan a hacer sus necesidades.

Mientras tanto, desde hace unas semanas inició junto a una especialista el aprendizaje de un sistema de comunicación en el que se relaciona con otros mediante el movimiento de un dedo en una tabla. "La parte motriz sigue estando igual y si bien está más conectada con nosotros, lo motriz cada vez le cuesta más".

La denuncia

La familia Conte no tardó en tomar medidas legales por lo sucedido con su hija. Mediante la ayuda del abogado Miguel Antonio Gastaldi, realizaron una denuncia por mala praxis al cirujano y al anestesista de la operación ante el Ministerio Público de la Acusación.

La investigación quedó centrada en la posible comisión del delito de lesiones gravísimas culposas y quedó en manos de la fiscal Guillermina Aiello. En principio, se está a la espera de que una junta del Instituto Médico Legal ponga fecha para la realización de un informe sobre el estado de salud de la joven.

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