Sin Altamira, el Frente de Izquierda define candidaturas para las PASO

Con mirada adusta y mocasines, un candidato se pasea por el barrio de La Paternal frente a la cancha de Argentinos Juniors y da el "puntapié inicial" a una pelota, es decir, a su campaña. Mientras reflexiona y expone sus ideas para "enfrentar el ajuste", un tango electrónico musicaliza el spot. En otro video, un joven de 22 años cuenta su derrotero laboral y su reiterativa caída en empleos precarios, que le impiden proyectar una vida. Tras el relato, aparece otro candidato que propone, para combatir la desocupación, reducir la jornada laboral de los asalariados y repartirla en 6 horas en 5 días, entre ocupados y desocupados.

Marcelo Ramal y Nicolás del Caño son algunos de los protagonistas de los spots de la maquinaria electoral lanzada por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores. La alianza integrada por el Partido Obrero (PO), el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) e Izquierda Socialista (IS) se presentará en octubre a su tercera elección, luego de su debut en 2011 cuando se juntaron para superar el "piso proscriptivo" del 1,5% de votos que establecen las primarias obligatorias.

Esta semana, el Partido Obrero lanzó como precandidatos a Néstor Pitrola y Romina del Pla para los cargos de diputado y senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, y Marcelo Ramal, a diputado por la Ciudad. El PTS había "primereado" antes y postuló a Myriam Bregman y Nicolás del Caño para la Ciudad y provincia, respectivamente.

Quien conoce el microclima de la coalición trotskista sabe que, debajo de la superficie, los dirigentes del FIT están sumergidos en una acalorada "rosca" para definir los lugares de las listas de las elecciones legislativas de octubre.

Al igual que en el 2015, una vez más el centro de la discordia es Nicolás del Caño. Tras vencer al histórico Jorge Altamira en las últimas primarias presidenciales, el joven cordobés buscará probar su relativo apoyo electoral como candidato a diputado nacional en la provincia de Buenos Aires, donde se concentra más del 40% del padrón nacional.

La discusión, a primera vista, es de lugares. Al Partido Obrero no le cayó en gracia que Del Caño cambiara su domicilio en Mendoza, donde la izquierda logró posicionarse como "tercera fuerza", detrás del radicalismo y el peronismo, hacia Buenos Aires. Ocurre que en la provincia más grande del país la izquierda trotskista viene postulando desde hace años a Néstor Pitrola como cabeza de la lista de diputados, y el PO no quiere cederle ese lugar al PTS. Incluso, el propio Pitrola planteó que "el FIT está en peligro" y que, ir a las PASO, sería un "desatino autodestructivo".

"Estamos tratando de que no haya internas", dijo Soledad Sosa, diputada mendocina del Partido Obrero. "La verdad es que las PASO son bastante dañinas porque nuestros esfuerzos son militantes. Las campañas electorales las sostenemos con fondos de los trabajadores que apuestan a esta alternativa, y no con los fondos de Odebrecht o de la corrupción. Si vamos a internas como en 2015, los esfuerzos estarán dispersos", agregó.

Bregman, en cambio, prefirió bajarle el tono a la interna: "No creo que haya que dramatizar. En toda negociación hay exabruptos, no es mi estilo. Me parece que es importante que demos el debate abiertamente de cara a aquellos que nos acompañan, ya sea en una lista única o, si no hay acuerdo, en unas internas".

Aunque el FIT en pleno cuestiona las primarias obligatorias, lo cierto es que la reforma política impulsada por el entonces ministro del Interior Florencio Randazzo funcionó como un incentivo para concretar la alianza y, al mismo tiempo, otorgó un espacio audiovisual en los medios de comunicación inédito para los partidos chicos. Y los trotskistas lo supieron aprovechar: desde entonces su caudal de votos se vio multiplicado y lograron ampliar su representación legislativa nacional y en las provincias.

Contra todos

Si bien el FIT tiene sólo cuatro diputados nacionales, su presencia en el Congreso es ruidosa. Desde que asumió Cambiemos en diciembre pasado, el bloque votó en contra todas las leyes que llevó al recinto el gobierno de Mauricio Macri.

"En este tiempo fuimos la única coalición que sin fisuras enfrentó al macrismo. Ahora en campaña electoral son todos opositores, hasta Carrió hace el juego de opositora y oficialista", señaló Bregman. "Habíamos dicho que este gobierno era un gobierno de derecha que traía medidas perjudiciales para los trabajadores y para los jubilados. Era así y lo enfrentamos. No les votamos una sola de las medidas en el Congreso y en las legislaturas provinciales", dijo la dirigente del PTS.

A contramano de otros partidos, como el Frente Renovador y un sector del Frente para la Victoria, que se presentan como una "oposición responsable", los dirigentes del Frente de Izquierda hacen gala de su posición antisistema y la utilizan para diferenciarse de la "coalición del ajuste" que, según ellos, es protagonizada por Cambiemos y los gobernadores del peronismo.

"En la calle nos reconocen eso. Hubo otras coaliciones que se dividieron o pasaron de bando, como Diego Bossio que se hizo votar como nacional y popular y terminó siendo un títere del macrismo, o Sergio Massa, que cogobernó todo el primer año con Macri. El propio Frente para la Victoria, con sus senadores, acompañaron en el Congreso las medidas más antipopulares del Gobierno", fustiga Bregman en los estudios de Infobae.

Los candidatos del FIT plantean para estas elecciones "llevar la voz de los trabajadores, de las mujeres y de todos los sectores en lucha" al Congreso para enfrentar "al ajuste, el tarifazo y la inflación" llevada adelante por los gobiernos nacional y provinciales.

"La propuesta es la defensa de las condiciones de vida de la familia trabajadora y que no llega a fin de mes. Frente a los 300 mil despidos que hubo el año pasado, tenemos que luchar por una ley de emergencia ocupacional que proteja a los trabajadores. Hay que abrir los libros de las empresas privatizadas de los servicios públicos, que les están haciendo pagar a la ciudadanía los tarifazos mientras ellos se llevan sus ganancias", sostuvo Soledad Sosa. "El Gobierno ha podido imponer su agenda y sus leyes de endeudamiento, y seguir saqueando los recursos del país con la complicidad de la oposición".

El factor Cristina

Este año, a la izquierda se le vencen el mandato de las tres bancas de diputados Mendoza, Salta y Buenos Aires obtenidas en 2013. Como mínimo, el desafío es retenerlas. Saben que la elección será difícil por la eventual polarización entre Cambiemos y el peronismo, en caso de que Cristina Kirchner se presente a elecciones en la provincia de Buenos Aires o haya una lista de unidad entre kirchneristas y PJ.

"El Gobierno usa el fantasma del regreso del kirchnerismo para que no se discutan sus políticas. Y en el kirchnerismo dicen que son los únicos que pueden enfrentar a Macri. Las dos cosas son falsas", señaló Bregman.

La dirigente confía en que habrá una fuga de votantes desencantados con el macrismo, pero advierte sobre el riesgo de que esos electores apuesten al "voto útil" a la lista (encabezada o apoyada) de Cristina Kirchner.

"Cristina fue la que llamó a votar a Diego Bossio, a Daniel Scioli, y a Juan Manuel Abal Medina. Durante el año pasado decía que no éramos todos iguales y señalaba a los traidores. Ahora ya no habla de traidores y va a ir de nuevo con ellos en las listas. El que es traidor es traidor, no es alguien que se equivocó", señaló la abogada defensora de derechos humanos. "Durante este tiempo, cada vez que pudo, Scioli se solidarizó con Macri. En momentos en que se están produciendo enormes ataques, ¿dónde estuvo Carlos Zannini? Lo único que les importa es priorizar sus intereses", fustigó.

La campaña avanza y al FIT parece no escapar de un síntoma de época. Al igual que en otras alianzas electorales, los tres partidos insisten en su vocación de presentar listas de unidad en todos los distritos y evitar una confrontación en las PASO. Lo hacen con su tradicional método: con una "guerra" de comunicados en sus prensas partidarias. Por ahora, la tarea parece imposible. Hasta el 14 de junio tienen tiempo de llegar a un acuerdo.

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