El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), organismo adscrito al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, emitió una advertencia sobre el incremento del uso ilegal de animales silvestres en rituales de “limpia” y “buena suerte” durante las celebraciones de fin de año.
El foco de preocupación recae en el quirquincho andino (Chaetophractus vellerosus), cuya captura y manipulación en estas prácticas pone en severo riesgo a la especie, ya considerada amenazada. La alerta responde a un patrón persistente en diversas regiones del sur del país y en Lima, donde se detecta la utilización de ejemplares vivos, taxidermizados o partes de estos animales con fines rituales.
Durante los dos últimos años, Serfor intervino más de 10.100 especímenes de fauna silvestre en diferentes puntos del país, incluyendo aduanas, aeropuertos, ferias y mercados. De ese total, dos mil trescientos diecinueve animales fueron incautados en espacios donde se llevan a cabo rituales, evidenciando la magnitud del problema y la presión sobre especies nativas.
La manipulación y comercialización del quirquincho, además de infringir la normativa vigente, expone a los animales a condiciones extremas de estrés y sufrimiento, y contribuye a la degradación ecológica y al tráfico ilegal de fauna silvestre en el país.
Ritualidad de fin de año pone en peligro al quirquincho andino
El uso del quirquincho andino en rituales de fin de año se ha arraigado especialmente en regiones como Puno, donde la provincia de San Román concentra ferias en las que se emplea al animal vivo para atraer la “suerte”. En Arequipa, la costumbre incluye pasar el quirquincho, vivo o disecado, alrededor de quienes buscan una “limpia” o un mejor inicio de ciclo, perpetuando una práctica que vulnera los derechos y el bienestar de la especie.
La situación se agrava porque los animales suelen ser mantenidos en condiciones precarias: ocultos en baldes, cajas o carteras, sin agua ni alimento, lo que genera sufrimiento extremo y alto riesgo de mortalidad. La manipulación constante durante los rituales incrementa la posibilidad de transmisión de enfermedades zoonóticas, alertó Víctor Vargas, especialista de la Dirección de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre de Serfor.
Además de quirquinchos, en los mercados continúan circulando plumas, pieles y colmillos de otras especies silvestres, alimentando el tráfico ilegal y normalizando su uso con fines místicos o comerciales. Ante este panorama, Serfor impulsa la campaña “Rituales sin crueldad”, que promueve alternativas simbólicas y el respeto por la vida y la biodiversidad, buscando erradicar la utilización de fauna silvestre en estos contextos.
La importancia ambiental del quirquincho y el riesgo de su pérdida
El quirquincho andino está incluido en la categoría “En peligro” de extinción de la Lista de Especies Amenazadas de Fauna Silvestre Legalmente Protegidas. La extracción de ejemplares representa no solo una amenaza directa para su supervivencia, sino que compromete el delicado equilibrio ecológico de los ambientes altoandinos.
Este pequeño mamífero cumple un rol fundamental como controlador biológico, ya que ayuda a mantener limpias las raíces de los cultivos y contribuye a la salud del suelo y la biodiversidad. Su desaparición tendría consecuencias negativas para los sistemas agrícolas y para la estabilidad de los ecosistemas donde habita, advirtió Serfor.
Expertos recuerdan que los armadillos o quirquinchos no poseen propiedades curativas ni influyen en la suerte. El valor del quirquincho reside en su función ecológica, no en creencias infundadas que impulsan su explotación y ponen en riesgo su existencia.
Consecuencias legales por realizar rituales con animales
La legislación peruana es clara: tener, usar o comercializar fauna silvestre o sus partes constituye una infracción muy grave, sancionada con multas superiores a 10 Unidades Impositivas Tributarias (UIT) y hasta 5.000 UIT. La normativa vigente, establecida por la Ley N° 29763, Ley Forestal y de Fauna Silvestre, considera estas conductas como graves atentados contra la biodiversidad nacional.
Además, la captura, manipulación y venta ilegal de quirquinchos configura el delito de depredación de flora y fauna silvestre, tipificado en el artículo 308-C del Código Penal, lo que puede acarrear penas de hasta cinco años de prisión para los involucrados.
El comercio clandestino de quirquinchos no solo afecta la conservación de la especie, sino que también alimenta una red de tráfico ilegal que perjudica la biodiversidad y promueve la degradación ambiental en las zonas de captura. Serfor exhortó a la ciudadanía a no participar ni promover estas prácticas y a denunciar cualquier caso de uso ilegal de fauna silvestre a través de la línea Alerta Serfor, disponible por WhatsApp al 947 588 269.