El lugar con la gravedad más baja del mundo está en Perú: conoce dónde se encuentra exactamente

Perú sigue sorprendiendo el mundo por ser un lugar donde abundan los sitios misteriosos, inexplorados y de condiciones hostiles que lo han hecho merecedor no solo de más de un reconocimiento, sino también de la mirada de la comunidad científica.

Su accidentada geografía, variados climas, amplia cantidad de flora y fauna, entre otros, son motivo de estudio hasta hoy y cada vez siguen saliendo a la luz descubrimientos que hacen de nuestro país un lugar único que destaca a nivel mundial.

Así, uno de los tantos récords que ostenta el Perú está relacionado con la gravedad, fuerza que opera en todo nuestro planeta, pero que sufre una ligera anomalía en cierto espacio del país.

Al hablar de la gravedad y de lugares donde hay muy poca, automáticamente nos remitimos al espacio exterior ya que estamos acostumbrados a observar cómo los astronautas lidian con la falta de esta a miles de kilómetros de la tierra. Sin embargo, en el planeta hay sitios donde esta fuerza se ve ligeramente alterada y disminuida.

Según un estudio científico del Geophysical Research Letters, del año 2013, que lleva por nombre ‘New ultrahigh-resolution picture of Earth’s gravity field’, el lugar con menor gravedad del mundo se encuentra en la cumbre del Nevado Huascarán, exactamente en la región de Áncash, Perú, donde esta fuerza desciende a 9,7639 m/s², ligeramente por debajo del valor promedio que tiene la Tierra: 9,807 m/s².

Conforme al artículo científico, el trabajo realizado fue el primero en su tipo en hacer un modelado de la gravedad a ‘escalas ultrafinas’, pero con una cobertura casi global, ya que se ha tomado en cuenta todos los continentes, a fin de aportar un mejor conocimiento sobre el campo gravitatorio de la tierra.

En contraparte con la montaña de los andes peruanos, el estudio también detalló el lugar donde la fuerza gravitacional es la más potente en toda la tierra. Este encuentra nada menos que en la superficie del Océano Ártico.

Estas diferencias gravitacionales entre el Ártico y el Huascarán harían que, en el caso improbable de que una persona cayera desde una altura de 100 metros en cada uno de estos puntos, tocaría la superficie en Perú 16 milisegundos más tarde que en el Ártico.

Aunque a primera vista los resultados del estudio parecen datos que tienen impacto solo a nivel científico, lo cierto es que conocer las variaciones de la gravedad en la tierra tiene aplicaciones en áreas como la hidroingeniería, los sistemas satelitales o la mejora en las escalas espaciales.

Por otro lado, permite corregir los modelos existentes sobre la gravedad, algo que impactará en la calibración de escalas de precisión ligadas a sismómetros o astronomía y en áreas como la topografía, geofísica, ingeniería, entre otros.

Es sabido que la aceleración debida a la gravedad en la superficie de la Tierra es de aproximadamente 9.8 metros por segundo al cuadrado (m/s²) y que esta puede variar ligeramente en diferentes lugares debido a factores como la altitud y la densidad local de la corteza terrestre. Este concepto es básico conocerlo para entender su importancia en distintos campos del conocimiento.

Por ejemplo, la medición precisa de la gravedad es esencial para estudios geofísicos y geodésicos. Ayuda a mapear la variabilidad en la densidad del planeta, lo que puede revelar información sobre su composición y estructura interna. Por otro lado, la precisión en la medición de la gravedad es importante para sistemas de posicionamiento global (GPS) y otras tecnologías de navegación. Su variación afecta el tiempo, y los relojes en satélites deben compensarse para que los sistemas de navegación funcionen correctamente.

Estos son algunos de los campos en los que se usa el concepto de gravedad. En resumen, conocer la gravedad de la Tierra no solo es esencial para la física fundamental, sino que también tiene aplicaciones prácticas en diversas áreas científicas y tecnológicas.

Según indica la astrónoma de la Universidad de Portsmouth en Reino Unido, Karen Masters, para el Diario AS, uno de los primeros efectos sería que el planeta rotaría a una gran velocidad y todo lo que no esté enraizado al suelo volaría por los aires, incluyendo los mares, lagos y ríos. En algún punto todo lo demás también volaría hacia el espacio ya que solo la construcción las mantendría fijas en el suelo durante un momento.

Por otro lado, el planeta se haría pedazos ya que no existiría una fuerza que lo mantenga unido. De hecho todos iríamos a parar al espacio, en tanto, la tierra saldría volando hacia el lugar a donde estuviese moviéndose en ese momento.

En primer lugar es necesario entender que la gravedad de un cuerpo depende de la masas de este. La Tierra tiene 81.3 veces la masa de la luna, por ende su gravedad siempre será superior. En el caso de la luna, su gravedad es de 1,62 m/s, que según explica National Geographic. es la velocidad en la que un objeto en caída libre llegaría a tocar el suelo.

Si dicho objeto cayera en la tierra, lo haría en 9,8 m/s. En tal sentido, se deduce que la gravedad en la superficie de la luna es 0,17 veces de la Tierra. Así que, si una persona se pesara en la luna, la balanza daría un peso 6 veces menor del normal.