
Tener una idea, un concepto que se desprenda de esa idea, un equipo competitivo de escala adecuada, sólido y con constancia son el ABC del comienzo de cualquier proyecto comercial. Los desafíos y obstáculos son muchos, pero esto no frena a un emprendedor porque tenemos dentro nuestro el gen “Dibu” Martínez: la dificultad es un combustible que enciende lo mejor de nosotros, nuestro lado más guerrero. Una buena predisposición a los cambios es clave desde el minuto cero, en las primeras reuniones para cranear qué hacer, hasta las etapas de testeo y consolidación del producto o servicio en un mercado que ya está saturado. Lejos de desmotivarnos, nosotros con n1u optamos por encontrar una necesidad aún no satisfecha o la forma de resolverla mejor que otros y comenzar a acelerar.
Hace poco, en Experiencia Endeavor, tuve la oportunidad de contar algo que nos pasó al principio y que es muy común entre quienes emprendemos: estábamos convencidos de que teníamos un producto diferente a todo, pero nos encontramos con que esto no era tan evidente para nuestro target. El primer aprendizaje fue entender que la diferenciación no se traduce de manera automática a una propuesta de valor convincente y que no es estática sino el resultado de una continua escucha activa a los usuarios y de nuestra capacidad de adaptación. Este proceso que atravesamos se ve en la evolución de los primeros prototipos de la plataforma hasta lo que es hoy.
Una buena guía para todo este recorrido es el libro de 2005 “En busca del océano azul”, publicado por los profesores W. Chan Kim y Renée Mauborgne, del Instituto Europeo de Administración de Negocios (INSEAD). Los autores nos invitan a los emprendedores a navegar en aguas inexploradas, a salir en busca de mercados libres de competencia directa para crear una nueva demanda basada en la innovación y en la diferenciación. Ahora, ¿cómo aplicamos esto en el vertiginoso mundo de las startups?
Algunos datos de la macro: Argentina se posiciona como el quinto ecosistema emprendedor más relevante de América Latina, según el Global Startup Ecosystem Index 2024 de StartupBlink. Además, en los últimos años la región experimentó un auge en la inversión en startups, y esto se evidencia en el poder emprendedor que hay y en las grandes rondas de financiamiento de las que fuimos testigo. CB Insights reportó que en el primer trimestre de 2024 se realizaron 112 por 500 millones de dólares, y el 80 % se concentró en 38 rondas del sector fintech.
Aunque estos datos pueden ser agridulces, vemos el vaso medio lleno y entendemos que es una etapa. Somos parte de un ecosistema en el que hay un gran potencial para descubrir ese “océano azul”, y contamos con una gran comunidad que nos banca en todas. Por eso, siempre existe la posibilidad de crear algo innovador y disruptivo. Paciencia: la diferenciación puede ser un viaje difícil y lleno de obstáculos, pero también es el camino al éxito sostenible en el tiempo. Como emprendedores, debemos abrazar este desafío con valentía y determinación, sabiendo que cada paso nos acerca un poco más a la copa de nuestro propio mundial.
El autor es fundador de n1u
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