Ajmátova: la poeta rebelde a la que Stalin no pudo silenciar

Su obra “Réquiem” no vio la luz durante la represión; sin embargo, esto no impidió que sus poemas fueran compartidos, mostrando su resistencia, y lograran inspirar al mundo décadas después

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Anna Ajmátova y Stalin (Infobae)
Anna Ajmátova y Stalin (Infobae)

A Anna Ajmátova la poesía la atrapó cuando apenas tenía 11 años de edad y no pasó mucho tiempo para que le fuera prohibido escribir; una imposición inicialmente de parte de su padre, pero pronto fortalecida incluso desde el Estado, en una época que buscaría reprimir la inspiradora vida literaria que estaba por emprender.

Aun así, a Ajmátova no le tembló nunca la pluma para seguir escribiendo y por ello es considerada una de las voces más representativas de la poesía rusa sel siglo XX. Propuso una nueva mirada a la escritura poética que señalaba la opresión del régimen soviético y la violencia, y se rebeló contra quienes intentaban ocultar sus poemas.

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Muy cerca del puerto comercial más grande de Ucrania, en Odesa, nació Andréyevna Górenko, más tarde conocida como Anna Ajmátova, en junio de 1889 en el corazón de una familia noble.

Experimentó las primeras tristezas a la edad de 6 años, cuando tuvo que enfrentar la separación de sus padres, más tarde encontró en la escritura, una forma de canalizar su dolor y tratar de encontrar las respuestas que buscaba.

A la corta edad de 11 años Anna Ajmátova empezó a escribir poesía, actividad que no fue bien vista por su padre. Para él, este oficio no era “respetable” y como no quería que su apellido apareciera en algún verso impreso, le prohibió a su hija volver a escribir.

Desobediente y fiel a su corazón, Anna no dejó de escribir y tomó la decisión de adoptar el apellido de su abuela, utilizando Ajmátova como pseudónimo. Pero su búsqueda no terminó allí. Salió de su casa comprometida con la escritura, el lugar en el que se había encontrado. Emprendió estudios en Derecho, latín, literatura e historia en Kiev y San Petersburgo.

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La poeta que rompió los esquemas de su época

La vida y la obra de Ajmátova estuvo afectada por la represión. La Rusia soviética, bajo el yugo de Stalin, implementó la época del Gran Terror. El gobierno persiguió a quienes eran considerados una amenaza para el régimen, lo que produjo detenciones, ejecuciones y la instalación de un estado de miedo y silencio general.

La libertad de expresión fue severamente restringida. Los artistas y escritores de la época sufrieron los principales ataques, pues fueron afectados por la censura y la persecución que Ajmátova vivió en carne propia.

La escritora experimentó las consecuencias no solo en su ejercicio creativo, sino también en su vida personal. Su primer esposo, el también
poeta Nikolái Gumiliov, fue arrestado y ejecutado en 1921 bajo acusaciones infundadas, y el segundo, Ósip Mandelshtam, corrió con la misma suerte, tras escribir un poema contra Stalin. Fue condenado a tres años y luego deportado.

En cuanto a su obra de la poética, fue considerada subversiva y peligrosa, razón por la que pronto sus publicaciones fueron retiradas de librerías y bibliotecas. Gran parte de su vida la pasó en un estado constante de vigilancia, presa del miedo. En sus hombros estaba la opresión de una sociedad donde dominaban los intereses y no dejaba lugar para la libertad de pensamiento.

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La victoria de “Requiem”

REQUIEM-POEMA SIN HEROE
ANNA AJMATOVA (CÁTEDRA)
REQUIEM-POEMA SIN HEROE ANNA AJMATOVA (CÁTEDRA)

Pese a la oscuridad a la que el mundo la empujaba, Anna Ajmátova halló la fuerza para escribir la que sería su obra más importante y la más conmovedora, Réquiem. Se trata de un libro de poemas en el que reflejó cómo las mujeres de su época sufrieron la represión política, la pérdida de sus seres queridos y donde también dejó ver su propia experiencia personal.

La obra resalta la angustia y la desesperación surgida de la impotencia, así como también la fortaleza que la sostuvo para mantener su voz clara en una sociedad que buscaba callarla. El libro vio la luz tiempo después a la represión más intensa, pero previamente compartió sus poemas con amigos cercanos y otros escritores que, como ella, mantenían sus palabras en la sombra. Una forma de resistencia que abogaba por la libertad del arte.

Este tipo de escritura, además, daría cuenta de la poesía acmeísta, un estilo que opuso al simbolismo y su gusto por la incomprensibilidad para traer a la mesa temas relacionados con el ser humano y la tierra en su época. Utilizaban un lenguaje claro que pronto encantó a los lectores.

La vida de la poetisa terminó en marzo de 1966 a causa de un infarto, pero su voz fue imposible de callar. Tras la muerte de Stalin, la obra de Ajmátova salió de los círculos literarios y empezó a ser más conocida. Y si bien fue silenciada por mucho tiempo, su poesía halló un eco sustancial en quienes en épocas posteriores, que fueron y no reprimidas, encontraron allí inspiración para resistir y alimentar la fuerza del espíritu y la libertad.

Otra vez se avecina el Día de los Muertos

Ya las veo, ya las oigo, ya las siento.

Y aquella, que no pudo soportar el sufrimiento,

y aquella, que ya no pisa el suelo materno,

y a la que sacudiendo su hermosayýý cabellera

dijo: «Vengo aquí como quien va a su casa».

Quisiera, una a una, llamarlas por sus nombres,

mas me han robado la lista, ya nunca podré hacerlo.

Para ellas he tejido este amplísimo manto

con sus propias palabras, con su llanto inconsolable.

Las recuerdo siempre, dondequiera que me encuentre,

jamás las olvidaré, aunque me asalte una nueva desgracia.

Y si algún día silencian esta boca atormentada

por la que gritan cien millones de almas,

que también me recuerden como yo a ellas hoy

en vísperas del Día de Muertos.

(Tomado de Réquiem)

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