“No sabemos si en la guardia se intentó compensarlo”, dijo el perito de la querella en el juicio por la muerte de Alejandro Cohn

La sexta jornada contó con la participación de distintos médicos legistas que explicaron sus hipótesis de lo que le ocurrió al hermano del cineasta Mariano Cohn durante su internación en el Hospital de San Isidro

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Los médicos Montagna, Quiroga, Vogelin, Ragazzoli, Toro Solano y Campos: faltan Setti y Sánchez (Fotos: Maximiliano Luna)
Los médicos Montagna, Quiroga, Vogelin, Ragazzoli, Toro Solano y Campos: faltan Setti y Sánchez (Fotos: Maximiliano Luna)

Si se hubiera instaurado una terapéutica básica en el paciente con hipoglucemia, quizás no se hubiera llegado a todo esto”. La frase, con cierto tono de lamento, la expresó el perito Daniel Valenti, convocado por el multipremiado cineasta Mariano Cohn para tratar de analizar lo que le pasó a su hermano Alejandro Cohn (35) durante su internación en el Hospital Central de San Isidro por una descompensación diabética que llevaría dos días después a su muerte. Este jueves el forense fue convocado al juicio oral que se le sigue a los nueve médicos acusados de mala praxis y dijo: “Sabemos cómo ingresó el paciente a la guardia, pero no sabemos si se hizo algo con él: no consta en la historia clínica”. También hablaron otros expertos para dar sus hipótesis de lo que realmente pasó.

Valenti se presentó en los Tribunales de San Isidro como médico legista de parte de la familia Cohn, representada en el debate por el querellante Juan Carlos García Dietze. A lo largo de la instrucción penal ya había estado a cargo de llevar adelante cuatro pericias donde se estudiaron los informes de la autopsia y todos los registros clínicos del hospital municipal “Melchor Posse” y del Hospital Italiano, donde el joven fue trasladado y falleció por muerte cerebral el 29 de julio de 2015.

Antes de repasar junto al fiscal Diego Molina Pico las conclusiones de sus pericias, el perito dijo con voz grave: “Les pido a perdón a los familiares y a los deudos por los comentarios que uno pueda verter en esta sala”. Luego enumeró, una por una, las lesiones que la autopsia determinó que tenía el cuerpo de Alejandro: escoriación en el cráneo, luxofractura de una vértebra cervical, fractura de clavícula derecha y de cuatro arcos costales y una hemorragia severa en el pulmón derecho.

De pie, el nefrólogo Darío Campos, jefe de Terapia Intensiva del Hospital de San Isidro en 2015
De pie, el nefrólogo Darío Campos, jefe de Terapia Intensiva del Hospital de San Isidro en 2015

Salvo el derrame, denominado hemotórax, por el cual Alejandro perdió 1600 ml de “líquido hemático”, ninguna de esas afecciones fueron detectadas en el Hospital de San Isidro, adonde el paciente fue a parar la noche del 27 de julio tras ser auxiliado en una calle de la localidad de Martínez por una descompensación producto de su diabetes tipo 1 -insulino dependiente-.

Según consta en la causa, el horario de ingreso a los boxes de guardia nunca quedó consignado. Sí se registró que el médico Marcelo Toro Solano, quien trajo a Alejandro en la ambulancia, describió en las actas que su internación en el centro de salud se debía a una “deshidratación severa”. También manifestó que el joven estaba “orientado”, “lúcido” y con un valor de 15/15 en la escala de Glasgow. Por eso el perito expresó: “Sabemos cómo ingresa el paciente a la guardia, lo que no sabemos es si se hizo algo. Eso tendría que haberse colocado en la evolución”.

Luego añadió: “Hay un lapso de tiempo en que no sabemos qué pasó. ¿Qué es lo que se tendría que haber hecho en su ingreso? Colocarle vía de suero, darle suero glucosado y evaluar su respuesta. Si se hubiese hecho eso, quizás no se hubiera llegado a todo esto... Si se hubiera instaurado una terapéutica básica en el paciente con hipoglucemia, quizás no se hubiera llegado a todo esto”.

El cineasta Mariano Cohn junto a su abogado Juan Carlos García Dietze
El cineasta Mariano Cohn junto a su abogado Juan Carlos García Dietze

Y concluyó: “No sabemos cuándo puede generarse un episodio de descompensación brusca, inmediata, que cambie la totalidad del cuadro clínico. Es por eso que estimo que la colocación de una vía -una sonda- y el mantenimiento de esta con suero hubiera producido resultados distintos...Si usted le da un suero glucosado y corrige, todo esto hubiese sido mejor”.

El asunto del tiempo en la guardia resulta vital. Y es que para el padre de la víctima, Mario Cohn, transcurrieron varios minutos de espera en los pasillos del hospital hasta que recibió -gracias a su reclamo- atención de una enfermera. Las enfermeras de ese turno que declararon durante la tercera audiencia del juicio a cargo del juez Facundo Ocampo negaron rotundamente ese hecho y afirmaron que la atención del joven “fue inmediata”.

¿Las convulsiones que hicieron que Alejandro tuviera que ser llevado al shock room fueron a causa de una larga desatención? ¿O fue atendido de forma rápida y aun así el paciente convulsionó? En cualquier caso, lo que pasó en el shock room después quedó consignado una vez que Alejandro pasó a la sala de terapia intensiva bajo un coma inducido y con asistencia respiratoria mecánica.

La sala grande de audiencias ubicada en el primer entrepiso del edificio de Ituzaingó 340, en San Isidro
La sala grande de audiencias ubicada en el primer entrepiso del edificio de Ituzaingó 340, en San Isidro

En rigor, está registrado: convulsiones, deterioro del sensorio -pérdida de conciencia, intento de entubación orotraqueal sin éxito, llamado a los médicos de terapia intensiva, nuevo intento de entubación fallido, cirugía de cricotomía para asegurar la oxigenación, parocardiorespiratorio, maniobras de reanimación durante aproximadamente dos minutos.

Luego se llevan al paciente al segundo piso del hospital, donde queda internado en terapia intensiva y donde hallan el hemotórax derecho. Allí le introducen un “tubo de avenamiento pleural” para drenar el líquido acumulado entre el pulmón y sus costillas. Lo mantienen sedado y con drogas para paliar la “fiebre persistente” y equilibrar su “presión hemodinámica”. Los estudios que le hacen no describen fracturas pero sí un edema cerebral. A las dos de la madrugada del 29 de julio, tras un pedido insistente de la familia y una interconsulta médica, el paciente es trasladado en una ambulancia de alta complejidad al Hospital Italiano, donde recibe nuevos exámenes que, horas después, dan cuenta de los “politraumatismos” y la “muerte encefálica”.

Para el perito Valenti, que trabajó 35 años en el Hospital Nacional Posadas, Alejandro murió de una “hipoxia isquémico cerebral” -falta de oxígeno en el cerebro-, cuya consecuencia final tiene que ver con “una sumatoria de eventos y hechos”. “Les recuerdo que el paciente tuvo un hemotórax importante -donde perdió- una colección grande de sangre, que requiere drogas y sangre para componer la volemia. El cuadro de hipoxia se desarrolló a raíz de la compresión del edema intracraneal producido por las condiciones que se han ido sobreagregando posteriormente”, explicó.

Alejandro (35) y Mariano (48) Cohn
Alejandro (35) y Mariano (48) Cohn

Por otro lado, el profesional expresó que, de acuerdo a su criterio, todas las acciones que se desarrollaron en la unidad de terapia intensiva estuvieron conformes con la “lex artis médica”. “Los tratamientos que se han instruido e instalado eran los que se debían hacer en una unidad de cuidado intensivo. A veces estas medidas pueden resultar suficientes, medianamente suficientes o insuficientes, pero eso depende de la capacidad de respuesta que tenga el paciente”.

Sin embargo, matizó: “Las medidas fueron acordes al sostén vital del paciente, pero no hubo evaluación del cuadro neurológico. Un paciente que tiene cierto grado de lesión merece la observación y el diagnóstico de un cuadro neurológico: esto no consta en la documental. Y lo que no consta no existe, y si no existe me lleva a pensar que no se ha hecho.”

En consonancia con esta conclusión, declaró la perito de la querella Laura Verónica del Gesso, quien acompañó en los distintos peritajes a Valenti y dejó en claro que “las lesiones ya estaban en el Hospital de San Isidro” y que “no se diagnosticaron ni se trataron” allí. A su vez añadió que “la evolución en la guardia con la situación del agravamiento y la atención en el shock room es lo que falta. El libro de reporte del shock room no está en la causa y hubiera sido claramente de interés contar con él”.

En esa orden remarcó: “No tenemos historia clínica del shock room, no sabemos quién asistió ni los tiempos. Es todo un retrospectivo que escribieron en el servicio de terapia: hay un vacío en la historia clínica. En la guardia no está detallada ninguna terapéutica ni evolución del paciente desde que ingresó. Por las horas podemos estimar que fue alrededor de las 21 que llegó a la guardia. Lo siguiente que está en la documental médica es a la 1 de la mañana”.

Y remató: “A partir de la 1 de la mañana el paciente ya estaba grave. Las medidas de soporte vital que se tomaron –controles y terapéutica- son acordes a la lex artis medica. Pero estamos considerando que el paciente ya estaba grave (...) Hay discordancia entre la epicrisis -del hospital municipal- y el resumen de ingreso del Italiano, donde difiere la gravedad de su estado, que era irreversible”.

Otra de las declaraciones de la jornada conducida por el titular del Juzgado Correcional N°4 de San Isidro estuvo a cargo de la médico legista Vilma Nassif, designada por dos de los nueve médicos imputados por homicidio culposo y violación de elementos probatorios. La profesional, ex empleada del Hospital municipal, postuló su hipótesis: “Por lo que dice en el informe de ingreso al Italiano, al momento de llegar -Alejandro- no tenía muerte cerebral. Además en la ambulancia el paciente estaba en iguales condiciones: no hay ausencia de reflejos corneanos ni fotomotor. No hay diferencia entre la epicrisis del Hospital de San Isidro -documento clínico que autoriza el traslado- y el informe de ingreso al Italiano”.

Según consideró la forense propuesta por los imputados Maximiliano Ragazzoli y Ana Sánchez, el paciente “no llegó con muerte cerebral al Hospital Italiano” dado que el informe que da cuenta del estado del paciente al arribar allí consignó que tenía “pupilas mióticas reactivas”, y eso “nos está diciendo que el mesencéfalo está indemne”. “Las pupilas reactivas no son compatibles con muerte encefálica”, destacó.

Mariano Cohn estuvo presente en todas las audiencias
Mariano Cohn estuvo presente en todas las audiencias

Además, afirmó que Alejandro recibió en el centro de salud de la Capital Federal una medicación denominada desmopresina, que es un fármaco que evita que el paciente continúe con un cuadro de poliuria, es decir, con un exceso de orina. Para Nassif esa droga está contraindicada en pacientes con diabetes tipo 1 insulino dependientes con un edema cerebral, porque puede provocar una mayor retención que, eventualmente, “generará mayor edemación en el cerebro”.

En esa línea, la especialista en psiquiatría aseveró: “La desmopresina se utiliza con pacientes con diabetes insípida central. Evita la poliuria. Y en este caso, no teniendo diabetes insípida y con un edema cerebral, justamente lo que no queremos es retener la diuresis -aumento de la orina-, porque generará mayor edemación en el cerebro”. Y cerró: “Claramente el cuadro clínico empeoró, se produjo una hernia cerebrosa…Es la causa inmediata de la causa de muerte”.

Al finalizar la jornada, en diálogo con Infobae, Mariano Cohn expresó: “Para mí es la primera vez que asisto a un juicio. Pero me parece desesperante que se esté intentando reconstruir qué sucedió con mi hermano en la guardia y en el shock room, que es donde lo partieron en pedazos y lo mataron, y como no hay historias clínicas porque se robaron los libros, se debe reconstruir lo sucedido con el análisis e investigación de los peritos, mientras los médicos imputados que son los que cargaron a mi hermano están sentados en el juicio detrás de un muro de abogados y en un claro pacto de silencio”.

Otro de los imputados, el cirujano Martín Montagna (Maximiliano Luna)
Otro de los imputados, el cirujano Martín Montagna (Maximiliano Luna)

Luego dijo: “Ellos son los que tendrían que explicar qué le hicieron y por qué. Da mucha bronca. Como también da mucha bronca que venga una perito contratada por los médicos imputados, esa tal Nassif, y diga que a mi hermano lo mataron en el Hospital Italiano, cosa que es totalmente falsa porque justamente en el Italiano es donde se descubre todo el malo que le hicieron en el Hospital de San Isidro. Están desesperados, se quedaron sin argumentos. Está toda la chanchada a la vista”.

Por último, al ponderar los testimonios de Valenti y del Gesso, el reconocido guionista y productor señaló: “Ambos pusieron en evidencia la ausencia y abandono que sufrió mi hermano en la guardia, la no atención, dejando al descubierto el coacheo de los peritos y testigos propuestos por la defensa; obviamente todos con riesgo a ser imputados por falso testimonio, por las inconsistencias de las historias médicas y la ausencia de tratamientos que terminaron con el asesinato de Alejandro... Hoy me acabo de enterar que unas de las enfermeras que atendió a mi hermano y está en la cuerda floja se rajó a Perú, luego de terminar con su declaratoria”.

La próxima jornada, en tanto, se llevará a cabo el jueves 9 de mayo y contará con la participación de la ex directora del Hospital Municipal, Susana Guidi Rojo. Es probable que también brinde testimonio una médica que habría presenciado, como residente, las maniobras en el shock room. La querella prevé además pedir la ampliación de prueba para llamar a declarar al ex intendente de San Isidro Gustavo Posse.

Los médicos acusados por la fiscalía son Ragazzoli, Sánchez, Darío Campos, Martín Montagna, María Quiroga, María Seijo, Carla Setti, Marcelo Toro Solano y Marina Vogelin.