Un grupo de científicos están probando una tecnología para combatir el cambio climático “enfriando” el planeta

Este proyecto tiene como objetivo incrementar el reflejo de la radiación solar de vuelta al espacio, mediante el uso de aerosoles de sal marina para potencialmente bajar la temperatura de la Tierra

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El blanqueamiento de nubes es una técnica de modificación del clima que tiene como objetivo aumentar la reflexión de la luz solar en las nubes para reducir la temperatura en la superficie terrestre y combatir el cambio climático. (REUTERS/Roman Kutukov)
El blanqueamiento de nubes es una técnica de modificación del clima que tiene como objetivo aumentar la reflexión de la luz solar en las nubes para reducir la temperatura en la superficie terrestre y combatir el cambio climático. (REUTERS/Roman Kutukov)

En una carrera contra el reloj para combatir el calentamiento global, científicos de la Universidad de Washington liderados por Robert Wood y Sarah Doherty, junto con apoyo privado de figuras como Bill Gates, han llevado a cabo una serie de pruebas pioneras en San Francisco, Estados Unidos, con el objetivo de explorar la viabilidad de aumentar el blanqueamiento de las nubes marinas.

El blanqueamiento de nubes es una técnica de modificación del clima que tiene como objetivo aumentar la reflexión de la luz solar en las nubes para reducir la temperatura en la superficie terrestre y combatir el cambio climático. Este método se centra principalmente en las nubes estrato, que son bajas y densas.

Consiste en dispersar partículas de sal marina o sustancias similares en la atmósfera, las cuales sirven como núcleos de condensación para las gotas de agua, haciendo que las nubes se vuelvan más brillantes y, por lo tanto, reflejen más radiación solar hacia el espacio. Este enfoque busca imitar efectos naturales observados, como el brillo aumentado de las nubes debido a las emisiones de aerosoles de los barcos, conocido como “caminos de barcos”.

El cambio climático sigue avanzando implacablemente, con emisiones de carbono en aumento y temperaturas globales que alcanzan máximos históricos en todo el mundo. Ante este escenario, la comunidad científica explora alternativas radicales como esta, bajo el criterio de que, aunque preferiblemente no se deberían usar, es crucial entender su funcionamiento.

El  cambio climático continúa avanzando a pesar de los crecientes esfuerzos por reducir las emisiones de carbono y las temperaturas globales que alcanzan niveles récord. (REUTERS/Jorge Garcia)
El cambio climático continúa avanzando a pesar de los crecientes esfuerzos por reducir las emisiones de carbono y las temperaturas globales que alcanzan niveles récord. (REUTERS/Jorge Garcia)

Según señaló Doherty al New York Times, estas técnicas son consideradas un plan de respaldo y no una solución principal al cambio climático. La estrategia principal sigue siendo la reducción en la quema de combustibles fósiles, un punto en el que tanto investigadores como activistas ambientales están de acuerdo. “Cada año que tenemos nuevos registros del cambio climático, y temperaturas récord, olas de calor, está impulsando el campo para buscar más alternativas”, dijo Robert Wood. “Incluso las que antes podían ser relativamente extremas”.

La filosofía detrás de la modificación del clima no está exenta de controversias. Expertos y organizaciones ambientales, como Greenpeace y Friends of the Earth Estados Unidos, han expresado su profunda preocupación por los potenciales efectos secundarios de estas intervenciones en los patrones climáticos y ecosistemas, argumentando que representan una distracción peligrosa frente a las acciones necesarias para abordar las raíces del problema climático. “Este es un panorama aterrador del futuro que deberíamos intentar evitar a toda costa”, comentó a The Times, David Santillo, de Greenpeace.

Así se creó el blanqueamiento de nubes marinas

A pesar de las controversias, la tecnología para el blanqueamiento de nubes marinas se ha desarrollado significativamente desde su concepción. Inspirado por una pregunta de su hijo mientras observaban las nubes, el físico británico John Latham propuso originalmente la idea en 1990.

Las partículas de sal marina empleadas se basan en el efecto Twomey: un gran número de gotas pequeñas refleja más luz solar que un pequeño número de gotas grandes. La implementación exitosa de esta técnica requiere una precisión meticulosa en el tamaño de las partículas aerosolizadas, evitando tanto partículas demasiado grandes que reducirían la reflectividad de las nubes como partículas demasiado pequeñas que serían ineficaces.

El método se fundamenta en el efecto Twomey, que sugiere que nubes compuestas por un mayor número de gotas más pequeñas pueden reflejar más luz solar que aquellas con menos gotas pero de mayor tamaño. (EFE/Alejandro García)
El método se fundamenta en el efecto Twomey, que sugiere que nubes compuestas por un mayor número de gotas más pequeñas pueden reflejar más luz solar que aquellas con menos gotas pero de mayor tamaño. (EFE/Alejandro García)

El apoyo financiero para estas investigaciones ha crecido, favorecido por la creciente preocupación ante temperaturas récord y fenómenos climáticos extremos. Además de Bill Gates, otras organizaciones y fondos se han sumado para respaldar los estudios necesarios. Sin embargo, los investigadores estiman que se necesitará al menos una década más de pruebas antes de que se pueda considerar el uso de estas tecnologías a una escala que realmente contribuya a enfriar el planeta.

La experimentación con esta tecnología en Estados Unidos representa un esfuerzo por encontrar soluciones alternativas ante el avance inexorable del calentamiento global. Aunque el gobierno estadounidense, según apunta The New York Times, se ha distanciado de este estudio en particular, la inversión en investigación sobre diversas técnicas de intervención climática indica un interés creciente tanto de las autoridades como de la comunidad científica internacional.

Los resultados de estas pruebas son esperados con gran expectativa, con la esperanza de que contribuyan a un mayor entendimiento de cómo las técnicas de intervención climática pueden interactuar con el medio ambiente de maneras seguras y efectivas.

El proyecto de blanqueamiento de nubes marinas aún se encuentra en una fase temprana, y los investigadores estiman que se requerirá al menos una década más de estudios y pruebas antes de considerar su uso a escala suficiente como para tener un impacto significativo en la temperatura global.