Un salto hacia París 2024: Nico García Boissier, "con pies en la tierra" y a por el bronce

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Pablo Herrera

Santa Cruz de Tenerife, 17 may (EFE).- El saltador grancanario Nico García Boissier pondrá el acento canario en la delegación olímpica de natación con su participación junto a Adrián Abadía en la modalidad de salto de tres metros sincronizado, una cita a la que llega "con pies en la tierra" ante la opción de obtener medalla.

 García Boissier, que acude a sus segundos Juegos Olímpicos tras Tokio 2020, explica en una entrevista con EFE que la posibilidad de conseguir medalla olímpica "va a ser cuestión del que menos falle", ya que el sistema de competición, que es de final directa con ocho parejas, tiene a Gran Bretaña y China como grandes favoritos, y luego otros seis dúos "muy igualados", presumiblemente en la pelea por el tercer cajón.

El saltador canario consiguió en Mundial de Doha 2024 la primera medalla -de bronce- en la historia de España de esta modalidad deportiva.

El deportista incide en que las condiciones que se dieron para la medalla de bronce en el Mundial "no van a ser las mismas que en París", pues el torneo mundialista fue una competición "muy larga" con 27 parejas y casi tres horas de competición, algo que favorece "mucho" a la serie de saltos de la pareja española, que es de menor nivel de dificultad y menos exigencia física que la de otros competidores.

Afirma que llega a París 2024 con "más ilusión que a Tokio 2020" y con la experiencia de "saber lo que significa" una cita olímpica, un conocimiento que le crea la necesidad de volver a participar "en el mayor evento deportivo del mundo" con toda su familia en las gradas, y tras una primera vez descafeinada por las restricciones sanitarias de la edición japonesa.

Nico García Boissier solo forma el 50 por ciento del equipo de salto español, una pareja que completa el mallorquín Adrián Abadía, con quien entrena y convive en Madrid y forma un tándem en el que el canario aporta "el punto de profesionalidad, la seriedad y la experiencia", mientras que Abadía ofrece la viveza y la juventud para "tener el equilibrio necesario y congeniar”.

En este momento, la pareja se encuentra en una fase de pretemporada con mucho volumen de saltos, "priorizando cantidad a calidad", y con entreno físico para acondicionar el cuerpo para la Copa de España de la próxima semana, y luego bajar el volumen y entrar en dinámica de competición de cara al Campeonato de Europa de junio y la final olímpica del 2 de agosto.

Para conocer la primera vez de Nico García Boissier en una plataforma de salto hay que trasladarse a un niño de seis años que "veía a los mayores dando saltos mortales y tirabuzones", le picó la curiosidad, probó y encontró la pasión de su vida, todo ello pese a convivir con un vértigo que le acompaña en su día a día, pero que desaparece en su camino al agua.

"Hasta los dieciocho años era saltador de plataforma de diez metros, y a la hora de especializarme en una modalidad de salto, me preguntaron si quería dejar de saltar los diez metros y dije sí sin pensarlo", cuenta entre risas.

No obstante, no todo es color de rosas pese al éxito de la pareja española en el ámbito internacional, ya que la falta de infraestructuras en España para practicar salto complica el auge de la modalidad en el país.

García Boissier lamenta que en España solo haya seis piscinas específicas preparadas para el salto y "muy pocas provincias tienen torres de salto", aunque ha tenido la suerte de que Gran Canaria cuenta con dos piscinas para entrenar: una en el Club de Natación Metropole y otra la Piscina de La Unión, en Vecindario.

De cara a futuro y pese a tener solamente 28 años, Nico García Boissier pone sobre la mesa la posibilidad del retiro y afrontar retos pendientes y nuevos proyectos de vida entre los que asoma una boda y finalizar una carrera universitaria.

Esta decisión, ha proseguido, se pondrá "en una balanza" entre lo que supone estar en activo a tiempo completo en Madrid, que incidiría "seriamente", más el año profesional extra que se exige para recibir el beneficio económico conseguido en el año de clasificación, y "ver si esto realmente compensa".

Sin embargo, ese debate es lejano, y antes toca "disfrutar" de unos Juegos Olímpicos "en los que nadie nos ganará a ilusión" y en los que asoman ciertas posibilidades de medalla de bronce, a expensas de sorpresas más felices. EFE

phd/spf/jpd

(foto)

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