'De mayor quiero ser feliz' es posible, y mejor aprenderlo desde la infancia

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Pilar Martín

Madrid, 13 may (EFE).- La literatura infantil se ha propuesto que nuestros pequeños sean felices, pero no por sacar un 10 en un examen, sino porque cuando se enfrentan a un problema no pulsan el botón del pánico, sino el de la solución. Y ése es el mecanismo que quiere enseñar a activar Anna Morató en sus libros 'De mayor quiero ser feliz'.

Y para conseguirlo no hay más que mirar "lo invisible, lo que tenemos dentro", asegura a EFE Morató en una entrevista con motivo del lanzamiento de los tres libros que, bajo el título 'De mayor quiero ser feliz' (Beascoa), proponen seis cuentos cada uno para trabajar valores como la empatía, la autoestima, la confianza, el respeto o la adaptación.

Una suerte de seguros vitales que, trabajados con "metáforas visuales", hacen apto este aprendizaje a personas desde lo "0 años a los 99", asegura la autora.

"En un momento en el que hemos avanzado tanto como sociedad, y que se supone que tenemos mucho más que generaciones anteriores, en realidad no se ve a la gente feliz por la calle, no, y creo que se deben a muchos factores, uno de ellos es porque hemos avanzado muchísimo tecnológicamente, pero en lo personal no hemos avanzado", asevera.

Es decir, matiza, que el mundo exterior ha evolucionado mucho (el de la sanidad, educación, motor o tecnología), pero el interior "sigue siendo el gran desconocido", una dificultad que se suma a la de que cultivarlo y hacerlo crecer "no lo puede hacer nadie por nosotros".

En este punto es cuando Morató acude a la conocida como "pirámide de Maslow', la que mide el modelo de necesidades humanas: "a medida que la sociedad ha ido evolucionando hemos cubierto las necesidades básicas (las fisiológicas, y que se encuentran en la base de la pirámide), pero a medida que avanzamos vemos que hay otras que no tenemos cubiertas".

Por ejemplo todo lo relacionado con la "validación", uno de los temas estrella de estos libros ilustrados.

"A todo el mundo -agrega- nos gusta hacer un trabajo, tener éxito, que te feliciten, que te lo digan, pero ésto siempre tiene que venir acompañado de la validación interna, porque si no lo que tenemos es uno de los problemas mayores de la sociedad en adultos y en niños, los altos niveles que hay de frustración".

Con una evolución de temas, que se ve también en sus personajes (van creciendo conforme se avanza en la lectura), en el tercer Morató da "un pasito" y, se adentra en la pre adolescencia, etapa en la que si el mundo interior está bien abonado será más fácil superarlo con éxito.

En cuanto al germen de cada cuento, según la autora, es en su experiencia como madre de tres hijos donde nace la chispa para alumbrar estos relatos llenos de "metáforas visuales" como la 'chincheta', para reconocer a alguien que "chincha" o las 'escaleras' como manera de explicar el proceso del aprendizaje.

Consciente de que en las listas obligatorias de lectura libros como éstos deberían de estar presentes, Morató alerta de que en la actualidad, con las redes sociales, por ejemplo, al mundo interior de nuestros menores se suman "problemas" sin que "ellos sean conscientes".

Por eso, cuanto antes se trabaje la seguridad, la empatía, o la confianza con mayor seguridad afrontarán la vida y, gracias también al trabajo que "muchos profesores están haciendo" en la enseñanza de "habilidades personales y sociales", conseguiremos tener una sociedad mejor. EFE

pmv/lml

(Recursos de archivo en www.lafototeca.com Código 21985685 y otros)

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