Un hombre de 70 años muere por ducharse con el agua demasiado caliente: fue “escaldado vivo” por un fallo en el sistema del hotel

El informe del médico forense recoge que más del 33% de su cuerpo sufrió graves quemaduras

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Una ducha. (Getty Images)
Una ducha. (Getty Images)

“La muerte podía estar en una bolsa de cacahuetes, en un trozo de carne que se te atravesara, en el siguiente paquete de cigarrillos. Siempre te andaba rondando, de guardia en todas las estaciones de control entre lo mortal y lo eterno. Agujas infectadas, insectos venenosos, cables mal aislados, incendios forestales. Patines que lanzaban a intrépidos chiquillos a cruces muy transitados. Cada vez que te metes en la bañera para darte una ducha...” Esto lo escribió Stephen King en ‘Cementerio de Animales’, y viene a cuento porque el siguiente suceso parece sacado de un relato del popular autor estadounidense.

Ha ocurrido allí, en Estados Unidos. En concreto, en San José, California, a donde Terril Johnson, un hombre de 70 años y residente en Los Ángeles, viajó para acompañar a su nieta en su ceremonia de graduación. Pero el evento familiar terminó en tragedia, porque el jubilado fue “literalmente escaldado vivo” durante una ducha en la habitación del hotel.

La noticia ha llegado a los medios de comunicación tras la denuncia de la familia contra la cadena hotelera, presentada la semana pasada y citada por numerosos medios estadounidenses. En ella cuentan lo sucedido: Johnson intentó ducharse tras el extenso viaje desde Los Ángeles —seis horas en coche—, tras lo cual fue hallado inconsciente en el baño por uno de sus nietos. El agua estaba a tal temperatura que los parientes que intentaron auxiliarlo también resultaron lesionados.

Según la investigación policial, el problema fue que el sistema de agua sobrepasó por mucho los parámetros permitidos: rondó entre 56 y 58 grados, una temperatura muy por encima del máximo reglamentario de 49 grados centígrados que rige en Estados Unidos para instalaciones individuales vacacionales de este tipo. Lejos de ser un incidente aislado, la familia sostiene en la denuncia que se trata de “una negligencia grave y de un incumplimiento de obligaciones elementales en materia de seguridad”.

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“Obligados a mirar con horror”

El informe del médico forense recoge que más del 33% del cuerpo de Johnson sufrió graves quemaduras, estableciendo como causa del fallecimiento una quemadura de tercer grado. La intensidad del sufrimiento vivido queda registrada en el propio expediente judicial: durante las maniobras de reanimación, los familiares “se vieron obligados a mirar con horror cómo su piel se desprendía de su cuerpo”.

A raíz del suceso, la familia de Johnson se encuentra “traumatizada y destrozada por el dolor”, según palabras del abogado recogidas por los medios de su país. El letrado, además de solicitar justicia para el difunto, ha subrayado que la familia exige una revisión a fondo de los protocolos de mantenimiento y verificación en las redes de agua caliente de hoteles, para evitar que hechos semejantes puedan repetirse con otros huéspedes.

El episodio ha generado repercusión tanto en la familia Johnson como en sectores de la opinión pública que reclaman medidas inmediatas para evitar riesgos similares. Las circunstancias del fallecimiento, la gravedad de las heridas y el dolor causado han sido argumentados por los allegados como motivos para una revisión urgente de la normativa y la actuación judicial en este tipo de casos.