El material escolar se convierte en lujo y deja a niños fuera del aula: España es el país con más pobreza infantil de Europa

El encarecimiento de la vida obliga a familias a tomar decisiones extremas en su día a día

España, a la cabeza en pobreza infantil. (Freepik)

En vísperas del Día Mundial de la Alimentación y del Día Internacional para la erradicación de la Pobreza, la Fundación Madrina, dedicada a la infancia y maternidad desde hace 25 años, ha lanzado una advertencia sobre la crítica situación de la pobreza infantil en España, que continúa a la cabeza de Europa.

Según Conrado Giménez, presidente de la organización, la situación se describe como una “emergencia alimentaria sin precedentes para las familias con niños pequeños”. La exclusión alimentaria afecta a cerca de 2 millones de niños, quienes sufren malnutrición porque sus familias deben destinar entre el 50% y el 80% de su presupuesto a alimentación.

Esta presión obliga a decisiones extremas, como que “algunas madres tienen que elegir entre comprar una caja de lápices de colores o poder llenar la nevera esa semana”, señalan desde la organización. “No podemos permitir que una mochila vacía se convierta en la primera barrera educativa”, afirma Giménez en un comunicado.

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El aumento del coste de la crianza tras la crisis de la pandemia y la escalada de precios ha agravado la situación. Según la Fundación Madrina, el coste de la leche maternizada y los pañales puede llegar a 110 euros al mes, una cifra inalcanzable para hogares que ya destinan gran parte de su sueldo al alquiler o la hipoteca.

Esta precariedad repercute directamente en la salud y el desarrollo de los menores, dificultando la lactancia materna y aumentando la alimentación artificial por encima de la media europea, con riesgo de alteraciones en el desarrollo neurofisiológico.

El coste de los pañales o la leche maternizada puede ascender a más de 100 euros al mes. (Imagen de Archivo)

Excluir para sobrevivir: el drama de las familias vulnerables

Para paliar esta crisis, la organización ha puesto en marcha el “Banco del Bebé”, el mayor banco de alimentos materno-infantil de España.

El recurso permitirá a las familias ahorrar entre 100 y 400 euros mensuales en comida, dependiendo de si se trata de hogares monoparentales o familias numerosas.

“Este servicio cubre el 80% del presupuesto de alimentación de muchas familias, siendo crucial, ya que el coste de productos básicos como la leche maternizada es inalcanzable para hogares que ya destinan el 60% de su salario a la vivienda”, subraya Giménez.

El Banco distribuirá aproximadamente 10 toneladas de alimentos al día y asistirá mensualmente a 2.000 familias con 7.000 menores de entre 0 y 17 años.

La alimentación artificial aumenta mientras España continua a la cabeza en pobreza infantil. UNICEF/Europa Press)

La vuelta al cole más cara de la historia

La pobreza educativa se suma al hambre. El material escolar puede costar hasta 200 euros por niño en centros públicos y 1.000 euros en privados. Muchas familias no pueden cubrir estos gastos, lo que genera exclusión de “actividades escolares” e incluso “no se les deja entrar en las aulas”, recoge la fundación. A esto se suma el gasto de la fruta o la merienda, muchas veces exigido por los centros.

Como respuesta, la Fundación ha entregado material escolar a más de 200 menores, ayudando a aliviar la presión económica de los hogares más vulnerables.

Según la Fundación, la vuelta al cole supone un desembolso medio de 2.484,82 euros por niño en infantil o primaria, de los cuales el 71% corresponde a la alimentación exigida por los centros.

España solo invierte el 4,6% del PIB en educación, lejos del 7% necesario y por debajo de la media europea (5,3%) y de países como Finlandia (7,9%). “Es responsabilidad nacional romper este ciclo de pobreza”, enfatiza Giménez.

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La educación como arma para combatir la pobreza

La educación es la palanca más poderosa para romper dicho ciclo, según la organización. Como ejemplo, destaca la “Universidad de Madres”, que ha formado a más de 2.000 mujeres en situación de vulnerabilidad, logrando una tasa de inserción laboral del 100% para las participantes con los papeles en regla.

“La lucha contra la pobreza materno-infantil se basa en dos pilares: la seguridad alimentaria y la educación de calidad. Solo así podemos garantizar un futuro digno a madres y niños”, concluye Giménez.

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