El Gobierno autoriza 50 millones de euros para acuñar monedas distintas al euro: “La experiencia ha llevado a la Fábrica a abrirse a mercados internacionales”

La fabricación de moneda metálica (tanto circulante como de colección) constituye “una de las líneas de producción más importantes” de la entidad pública adscrita al Ministerio de Hacienda

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Imagen de archivo de unas
Imagen de archivo de unas medidas. (EUROPA PRESS)

El Consejo de Ministros ha autorizado este martes a la Entidad Pública Empresarial Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda (FNMT-RCM) la contratación del suministro de cospeles (discos de metal sobre los que se acuña una moneda) para la fabricación de moneda circulante distinta al euro en diferentes formatos, por importe de 50 millones de euros (sin incluir IVA).

Según la referencia del Consejo de Ministros, la fabricación de moneda metálica (tanto circulante como de colección) constituye “una de las líneas de producción más importantes” de la FNMT-RCM. El Gobierno agrega que, como sucesora directa de Ceca de Madrid (sus primeras referencias históricas datan del siglo XV), su departamento de Moneda es el de mayor tradición dentro de la entidad.

Además de la fabricación de la moneda metálica para el Tesoro Público español, esta empresa, adscrita al Ministerio de Hacienda, también realiza trabajos para cualquier otro país, empresa o entidad que lo solicite. “La experiencia en la fabricación de estos bienes y la estabilización de producción de monedas de euro han llevado a la Fábrica a abrirse a mercados internacionales que permita un aprovechamiento de su capacidad productiva, mejorando su eficacia y eficiencia”, explica el Ejecutivo.

Condiciones para la fabricación de monedas

Según la información suministrada, las licitaciones internacionales precisan de una “rápida” respuesta posterior en la producción de las monedas que demandan los países adjudicadores. Para poder atender esta demanda, una vez aprobados los cuños correspondientes, la Fábrica de la moneda “debe disponer de todos los elementos que intervienen en la cadena productiva”.

De esta forma, en este ejercicio de necesaria planificación se enmarca este Acuerdo Marco que tiene como objetivo asegurarse estas materias primas, “en unos mercados inestables en estos momentos, para poder suministrar los pedidos en tiempo de los compromisos internacionales que se cierren. Los países establecen las composiciones metálicas de las diferentes monedas”, agregan desde Moncloa.

Esta es la historia de San Isidro Labrador: cinco milagros, sus restos están en una iglesia de Madrid y tiene una moneda de Enrique IV en la garganta.

En este sentido, el acuerdo marco, que tiene tres años de vigencia, recoge una “cifra importante de toneladas” de una amplia variedad de aleaciones comunes para monedas, como el acero recubierto de cobre, latón, níquel y bronce, acero inoxidable o una aleación de cuproníquel. Asimismo, el expediente incluye diferentes diámetros de cospeles (piezas metálicas circulares lisas sobre las que se acuñan las monedas) de cada aleación prevista.

“Esta fórmula de acuerdo marco permite ir disponiendo de las cantidades, aleaciones y diámetros de cospeles, según se obtengan las adjudicaciones internacionales, ajustando la adquisición a las verdaderas necesidades, reduciendo plazos y obteniendo mejores precios. Ello supondrá poder disponer de los diferentes cospeles para continuar con la histórica acuñación de monedas de diferentes procedencias por parte de la Fábrica”, agrega la referencia del Consejo de Ministros.

Otros 49 millones para elementos de seguridad para documentos

En otro orden de cosas, el Gobierno dio luz verde el pasado martes a la contratación del suministro de kinegramas, es decir, elementos visuales utilizados en la fabricación de documentos de seguridad y empleados para garantizar la autenticidad de los mismos, por importe de 48.890.000 euros.

Para evitar la falsificación y la manipulación fraudulenta, la FNMT-RCM incorpora a los documentos de identificación y otros documentos esenciales, los más avanzados sistemas en seguridad gráfica: papeles especiales con marca de agua, fibrillas luminiscentes e hilo de seguridad, impresiones en iris, calcografía, tintas OVI, grabados con láser, o dispositivos ópticamente variables, entre otros.

Uno de estos elementos son los kinegramas, que representa una tecnología de seguridad holográfica avanzada, según agregó el Ejecutivo para justificar dicha autorización a la entidad pública, “responsable de la fabricación de documentos fundamentales en la vida del ciudadano y para empleados púbicos que garantizan su identidad y le reconocen aptitudes y derechos”.