Dinamarca, especialmente la ciudad de Copenhague, es uno de las mayores capitales culinarias europeas y mundiales. Con tres restaurantes con tres estrellas Michelin en su haber: Noma, Geranium y Jordnær; su parque de atracciones, los Jardines Tívoli, atrayendo pop-ups de grandes chefs de todo el mundo; y muchísimos locales de cocina internacional y local en sus calles, la capital danesa es uno de los grandes destinos foodies del continente.
Ahora, un nuevo premio avala esta realidad. Y no uno cualquiera. Dinamarca y más concretamente Copenhague han llenado los titulares del mundo gastronómico al coronarse uno de sus chefs como el mejor cocinero de todo el mundo. Rasmus Munk, del restaurante Alchemist, se proclamaba el pasado 6 de noviembre como el mejor chef de todo el planeta, consiguiendo el primer premio en la gala de The Best Chef Awards.
El ascenso de Munk al olimpo de la gastronomía ha sido vertiginoso. Solo un año después de su apertura, su restaurante Alchemist, abierto en 2019, consiguió dos estrellas Michelin y, al siguiente, se colocó entre los 100 mejores restaurantes del mundo, directamente en el puesto 58º. Todo ha sido gracias a su chef, nacido en Randers, Jutlandia Central, y hecho cocinero de pura casualidad. Comenzó a estudiar en la escuela culinaria por la insistencia de un amigo y, allí, se le abrió un mundo que le cambiaría la vida.
La New Nordic Food (nueva cocina escandinava), iniciada por el también copenhaguense Noma, y otros grandes iconos como Ferran Adrià y su trabajo en elBulli fueron algunas de las grandes referencias que moldearon al chef danés.
Tras varios años de trabajo en cocinas de otros y premios como joven chef revelación, el cocinero danés se animó a emprender en solitario en el año 2015, fundando una primera sede de Alchemist en el centro de Copenhague. La propuesta, a nivel de espacio e infraestructura, era mucho más honesta, aunque su cocina ya daba que hablar hace casi 10 años. Con un comedor de solo 15 plazas y un equipo de 4 empleados, Munk ya conseguía sorprender con un menú formado por 40 platos llenos de mensaje social.
Todo cambió con visita de una de las mayores fortunas de Dinamarca, un encuentro que marcó un antes y un después y que inició el cambio que llevaría a Alchemist al siguiente nivel. El punto de inflexión tuvo lugar cuando Lars Seier Christensen, un hombre de negocios, empresario e inversor danés, cruzó las puertas del restaurante. El empresario ya era socio de otros restaurantes como es Geranium, otro icono de la gastronomía de autor danesa que ya había logrado para entonces convertirse en el mejor restaurante del mundo. La alta cocina no le pillaba de nuevas y Seier calló rendido ante la cocina única de Munk.
El apoyo de este hombre de negocios fue vital para que Alchemist diera el salto a su segunda versión, un impactante macroespacio de 2.200 metros cuadrados en el que el chef desarrolla ahora todo su arte. Este nuevo espacio abrió sus puertas en verano de 2019, ocupando un viejo almacén del Royal Danish Theatre reconstruido, con tres plantas y una altura de 22 metros. Su apertura supuso una inversión de 13,4 millones de euros.
El menú ‘holístico’ de Alchemist
En este espacio, Alchemist presenta una propuesta de alta cocina que fusiona el mundo de la gastronomía, el teatro y el arte, además del de la ciencia, la tecnología y el diseño, para crear “una experiencia sensorial integral y dramatúrgica”. El propio chef, en su manifiesto, lo define como una cocina holística, una experiencia “multidimensional” que parte de lo gastronómico pero recorre otras muchas disciplinas, con el objetivo de “ir más allá del plato, filtrándose tanto en el entorno físico inmediato como trascendiendo el tiempo y el espacio”.
Su menú, compuesto por 50 pases, va acompañado de un maridaje a selección el cliente, una experiencia que se extiende entre 4 y 6 horas y que recorre todo el espacio de su restaurante. Toda esta propuesta, que han llegado a reconocer grandes chefs como Ferran Adrià, le ha valido dos estrellas Michelin, aunque también grandes críticas en el mundo de la alta gastronomía.
La cena en cuestión se divide en actos y se desarrolla en varios lugares, como un balcón, una zona de juegos y una espectacular cúpula tipo planetario con imágenes proyectadas en el techo. Los platos son técnicamente complejos y muy creativos, elaboraciones con las que Munk busca la sorpresa, las risas, la reflexión social o incluso la repulsión. De este punto nacen opciones tan curiosas como un ojo de diseño realista inspirado en la novela de George Orwell, 1984, o un bacalao con plástico comestible ideado para concienciar sobre la contaminación de los océanos.
Este viaje gastronómico tiene un costo significativo, con el menú básico “Alchemist Experience” valorado en 5.400 coronas danesas, equivalentes a unos 724 euros. Los maridajes de vinos varían en precio desde el básico por 1.800 coronas (unos 241 euros) hasta el maridaje exclusivo por 8.500 coronas (alrededor de 1.140 euros). Para quienes buscan una experiencia aún más exclusiva, Alchemist dispone de la “Mesa del Sumiller”, una opción premium que incluye champán de alta gama, una selección especial de vinos, café, té y un digestivo, por un total de 14.900 coronas danesas (aproximadamente 1.999 euros por persona).