La poleá, una variante dulce de las gachas típica de la cocina andaluza: es perfecta para días fríos

Este postre suele disfrutarse bien caliente en épocas de otoño e invierno, tanto que en lugares como Jaén se asocian a la festividad de Todos los Santos

La poleá, unas gachas dulces andaluzas (ShutterStock)

La poleá es un postre tradicional de la comunidad de Andalucía que consiste en unas gachas dulces de harina y leche. Más específicamente, estas gachas son típicas de la Andalucía occidental, especialmente de Sevilla, Huelva y Cádiz. Este postre suele disfrutarse en épocas de otoño e invierno, tanto que en lugares como Jaén se asocian a la festividad de Todos los Santos y al Día de Difuntos. Esto se debe a que es una de esas recetas reconfortantes que se disfrutan aún más recién hechas, calentitas y con sabores dulces.

Su origen está íntimamente ligado a la comida de subsistencia, pues su preparación necesita de ingredientes sencillos, económicos y abundantes: harina y leche. En tiempos de necesidad, la cocina trataba de buscar fórmulas efectivas para engañar al apetito, para proporcionar todos los nutrientes posibles con pocos recursos. Platos como este postre, sencillos pero deliciosos y reconfortantes, cumplen todas las características necesarias.

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La poleá, muy similar a las tradicionales gachas manchegas, es una preparación asociada al periodo árabe de la historia de Andalucía. De hecho, esta receta ya es mencionada por Ibn Razin al-Tuyibi en su recetario Relieves de las mesas, acerca de las delicias de la comida y los diferentes platos.

De forma similar a las gachas manchegas, la poleá consistía en unas gachas que comenzaron a hacerse a base de harina y agua, constituyendo así un plato salado muy recurrente en muchas casas del sur de España. Con el tiempo, el agua se ha sustituido por la leche y se han añadido ingredientes aromatizantes como la piel de limón, el anís y la canela, haciendo así de la poleá un rico postre que merece la pena probar. Como toque final, no pueden faltar los tostones de pan frito en aceite de oliva, un ingrediente extra que suele añadirse para un toque de crujiente contraste.

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Receta de poleá o gachas dulces

Tiempo de elaboración: 40 minutos

Raciones: 4 personas

Ingredientes:

  • 100 g de harina
  • 120 g de azúcar
  • 1 litro de leche
  • 1 piel de limón
  • 75 g de aceite de oliva suave
  • 1 cucharada de anís en grano
  • Canela en polvo
  • 100 g de pan del día anterior

Elaboración:

  1. En una cacerola con aceite caliente añadimos la piel de limón y las semillas de anís y las freímos ligeramente, sin que el aceite llegue a humear. Lo retiramos y lo pasamos por un colador.
  2. Volvemos a añadir el mismo aceite a la cazuela y añadimos la harina de trigo. La cocinamos hasta que tome un color ligeramente dorado. A esta misma harina, le añadimos la rama de canela y el azúcar.
  3. Por otra parte, calentamos la leche en una cazuela. Una vez que la harina esté ligeramente tostada, vamos añadiendo la leche caliente poco a poco mientras removemos con unas varillas. Es importante mezclar bien hasta que no queden grumos. Si comienzan a aparecer, podemos pasar la mezcla por una batidora. Cuando empiece a espesar y salgan burbujas, retiramos del fuego.
  4. Una vez están las gachas fuera del fuego, retiramos la rama de canela y añadimos una cucharadita de canela en polvo. A continuación, mezclamos bien.
  5. Para los picatostes, cortamos el pan en cubos y los freímos en aceite de oliva caliente. Cuando estén dorados y crujientes, los escurrimos sobre papel absorbente.
  6. Servimos la poleá en copas y decoramos con los costrones de pan y un poco de canela en polvo.
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