La quita de subsidios a las tarifas marcó una fuerte dispersión de la inflación por zonas del país

Con el rubro “vivienda” al tope de la lista de mayores aumentos, la Ciudad de Buenos Aires registró casi 1 punto más de inflación que el promedio nacional del INDEC. El resto de las provincias, con menor impacto de los servicios públicos, contribuyeron a promediar para el IPC oficial

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El ajuste tarifario, que se refleja en el rubro “vivienda”,  fue de 8,7% a nivel nacional pero de 10,7% en el GBA y 12,4% en la estadística porteña
El ajuste tarifario, que se refleja en el rubro “vivienda”, fue de 8,7% a nivel nacional pero de 10,7% en el GBA y 12,4% en la estadística porteña

Además del efecto sorpresa ante la expectativa instalada de un piso de inflación de 5,5% para noviembre, el dato que ayer difundió el INDEC de 4,9% marcó una notoria dispersión por zonas geográficas. La diferencia más evidente se registra con la Ciudad de Buenos, cuyo indicador propio arrojó una suba de precios de 5,8%, es decir casi un punto más, para el mismo período. Con mediciones de 4,5% y 4,6%, quedó en el extremo opuesto la región norte del país. Incluso para el Gran Buenos Aires, el registro fue de 5%, lo que indica que los precios en el conurbano bonaerense contribuyeron a promediar para abajo el dato de la Ciudad.

La pregunta inevitable apunta entonces a identificar las causas de esa diferencia. Más allá de cuestiones metodológicas que, según explicaron desde el INDEC, impactan en mediciones puntuales pero no afectan la tendencia en términos interanuales y acumulados, se esconde el impacto del aumento de tarifas de los servicios públicos y, particularmente, de la quita parcial de subsidios.

El ajuste tarifario se refleja en el rubro “vivienda”, cuya suba de costo a nivel general fue de 8,7% pero de 10,7% en el GBA. En la estadística porteña, esa división pegó un salto de 12,4%, casi 2 puntos por encima del promedio sumando al Conurbano donde, presumiblemente, la incidencia de la quita de subsidios a los usuarios de luz y gas fue menor, a la vez que es mayor el alcance de la tarifa social en los diferentes municipios que la integran.

infobae

En el extremo de menor inflación en este segmento se ubicó la región de Cuyo. En cualquier caso, aunque en distintas magnitudes, la categoría vivienda se posicionó a la cabeza tanto de la medición oficial nacional, como de la porteña y también de las estimaciones privadas. Fue lo que neutralizó, aunque en menor medida que lo previsto, la marcada desaceleración en el precio de los alimentos y bebidas, que arrojó una suba de 3,5% respecto a octubre y se ubicó en la categoría que menos aumentó en el mes.

El comunicado del INDEC precisó que se trata del rubro “de mayor incidencia en casi todas las regiones, por su peso dentro del índice general” y destacó que al interior de la división se produjeron aumentos en frutas, aguas y otras bebidas, además del pan y cereales aunque la estacionalidad jugó a favor en la baja del precio de las verduras, tubérculos y legumbres que “registró una baja en la mayoría de las regiones”, según se explicó.

Pero lo que más ayudó a la baja del precio de los alimentos fue la evolución del precio de la carne: el asado subió “apenas” 1,8% mientras el resto de los cortes tuvieron una leve variación negativa.

La desaceleración del precio de los alimentos y bebidas tuvo una incidencia clave en el IPC de noviembre. REUTERS/Andrew Kelly
La desaceleración del precio de los alimentos y bebidas tuvo una incidencia clave en el IPC de noviembre. REUTERS/Andrew Kelly

“Fue clave en la reducción de la inflación mensual la moderación de los alimentos”, apuntó el economista Camilo Tiscorinia, quien destacó la desaceleración desde el 6% de avance que registraban en julio. Para su colega, Guido Lorenzo, de la consultora LCG, el menor ritmo de suba de precios en esa categoría no es un hecho aislado sino que se enmarca en una tendencia intencional, tras la presión que sufrieron los precios de los alimentos dado el salto en los commodities como consecuencia de la guerra en Ucrania a principios de año. Se trata de una influencia que prevé será insuficiente para sostener esa baja en los próximos meses pero, al mismo tiempo, es un elemento menos de presión hacia arriba.

En el mismo sentido, Lorenzo consideró que era prematuro considerar que la economía inició un proceso de desinflación y que será difícil ver registros similares al de noviembre en los próximos meses. “Es un dato que debe leerse con cautela, en el que influyó los aumentos pospuestos que hubo durante noviembre. Aún la economía no está en un proceso de desinflación y quedan precios relativos que deben ajustarse y eso torna más difícil encarar la desaceleración de precios en los próximos meses”, dijo.

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