La fascinante predicción que Del Potro le hizo con 11 años a su padre tenístico

El "Negro" Gómez recordó un presagio que "Delpo" emitió hace casi dos décadas y que podría cumplirse este año. "Cuando entra a la cancha lo sigo viendo con la misma decisión que ya tenía a los 10 años de ganarle a cualquiera que se le ponga adelante", describe

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Juan Martín del Potro de niño con el “Negro” Gómez, su creador tenístico
Juan Martín del Potro de niño con el “Negro” Gómez, su creador tenístico

Es un día más en la academia del "Negro" Gómez a comienzos del nuevo milenio. Sienta a sus pequeños muchachos en la confitería del Club Independiente de Tandil y les propone lo que para él es una práctica habitual: escribir en un cuaderno sus objetivos a corto plazos y los sueños en el futuro.

Entre ellos se encuentra un jovencito de 11 años llamado Juan Martín del Potro al que ya todos miran de cerca. Dicen que tiene una derecha fenomenal y proyección de tenista de elite. Toma la lapicera firme, con convicción, y le pone su firma: "Mi objetivo a corto plazo es ganar el Orange Bowl. Después quiero ganar el US Open y ser número 1 del mundo".

Años más tarde, Gómez recuerda aquella jornada ante Infobae a horas de que su viejo pupilo afronte uno de los partidos más importantes de su carrera contra Novak Djokovic en el Estadio Arthur Ashe en busca de su segundo título de US Open que lo puede dejar a tiro del segundo puesto en el ranking.

"Fue un día en el club. Estábamos en la confitería y le hice escribir a todos los chicos. Juan siempre entrenó en grupo, de la manera en la que lo hacemos en Tandil. En uno de esos días, los juntamos a todos, creo que "Pico" (Mónaco) también estaba. Los hicimos escribir objetivos a corto y mediano plazo, y objetivos de lo que querían ser", señala.

“Ya a los 11 años me dijo que quería ganar el US Open y ser número 1 del mundo”, afirmó
“Ya a los 11 años me dijo que quería ganar el US Open y ser número 1 del mundo”, afirmó

"Ya a los 11 años me dijo que quería ganar el US Open y ser número 1 del mundo", afirma y esclarece sobre el desinterés que expone públicamente actualmente Juan Martín sobre el ranking: "No lo dice (su deseo de ser 1 del mundo) porque no le gusta declarar cosas así. Las lesiones sólo retrasaron lo que iba a pasar que era que luche por el 1 del mundo, que es lo que está haciendo".

El tandilense no podrá ser el primero del ranking todavía, pero la determinación que expuso hace ya casi dos décadas asombra por estas horas en las que podría conquistar otra vez el US Open. Por entonces, Gómez lo guió rumbo a su primer objetivo: a los 14 años levantó el prestigioso Orange Bowl, el certamen más ansiado de los juveniles.

"Cuando entra a la cancha lo sigo viendo con la misma decisión que ya tenía a los 10 años de ganarle al que se le ponga adelante. Eso es lo mejor de él, lo que lo distinguía del resto. Era la manera de encarar la situación de cada partido. Por más que fuera superado porque era un rival más grande, él se la ponía difícil, siempre luchaba. "Esta vez me ganó, pero la próxima le gano", pensaba. ¡Y lo cumplía! Hubo rivales que le ganaron 6 ó 7 veces porque eran dos años más grande, pero después los terminaba venciendo", describe.

Uno de sus hitos más importantes: el Us Open 2009 (Reuters)
Uno de sus hitos más importantes: el Us Open 2009 (Reuters)

El "Negro" tiene la fórmula secreta. Es el cerebro que ideó la maquinaria para sacar tenistas de elite en serie. Una especie de Henry Ford del deporte blanco. Por sus manos pasaron figuras del presente y las promesas de lo que vendrá. "Delpo" llegó a él a los 6 años y recién bifurcaron sus caminos profesionales 12 años más tarde.

"Es un montón de tiempo. Lo conozco demasiado y más adentro de una cancha de tenis. Una persona va evolucionando pero ellos compiten hoy como si tuvieran 10 años. Cambia la necesidad, el rival, pero el jugador de tenis ya es jugador a los 12 ó 13 años. Cuando entra a la cancha se produce la misma sensación que se producía de chico. Él entra a la cancha y le puede ganar a quien quiera; cuando lo veo me sigue pasando eso", manifiesta.

LA HISTORIA DETRÁS DE LA FOTO EMBLEMÁTICA

En el 2002 se sacaron una foto antes de embarcarse rumbo al Orange Bowl que finalmente ganó Delpo
En el 2002 se sacaron una foto antes de embarcarse rumbo al Orange Bowl que finalmente ganó Delpo

Juan Martín del Potro y Marcelo Gómez tienen un raquetero por hombro. El muchacho ostenta unas zapatillas blancas deportivas, bermuda color celeste jean, una remera al tono de su calzado y el corte taza un tanto desarreglado. A su lado, su creador tenístico luce pulcro con su chomba dentro del jean celeste claro y pone su mano sobre el hombro de su pupilo que ya está casi igual de alto que él. Junto a ellos, el Volkswagen Polo verde que será parte de una postal inmortal.

"Fuimos a jugar el torneo más importante del mundo de la categoría. Esa foto fue antes del Orange Bowl que ganó. Es una foto muy significativa. Era un bolso cargado de ilusiones para ver si podía ganar ese torneo tan importante. Recuerdo muchas cosas… ¡Ese Polo verde debería tener 500 mil kilómetros!", afirma Gómez sobre el mítico vehículo de Daniel Del Potro, el padre del tenista que es médico veterinario.

"Eso era así. Mi papá, con el "Negro", agarraban el auto y le hacían kilómetros y kilómetros. Íbamos para el norte, para el sur, para cualquier punto del país donde había algún torneo importante. Ellos juntaban con mucho esfuerzo la plata para poder ir, presentarme y poder jugar. Y salíamos a hacer capaz que 13 ó 14 horas de auto, llegábamos, jugábamos y a los dos días volvíamos. Y a seguir entrenando, el colegio…", relató hace unos meses atrás "Delpo" en una nota con este medio. "Los padre siempre intentan ayudar, quieren lo mejor para los hijos. A veces los conflictos empiezan a pasar cuando se meten en cuestiones técnicas que sólo sabemos los técnicos. En este caso no pasó. El padre de Juan Martín siempre ayudó y respetó las decisiones tenísticas y de calendarios mías. Es un gran hombre", afirma hoy en día Gómez sobre el padre de Juan.

Aquella imagen tomada en el 2002 se completaría días más tarde con una pintura de alegría absoluta: tras vencer en semifinales a Marin Cilic, levantó el título del prestigioso certamen juvenil al superar al ruso Pavel Tchekhov por 6-2 y 7-6 (5).

"Ya se sabía para dónde iba… A los 17 años ganaba Challengers, por ejemplo. Tuvo una evolución constante y rapidísima", afirma el hombre que mejor conoce la cabeza del exitoso tenista.

Esa mente que lo ayudó a superar las peores lesiones también está acompañada por un temperamento especial que a veces lo hace fastidiarse con pequeños detalles que suceden en los partidos: "Siempre fue así. Si analizás los partidos, son momentos de tensión en los que él puede soltar lo que tiene adentro. Después de ahí, agarrate porque saca su mejor tenis. Siempre fue igual. Se agarra con algo de la tribuna o de la cancha, después suelta lo que tiene adentro y empieza a enfocarse y controla todo lo que tiene que hacer".

Gómez también estuvo cerca en los momentos que la oscuridad invadió a un "Delpo" ya consagrado. Cuando el 3 del ranking actual pensó en largar todo por culpa de las malditas lesiones. Su cabeza ya no soportaba la frustración del quirófano. El "Negro", hoy en día, aporta una perspectiva diferente sobre lo que pasó por dentro del tenista.

"Para que lo entiendan: Juan Martín sin la mano izquierda podría estar 50 del mundo por su calidad. Los primeros torneos cuando volvió los jugó casi sin revés. A mi criterio, podría estar jugando al tenis igual, pero él si no tiene la certeza de que puede entrar a una cancha y jugar de igual a igual con los mejores del mundo, no va a jugar. Eso lo amargó tanto", argumenta.

El tandilense de 29 años encontró en el slice una salida para no forzar tanto su muñeca maltrecha: "Lo que te no te mata te fortalece y lo sabe, es un lema que siempre trabajamos. Creo que estas lesiones que tuvo le permitieron mejorar un tiro enorme como es el slice y la derecha invertida, que como tenía un gran revés no la usaba porque confiaba mucho en este golpe".

Si bien se alejó profesionalmente de Juan, continuaron su vínculo amistoso a lo largo del tiempo y tras la última operación fue el elegido para intentar recuperar algunos movimientos perdidos: "Vino unos días a Tandil y trabajamos un poco porque me dijo que quería volver a tener su revés. Es increíble la capacidad que tiene porque todo lo demás estaba impecable. Hoy todavía no tiene el revés que supo tener, está muy bien y en cada torneo va mejorando".

La casa de Gómez se vestirá de fiesta en las próximas horas. Una de sus perfectas esculturas deportivas saltará al court con la intención de levantar uno de los máximos trofeos a los que un tenista puede aspirar. El poder del disparo de Juan Martín se sentirá en Estados Unidos, pero tendrá un empuje extra de su padre tenístico desde Tandil.

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