Noel Schajris: “En Argentina históricamente miramos más a Europa que al resto de Latinoamérica”

Desde su casa en Los Ángeles, el cantautor, pianista y productor argentino dialogó con #CulturaLadoB sobre sus 20 años de carrera en la industria musical. Además, nuevos #ImperdiblesLadoB: una guía de pequeñas delikatessen del arte y la cultura contemporáneos que se desarrollan en paralelo a los circuitos masivos

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Cuando entre pantallas wifi y conexión vía zoom, Noel nos muestra con orgullo la última tapa de Billboard donde está su retrato, los ojos vibrantes de aquel pibe nacido en el barrio porteño de Flores parecieran decir: “¡mamá, llegué!”. Pero lo cierto es que su futuro llegó hace rato.

Noel Schajris es un cantautor, pianista y productor que desde el lanzamiento de su primer álbum como solista ha vendido más de 25 millones de discos y un millón de entradas a sus conciertos, y hasta fue ganador del Grammy Latino. Junto con Leonel García formaron el dueto argenmex Sin Bandera que logró conquistar los infinitos corazones de sus fans mediante canciones románticas exitosas.

Tras el lanzamiento de su nuevo disco Mi presente y antes de su próxima gira por los Estados Unidos y Canadá, conversamos con Noel y nos abrió su corazón, tanto como suele hacerlo en las letras de sus canciones. Bueno, casi.

#CHILANGAUCHO

En la Argentina históricamente miramos más a Europa que al resto de Latinoamérica. Pero mi relación con la música es más latinoamericana que argentina. De chico viví en otros países y descubrí la salsa, el merengue. A los 7 años me voy a vivir a Costa Rica, entonces tengo una infancia comiendo arroz con frijoles o natilla o diciendo “pura vida mae”, y en la escuela todo era una cuestión más centroamericana. Después, a los 23, me voy con 600 dólares y muchos sueños a vivir a México. Y me convertí en un chilangaucho, después de veintiún años viviendo en México soy mexicano también. México está en mi piel, en mi vida, en mi alma. Toda mi carrera surge desde ahí, sobre todo a finales de los noventa cuando saco mi primer disco, y aún México era esa plataforma latinoamericana fuerte. Ahora creo que está más repartido. Pero tal vez lo de México sea la cercanía con esta enorme industria de los Estados Unidos. El vínculo sigue siendo fortísimo porque es la frontera terrestre más larga del mundo, son más de 3000 kilómetros, es una influencia tremenda. Todas las ciudades fronterizas de México son muy gringas y todas las fronteras gringas son muy mexicanas. Aquí mismo en California, Los Ángeles: ¡esto era México, cabrones… jaja!

#CHURROS LYNCHEANOS

En la secundaria estudié música en el Esnaola (Escuela Superior Artística en Música “Juan Pedro Esnaola”). Tengo unos recuerdos impresionantes porque con mis amigos nos encontrábamos en Chacarita a las seis y media de la mañana para ir a un lugar de churros que no sé si sigue existiendo: ¡los mejores churros con dulce de leche de la Historia! Los hacían en el momento, bien fresquitos, y salíamos con la bolsa con ochenta mil churros (cosas que uno puede hacer sólo a los 14 ó 15 años). Nos caminábamos todo el cementerio de Chacarita y saludábamos a Gardel, a Evita, a Ringo Bonavena, comiendo esos churros. Y mientras, en el crematorio salía todo el olor. Realmente era una situación de David Lynch. Llegábamos a la escuela y nos parábamos frente a la bandera y había una nube negra que salía del crematorio, una cosa así, surrealista. En ese contexto, yo me iba a Costa Rica todos los veranos. Descubrí a Juan Luis Guerra (Visa para un sueño, Ojalá que llueva café) y llegaba con esa información y le mostraba a mis amigos, todos rock’n’roll y blues, y me decían: “¿qué es eso? ¡sacá esa mierda!”.

#TAVO

Todos los de mi camada en el Esnaola terminaron siendo músicos impresionantes, lo digo de corazón. Muchas historias increíbles que tienen que ver con toda esa generación. Y se me pone la piel de gallina, me emociona, porque mi mejor amigo en la secundaria era Tavo (Gustavo Kupinsky, guitarrista de Los Piojos fallecido en 2011). A los 13 años me dijo: “ey, ¿cómo te llamás? ¿te gustan Los Beatles?”. Y ya está, a partir de ahí fue mi mejor amigo durante toda la secundaria. Después me invitó a participar en el disco “Tercer arco” y yo estoy ahí tocando piano, teclados, cantando el coro “Ohohohohohohoh!”. Lo extraño muchísimo.

#GANAPÁN

Mi abuela me compró el primer piano de estudio a los 13 años y fue un antes y un después, porque significó mucho tener el instrumento en casa y tocar 8 horas por día. Cuando terminé el secundario, empecé a laburar de lo que se podía. Mi vieja me compró un Roland E50, que se lo había visto a Sting en River, y como era mi ídolo máximo decía “tengo el teclado de Sting… wow!”. Me iba a Recoleta en taxi con el teclado para tocar en pizzerías o dónde me dejaran. Cobraba 100 pesos, que en ese momento eran 100 dólares, y mi éxito máximo era que se le enfriara la pizza a la gente mientras yo cantaba los éxitos del momento: Luis Miguel, Jon Secada, Boyz II Men. Así empecé a ganarme la vida cantando. Pero también trabajaba en una estación de servicio, desde las seis de la mañana hasta las dos de la tarde, en la Puma de Costa Salguero. Esa fue una experiencia increíble, hice muchos amigos. En mi primer Gran Rex con Sin bandera estaban mis amigos de la estación de servicio y fue un flash: todos llorando emocionados.

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#SUEÑO

A los 23 años me surge la posibilidad de ir a México. Un amigo que vivía allá, con quien yo grababa jingles publicitarios, tenía una banda y necesitaban cantante. Y me la jugué. Mi madre, que en paz descanse, me dijo: “yo soñé que te ibas y es lo que tienes que hacer, va a ser lo que tú necesitas”. Y llorando nos despedimos. Vendí mi piano Steinway que era mi tesoro y le dejé guita a mi vieja y me fui con una maleta y 600 dólares a ver qué onda. El resto es historia, pues aquí estamos.

#SONIDO

Siempre que escucho a Piazzolla me aparece un adoquín en la mente. Es el sonido de Buenos Aires. Creo que ningún otro músico ha podido captar tan profundamente el sonido de una ciudad como Piazzolla. Pero si te ponés a pensar, no hubiera logrado ese sonido de no haber estudiado en Francia con Nadia Boulanger. Por eso Sin Bandera, porque realmente estamos todos conectados y la música es como el ser humano: somos de todas partes, venimos de un mismo lugar, vivimos bajo un mismo cielo.

#SINCRO

Tanto Sin Bandera y nuestras carreras solistas con Leonel (García) están coexistiendo de una manera bellísima, como nunca antes, y estamos también festejando 20 años, y mirando hacia el futuro, y ya con una percepción de coexistencia de todos los formatos. Cuando estamos juntos, somos Sin Bandera, y vienen cosas increíbles juntos, y ahora con mi último disco Mi presente. Seguimos soñando como el primer día.

#DELIVERY SENSIBLE

El mundo se digitalizó y durante la pandemia pensamos ideas creativas para seguir en contacto con los fans de todo el mundo. Entonces lanzamos una plataforma propia y el impacto fue impresionante. Hemos mandado vinilos, CDs y casetes a lugares increíbles: desde Alaska hasta Argentina, pasando por Japón, Centroamérica, Sudamérica. Es una manera de mandar un pedacito de tí al público. Por ahora no vamos a hacer gira por Latinoamérica, pero ya están a la venta los tickets para los shows en los Estados Unidos: la gira más importante que he hecho en mi carrera.

#FLOWER POWER

Es increíble poder seguir haciendo música. Siempre mi sueño de pibe, de ese pibe de Flores que hablábamos, fue vivir de la música. Yo les decía a mis viejos si estoy en Florida tocando en la calle o haciendo un estadio, ya veremos, pero yo voy a vivir de esto. Y hemos cumplido ese objetivo. Seguimos soñando. Seguimos haciendo cosas lindas. Me emociona mucho que conozcan mi historia. A veces dicen “el rubio de Sin bandera” y no saben mi origen. Me emociona que sepan que detrás de esa portada de Billboard está aquel pibe de Flores que empezó su carrera soñando muchas cosas. Recién hablaba con mi manager para recordar si algún otro argentino fue tapa de Billboard y creemos que no. Y les juro que casi me pongo a llorar porque dije: “¡ey, eso está cabrón!”. Además estoy trabajando fuerte para que haya más representación de la diversidad latina en la industria, sobre todo en los Grammys americanos. Es un lindo desafío.

#ImperdiblesLadoB

JOAQUÍN PLADA es compositor, arreglador musical y productor nacido en San Carlos, Uruguay en 1990. Acaba de lanzar Cabito, una nueva canción compuesta en colaboración con Bárbara Abbott, que describe con ternura y humor la cotidianidad de su perro llamado así. “En mi nuevo álbum hay canciones creadas al comienzo de la pandemia que narran situaciones propias del confinamiento, la convivencia de una pareja y su perrito en un depto de treinta metros cuadrados. El primero de los cortes es Los Dias (ft. Julián Kartún) y la letra, al igual que la de Cabito, fue escrita en conjunto con mi novia. La verdad es que Cabito es el héroe de nuestra épica doméstica. Creo que la pandemia era ajena para todos y que el ser humano es un bicho de costumbre y se adapta a cualquier cosa. Los últimos años venía postergando la producción de mis temas por laburar en producciones y composiciones para otros artistas. Ahora encontré el tiempo para desarrollar mi proyecto solista. Creo que todo este nuevo contexto triste, mucha muerte, desgracia, inseguridad y dolor que está en el aire, nos está enseñando a cuidarnos; lamento que la forma de aprender sea siempre a través de tragedias.”

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PARAÍSO FURGÓN es el resultado de una deriva, en todos sus significados disponibles. “A veces, mejor perderse para encontrar el rumbo” podría haber dicho algún supuesto filósofo asiático milenario si realmente hubiera existido, pero no. Hablamos de pragmatismo inquieto en tiempo real, de jóvenes artistas buscando crear nuevas coordenadas a pesar de (o tal vez impulsados por) los obstáculos trash del contexto primario. Porque si la experiencia es una energía que puede reciclarse en distintas formas, hay quienes la transforman en desasosiego y hay quienes la convierten en otra cosa: tal vez imprecisa como el arte en sí, aunque cautivante como un beso erótico. Si nos dan a elegir, preferimos esa “otra cosa”. Y si ustedes también se animan a montarla cual montaña rusa sin parque de diversiones nítido alrededor, entréguense a esta hermosuridad arrojada al vacío por Imán Kaumann Madelaire y Estanislao Correa. Amor, magia, sonido, placer, moda, fotosíntesis, contracultura y belleza: “el proyecto surgió en 2016 en el tren Sarmiento, fue variando la forma, pero siempre estuvo la idea de mezclar música, poesía y teatro en una misma cosa. El tren servía como medio. Y gracias a adolescentes y borrachos, fuimos consiguiendo unos pesos para comer y comprar un vino al final del día. Eso duró un poco más de un año hasta que el ambiente del tren se volvió muy hostil y entonces el proyecto recorrió otros lugares distintos. Desde entonces en varios ciclos estuvimos mostrando las mismas canciones que surgieron ahí y nuestro último EP las compila. Cuando se pueda, además de presentar el disco junto a un fanzine, queremos organizar un ciclo en el tren Sarmiento que va de Merlo a Lobos, para volver a la raíz de la cosa, e invitar amigos poetas, músicos y performers, y grabarlo todo. Como un tiny desk, pero en el furgón del Sarmiento.

MANA ISLA y su nuevo disco de 6 bellas canciones titulado El verano más triste: son paseos musicales por los sentidos y el amor y detalles que parecen microscópicos, pero son tremendamente galácticos en la intimidad. Ella es escritora, artista transdisciplinaria, performer y activista queer nacida y criada en la Patagonia y vive en Buenos Aires desde 2006. Publicó la novela “Casino Casa Grande” y el poemario “La ruptura no será televisada”, entre otros libros y ensayos feministas. Recomendamos seguir sus novedades por acá.

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