
Esta semana se produjeron simultáneamente tres ciclones en el sur y sudeste de Asia, las más recientes de varias tempestades enormes que han azotado la región y han causado la muerte de al menos 1350 personas, con centenares más aún desaparecidas y millones de desplazadas.
Desde principios de año se han producido al menos 16 ciclones y decenas de depresiones en los océanos Pacífico e Índico. Incluso los ciclones moderados ahora producen precipitaciones extremas y pueden causar inundaciones generalizadas, dijo Roxy Mathew Koll, climatóloga del Instituto Indio de Meteorología Tropical.
"Lo que destaca este año son las lluvias y los impactos en cascada --deslaves e inundaciones repentinas--, no necesariamente el número de tormentas", dijo Koll.
El ciclón Ditwah azotó Sri Lanka y se espera que avance hacia India. El ciclón Senyar llegó a Indonesia y ahora se dirige hacia Malasia.
En Sri Lanka, el presidente dijo el lunes que la nación insular se enfrentaba a la "mayor y más difícil catástrofe natural de nuestra historia", la cual afectaba a todas las partes del país, superando el alcance del devastador tsunami de 2004, que golpeó las zonas costeras.
Esto es lo que hay que saber sobre la devastadora temporada de monzones de este año.
¿Qué países se han visto afectados?
Las inundaciones y deslaves en Sri Lanka, han afectado a más de un millón de personas, y más de 15.000 viviendas han quedado destruidas. El número de muertos en Sri Lanka ascendió a 410 el martes, según datos oficiales, y cientos más siguen desaparecidos.
Las autoridades de Indonesia dijeron que las inundaciones habían afectado a 1,5 millones de personas y desplazado a unas 570.000. Casi 300.000 personas habían sido evacuadas de sus hogares hasta el sábado. El número oficial de muertos en Indonesia ha superado los 700, y más de 400 personas seguían desaparecidas.
Vietnam ha sido azotado por 14 tifones este año, y la 15.ª gran tempestad se está formando frente a la costa centro-sur del país. Más de 90 personas murieron en noviembre en el país a causa de inundaciones y deslaves.
Al menos 160 personas han muerto en Tailandia, donde las inundaciones han desplazado a más de dos millones de residentes. La semana pasada, el ejército tailandés envió soldados, helicópteros y embarcaciones para rescatar a las personas varadas por las inundaciones en sus provincias meridionales.
A principios de noviembre, Filipinas fue azotada por dos tifones en el lapso de una semana. El 9 de noviembre, las tropas se movilizaron junto con los trabajadores de emergencias para prepararse para el supertifón Fung-wong, menos de una semana después de que otro ciclón dejara más de 200 muertos.
¿Qué tiene de inusual este año?
La temporada de monzones de este año ha sido inusualmente intensa, en parte debido a La Niña, un fenómeno meteorológico en el que fuertes vientos empujan el agua caliente a través del Pacífico hacia el este de Asia, lo cual crea las condiciones para que se formen ciclones. Las palabras huracán, tifón y ciclón se refieren al mismo tipo de tormenta, pero en distintas partes del mundo se utilizan términos diferentes para designarlas.
Mientras que las lluvias monzónicas se producen todos los años, los ciclones son raros en las regiones cercanas al Ecuador. Los ciclones tropicales giran debido a una fuerza causada por la rotación del planeta. No es habitual que los ciclones se formen cerca del Ecuador de la Tierra, donde esta fuerza es más débil. Pero el tifón Senyar se formó a unos 5 grados por encima del Ecuador, en un estrecho oceánico entre Indonesia y Malasia.
¿Cómo afecta el cambio climático a estos ciclones?
Durante más de un siglo, los gases de efecto invernadero emitidos por la actividad humana han atrapado calor en la atmósfera del planeta. El año pasado fue el más caluroso desde que existen registros fiables. Los océanos también se han calentado considerablemente, y el agua más caliente ayuda a que los ciclones tropicales se formen y se fortalezcan más rápidamente.
En la bahía de Bengala, la masa de agua entre India y Birmania, la proporción de ciclones que se vuelven extremos ha aumentado en los últimos 50 años.
El clima más cálido también está debilitando la cizalladura vertical del viento, los vientos que a menudo ayudan a romper las tormentas en desarrollo, en algunos lugares del mundo. Un estudio de 2024 sugirió que el calentamiento de la meseta tibetana puede haber reducido la cizalladura del viento sobre el océano Pacífico que rodea el sudeste y el este de Asia, mientras que otros muestran que la cizalladura del viento sobre el mar Arábigo también se ha debilitado desde la década de 1990, lo que permite ciclones más fuertes.
Los ciclones de este año se produjeron junto con lluvias regionales extremas. En el Sudeste Asiático, los tifones de finales de temporada suelen coincidir con las lluvias monzónicas de noviembre y diciembre, aunque este solapamiento es inusual en el sur de Asia.
Dado que el aire más caliente puede retener más humedad, el aumento de las temperaturas globales incrementa la cantidad potencial de precipitaciones, haciendo que la estación monzónica sea más variable, intensa e impredecible.
¿Cómo están respondiendo los gobiernos?
Los países afectados por los ciclones de este año tienen planes de adaptación climática desiguales y ya enfrentan dificultades para adaptarse a las presiones medioambientales. Muchos de estos gobiernos también combaten complejos retos económicos y políticos, junto con la presión pública para que respondan a las catástrofes con rapidez y eficacia.
La recuperación de Sri Lanka tras el colapso económico provocado por el hombre en 2022 sigue siendo frágil. Vinya Ariyaratne, presidenta de una de las mayores organizaciones de desarrollo comunitario de Sri Lanka, dijo que los 25 distritos del país se han visto afectados por el ciclón.
"Todo el país es una zona de desastre, excepto algunos lugares", dijo. "Esa es la diferencia entre el tsunami y este: el tsunami solo afectó a las zonas costeras".
En Indonesia, la cuarta nación más poblada del mundo, miles de personas salieron a la calle en septiembre para protestar por la enorme brecha de riqueza. El desempleo juvenil ha superado el 16 por ciento, y la capital, Yakarta, se hunde en el mar de Java, con sus aguas subterráneas absorbidas y sus ríos invadidos por sus millones de habitantes.
Algunos en Vietnam han empezado a criticar la falta de preparación y la lenta respuesta del gobierno. Las catástrofes naturales han causado más de 2000 millones de dólares en daños entre enero y octubre, según la oficina nacional de estadística.
En septiembre, miles de filipinos llenaron las calles de Manila para protestar contra el gobierno, al que acusan de malversar miles de millones de dólares destinados a proyectos de ayuda por las inundaciones. Greenpeace, un grupo ecologista, estimó que se había malversado alrededor de un billón de pesos filipinos, o 17.600 millones de dólares, que se suponía iban a ayudar al país a hacer frente a unas inundaciones crónicas y mortales.
Nazaneen Ghaffar, Damien Cave, Mujib Mashal y Aie Balagtas See colaboraron con reportería.
Amelia Nierenberg es reportera de noticias internacionales para el Times en Londres.
Muktita Suhartono informa sobre Tailandia e Indonesia. Reside en Bangkok.
Nazaneen Ghaffar, Damien Cave, Mujib Mashal y Aie Balagtas See colaboraron con reportería.
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