Rodrigo Paz y Jorge Quiroga se enfrentarán en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Bolivia

Reportajes Especiales - News

Guardar

Paz, candidato centrista, obtuvo la mayor cantidad de votos en la primera vuelta de las elecciones. El expresidente conservador Jorge "Tuto" Quiroga ocupó el segundo puesto, lo cual significa el fin de décadas de dominio de la izquierda.

La primera vuelta de las elecciones presidenciales de Bolivia, celebrada el domingo, significó el fin de 20 años de dominio del partido socialista en el poder. El primer puesto en las votaciones, obtenido sorprendentemente por un senador centrista, desvaneció las expectativas de muchos analistas de una clara victoria de la derecha.

El senador, Rodrigo Paz, había estado en los últimos puestos de la lista de ocho candidatos, pero los resultados preliminares de la autoridad electoral boliviana del domingo por la noche lo mostraban como líder con el 32 por ciento de los votos, con el 78 por ciento de las papeletas escrutadas.

Un expresidente conservador, Jorge "Tuto" Quiroga, ocupaba el segundo lugar con el 27 por ciento. Ambos se enfrentarán en una segunda vuelta en octubre.

"Aquí no se ha ganado nada", dijo Paz en un discurso pronunciado en un parque de La Paz el domingo, mientras sus partidarios vitoreaban y hacían sonar las bocinas de los coches. "El pueblo nos ha dado el derecho, y después tendremos que pelear la segunda parte de forma honesta. Lo importante es que este es un proyecto de todos y para todos los bolivianos".

Bolivia está sumida en una crisis económica, y muchos votantes se han sentido frustrados con el partido Movimiento al Socialismo, MAS, que se ha mantenido en el poder por años. Durante dos décadas, la política del país ha estado definida por el MAS, dirigido por el exdirigente sindical Evo Morales, quien en 2005 fue elegido primer presidente indígena de Bolivia y ocupó el cargo por 14 años.

Las elecciones presidenciales del domingo fueron las primeras desde 2002 sin Morales o un sucesor elegido por él en la papeleta. El presidente saliente, Luis Arce, del MAS, es muy impopular y decidió no presentarse a la reelección. Los analistas dijeron que Paz había obtenido el apoyo de votantes de izquierda desilusionados con el MAS, pero reacios a respaldar a la derecha.

"Es una clara señal de que la gente estaba cansada del MAS, cansada de la izquierda", dijo Gustavo Flores-Macías, profesor de la Universidad de Cornell especializado en política latinoamericana.

Verónica Rocha, analista política boliviana, dijo que, durante la campaña, Paz se presentó como una persona de centro, alejándose de la retórica polarizadora. Hijo de un expresidente, Jaime Paz Zamora, Paz lleva dos décadas en política y es senador desde 2020, pero hasta ahora nunca había sido una figura destacada a nivel nacional.

"Es pragmático", dijo Rocha. "En sus gestiones ha hecho de todo con todos, pero opositor al MAS sin duda".

Su campaña se centró en descentralizar el Estado y canalizar más fondos hacia los gobiernos regionales. También abogó por dar a más bolivianos acceso al crédito, eliminar las restricciones a las importaciones, combatir la corrupción y reformar el sistema judicial.

Muchos partidarios de Paz dijeron sentirse especialmente atraídos por su compañero de fórmula, Edman Lara, capitán de policía que dimitió públicamente tras denunciar la corrupción en la institución.

"La única opción que nos queda, la única esperanza que nos queda es Rodrigo Paz y capitán Lara. Más que todo por el capitán Lara", dijo Claudia Ramos, de 45 años, vendedora ambulante en La Paz. "Los otros partidos son ya muy antiguos, muy dinosaurios, que todos solamente quieren echar al poder y solo quedar en poder y nos robar".

Lara fue crucial para la sólida estrategia de la campaña en las redes sociales, y recorrió el país para llegar directamente a los votantes, dijo Carlos Saavedra, analista político. Calificó a Lara de "un verdadero outsider de la política; un hombre que jamás militó en ningún partido".

La tambaleante economía de Bolivia fue el principal tema de las elecciones. La escasez de combustible, el aumento de los precios y la falta de acceso a dólares estadounidenses y a productos importados han provocado furia y protestas en los últimos años.

Durante sus tres mandatos como presidente, Morales supervisó un fuerte descenso de la pobreza y destinó fondos estatales a infraestructuras, escuelas y salud.

Pero su disputada candidatura en 2019 para un cuarto mandato desencadenó protestas masivas, represiones mortales, acusaciones de fraude electoral y una crisis democrática que lo obligó a exiliarse temporalmente. Arce, su aliado, ganó la presidencia al año siguiente, pero ambos se separaron más tarde en una amarga lucha por el poder que dividió al partido. Un tribunal impidió a Morales presentarse a las elecciones presidenciales de este año, alegando los límites del mandato.

Morales se negó a apoyar a un candidato y pidió a sus partidarios que emitieran votos nulos para protestar por la decisión de la corte de excluirlo, lo que, según los expertos, perjudicó a los candidatos de izquierda en las urnas.

Ramos, la vendedora ambulante que apoyó a Paz, dijo que su familia había apoyado a Morales en el pasado. Pero perdieron la fe en él tras la crisis electoral de 2019, y Ramos culpó a su gobierno de la escasez actual.

"Yo soy madre sola de cuatro hijos y ya no nos alcanza", dijo. "Todo está caro. Hacemos fila por aceite. Hacemos fila por pan, hacemos fila por todo".

Samuel Doria Medina, un acaudalado empresario de centro-derecha que había liderado las encuestas, quedó tercero, según los resultados preliminares. Andrónico Rodríguez, antiguo protegido de Morales y miembro del MAS desde hace mucho tiempo, se postuló bajo la bandera de un partido diferente y terminó cuarto.

Quiroga fue presidente de Bolivia de 2001 a 2002, y se presentó a las elecciones presidenciales en otras dos ocasiones. Tanto él como Paz han abogado por recortar el gasto público, incluidas las subvenciones a los combustibles, que eran una característica distintiva del modelo económico socialista del MAS.

Gilda Hurtado, de 49 años, patóloga forense en La Paz, dijo que había votado por Quiroga. "Me gusta mucho el tema de la experiencia política que él ya tiene. Y fuera de eso, él es un empresario con visión hacia el extranjero", dijo.

También dijo que había votado por Morales cuando se presentó por primera vez a la presidencia, pero que llegó a arrepentirse.

"Creí que su cambio era fundamental. Consideré que iba a ser así", dijo. "Pero a medida que fueron pasando los meses nos dimos cuenta que fue un voto que realmente nos castigó a nosotros".

Genevieve Glatsky es reportera del Times y reside en Bogotá, Colombia.