Cuatro ejercicios para no contracturarse la espalda en cuarentena

La tensión generada por el contexto en plena pandemia muchas veces se manifiesta a través del cuerpo. Cómo prevenir las contracturas

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Ejercicios para no contracturarse en cuarentena

El contexto actual de pandemia, que desencadenó en la medida de aislamiento social preventivo y obligatorio, se sumó a la cotidianiedad de la población: las crisis personales, las presiones laborales, los problemas económicos, en síntesis el estrés cotidiano, produce un importante desgaste físico y emocional cuya tensión muchas veces se manifiesta a través del cuerpo.

El aumento del trabajo y la educación de forma remota llevó a que muchos tengan que realizar este tipo de tarea en sus hogares. En este contexto, el quiropráctico Marcelo Barroso Griffiths (matrícula 9784) señaló a Infobae que “las largas horas inactivas, con poco movimiento y la poca calidad de movimiento se hace muy difícil que la columna mantenga una tonicidad normal, en cuanto a sus músculos y en cuanto a sus formas”.

De acuerdo al quiropráctico, las contracturas de cuello y espalda, son las zonas más afectadas y al contexto actual se suma un componente: el invierno. “La llegada de las bajas temperaturas intensifican ese dolor porque las bajas temperaturas hacen que adoptemos posturas que favorecen este tipo de lesiones dado a que causa dolores a nivel muscular o articular, que permanecen más contraídos que el resto del año, algo que obliga a que las articulaciones también se muestren más rígida”, apuntó el profesional.

El frío afecta directamente al organismo, la tensión crece a nivel muscular debido a la contracción de los músculos a causa de las bajas temperaturas y produce que los dolores de espalda se acentúen, sobre todo los ya producidos por malos hábitos y posturas inadecuadas.

(Shutterstock.com)
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La contractura muscular consiste en la contracción persistente e involuntaria de un músculo o grupo de ellos que puede hacer que estos se endurezcan o se abulten. Puede darse a causa de una insuficiente oxigenación o por la pérdida de líquidos y sales minerales como consecuencia de un esfuerzo prolongado, movimientos bruscos o por frío.

De este modo, el especialista enumeró cuatro ejercicios para evitar contracturarse en cuarentena:

Postura sentada: adoptar una postura sentada y en esta posición con la espalda bien pegada a la pared, extender los brazos y levantarlos rozando la pared hasta sentir que es imposible seguir. Una vez que llega arriba, juntar las manos e ir hacia adelante haciendo círculos y repitiendo el ciclo 10 veces.

Sentadillas contra la pared: realizar una sentadilla con la espalda apoyada de la pared, mantener la postura diez segundos y luego levantarse. Se recomienda repetir el ejercicio tres veces. Abrir ligeramente las rodillas, las piernas y los brazos extendidos, inclinarse hacia adelante. Lo más probable es sentir un tirón en la cintura y en esa posición se levantan. Para ello, es vital endurecer las rodillas a medida que extiendan las piernas, los brazos y se vuelven a sentar. Siempre hay que hacerlo de manera ordenada.

Cuadripedia: en el piso posicionar las manos a la altura de los hombros, las rodillas por detrás de la mano, inflar el pecho y desinflarlo. Repetirlo hasta 10 veces.

(Shutterstock)
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El profesional explicó que si estas contracturas musculares se mantienen en el tiempo, se manifiesta como un abultamiento de la zona, que implica dolor y alteración de su normal funcionamiento.

Lo cierto es que más allá de las causas físicas, las contracturas emocionales, el estrés sostenido en el tiempo, puede provocar contracturas en músculos de la espada. Las cargas psicológicas pueden producir contracturas musculares sin que seamos conscientes de ello y en cuarentena las consultas hacia el especialista aumentaron notablemente.

Según Griffiths, es importante que cada persona esté atenta a lo que le sucede: “Bronca, impotencia o resentimiento y soltar las cargas emocionales. Cuando no se gestionan las situaciones que nos frustran, sin dudas deja una marca en el cuerpo que no se borra tan fácilmente. Si estamos contracturados emocionalmente, lo difícil resulta salir de esta situación, ya que sabemos que si tenemos una mala postura, que nos contractura, mejoramos la postura y el proceso comienza a ceder, pero si nos caemos o nos golpeamos y nos contracturamos, debemos atenderlo con diferentes acciones terapéuticas que nos mejoren esta condición”.

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