
Tristeza, alegría, amor, miedo, enfado. Cada uno de estos sentimientos es la punta del iceberg de una orquesta de expresiones corporales y cerebrales. A veces la expresión de una emoción precede a sus reacciones; esta es el orden intuitivo: sucede algo que nos hace sentir tristes y esto desencadena el llanto. Pero a veces el circuito de las emociones funciona en el sentido inverso: alguien ríe en medio de un tumulto, el cerebro lo registra (aun sin que seamos conscientes) y a través de un sistema de neuronas espejo, imita este gesto y evoca una sonrisa. Y así se dispara la alegría. Basta esbozar una sonrisa para sentirse bien, aunque sea por un segundo. Así de simple es plantar una emoción.
¿Y si la experiencia consciente de una emoción es casi un espejismo? ¿Puede una emoción ser completamente inconsciente? Por extraña que pueda parecer esta idea, se trata en realidad de un lugar común. Cuando decimos que un perro —o un bebé, para el caso— tiene miedo, es porque produce expresiones corporales y comportamientos que asociamos con el miedo. En realidad, no sabemos lo que siente.
La presentación subliminal (inconsciente) de una cara triste induce la expresión y la sensación de tristeza. Las respuestas corporales son inmediatas y solo un tiempo después la persona dice sentir esa emoción. En ese tiempo en el que todo el cuerpo expresa tristeza mientras la persona dice no sentirla, en ese limbo, ¿está experimentando una emoción? Así como identificamos emociones en otra persona a partir de lo que expresa su cuerpo, nuestro cerebro infiere lo que sentimos leyendo nuestras expresiones corporales. Por eso expresar alegría la evoca y la mímica de la tristeza nos entristece.
Podría pensarse que el baile fisiológico que se apodera del cuerpo es irrelevante si, a fin de cuentas, uno no siente tristeza. Pero en realidad sí que importa. La expresión corporal de una emoción puede enfermarnos, o curarnos, aunque no la percibamos conscientemente, y —más allá de nuestra propia experiencia— siempre termina afectando a los demás. A mí me ha pasado que alguien me pregunte por qué estoy enojado y sorprenderme solo por la formulación de la pregunta. ¿Enojado yo? Resulta que a veces nuestras emociones son más visibles para los otros que para nosotros mismos.
De ‘El poder de las Palabras’, de Mariano Sigman (Editorial Debate)
Seguir leyendo:
Últimas Noticias
El “Corolario Trump a la Doctrina Monroe” define la geopolítica y el cambio en las Américas
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU establece el principio de “Reclutar y Expandir” para controlar la migración y detener el narcotráfico, mientras apunta contra la penetración de China, Rusia e Irán a través de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua
Al fin se reconoce lo que está pasando: EEUU y su estrategia de seguridad nacional
La Estrategia de Seguridad Nacional 2025 marca el cambio más profundo desde el fin de la URSS: Washington prioriza su hemisferio, negocia con China como “competidor” en lugar de amenaza, y advierte a Europa que debe hacerse cargo de su propia defensa antes de 2027

Maduro parece haber llegado al límite
Washington endureció la postura, transformó la crisis venezolana en asunto de seguridad hemisférica y dejó al régimen con cada vez menos opciones de negociación
Triunfos judiciales de Uribe y Keiko Fujimori: justicia, libertad y liderazgo hemisférico
Ambos casos presentan paralelismos claros. En los dos, la Justicia terminó corrigiendo abusos motivados por fines políticos

Mali, el corazón de la bestia
El avance de grupos extremistas revela una crisis estructural que amenaza con transformar la región en un epicentro de inestabilidad y proyección de violencia más allá de África




