Dura carta de la hermana de una víctima de femicidio: “Por Giulia no hagan un minuto de silencio, por Giulia quémenlo todo”

Elena Cecchettin pidió que Filippo Turetta, acusado de asesinato de Giulia, no sea considerado un “monstruo”, sino un “hijo sano de la sociedad patriarcal impregnada de la cultura de la violación”

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Elena Cecchettin dijo que Filippo Turetta, el asesino de su hermana, no es un "monstruo", sino un "hijo sano de la sociedad patriarcal que está impregnada de la cultura de la violación".

La hermana de Giulia Cecchettin, la joven de 22 años cuyo asesinato a manos de su ex novio Filippo Turetta conmocionó a Italia, publicó una carta en la que habla de los femicidios y de la cultura patriarcal que lleva a la propagación sistémica de la violencia masculina contra las mujeres.

El mensaje de Elena Cecchettin, que estaba muy unida a su hermana, está siendo muy compartido y comentado en Italia porque expresa con claridad varios conceptos que los movimientos feministas llevan décadas intentando difundir.

En la carta publicada por Il Corriere del Veneto, Elena, de 24 años, pidió que no se definiera a Turetta como un “monstruo”, porque “un monstruo es una excepción, una persona fuera de la sociedad, una persona de la que la sociedad no debe responsabilizarse. En cambio, [la sociedad] debe hacerse responsable. Los ‘monstruos’ no son enfermos, son hijos sanos del patriarcado, de la cultura de la violación”.

Elena Cecchettin explicó el significado de la “cultura de la violación” como la tendencia a minimizar y considerar normales la violencia y los abusos de género. Se trata, escribió, de esa cultura “que legitima todos los comportamientos que perjudican a las mujeres, empezando por las cosas a las que a veces ni siquiera se les da importancia, pero que son muy importantes, como el control, la posesividad, el acoso callejero. Todos los hombres son privilegiados por esta cultura”.

Cecchettin había anticipado algunas partes de la carta el domingo, durante un programa del canal Rete 4. En aquella ocasión, el conductor había cuestionado la frase final del mensaje:

“Por Giulia no hagan un minuto de silencio, por Giulia, quémenlo todo”.

Se trata de una referencia a un verso de un poema escrito por la activista feminista peruana Cristina Torres-Cáceres, que fue ampliamente compartido en las redes sociales el pasado fin de semana en relación con la desaparición y posterior hallazgo del cadáver de Giulia, pero que lleva años utilizándose en las manifestaciones de la asociación feminista “Non Una Di Meno” (la rama italiana de “Ni Una Menos”).

“Si mañana me toca a mí, si mañana no vuelvo, destrúyelo todo. Si mañana me toca a mí, quiero ser la última”, dice ese verso.

Giulia Cecchettin tenía 22 años. El jueves pasado se hubiera graduado en Ingeniería Biomédica en la Universidad de Padua
Giulia Cecchettin tenía 22 años. El jueves pasado se hubiera graduado en Ingeniería Biomédica en la Universidad de Padua

Elena explicó que, más allá del significado que esta expresión tenía en el poema, el sentido de esas palabras es que hay que hacer una “revolución cultural”, borrar o derribar la cultura dominante.

Según Cecchettin, es en primer lugar responsabilidad de los hombres cambiar para mejor “esta sociedad patriarcal”, reconociendo las dinámicas de poder y de dominación de las mujeres en otros hombres, y limitándolas.

“A menudo se dice ‘no todos los hombres’. No son todos los hombres, pero siempre son hombres”, escribió. “Ningún hombre es bueno si no hace nada para desmantelar la sociedad que tanto lo privilegia. Es responsabilidad de los hombres de esta sociedad patriarcal, dados sus privilegios y su poder, educar y llamar la atención a amigos y colegas en cuanto escuchen el menor atisbo de violencia sexista. Díganselo a ese amigo que controla a su novia, díganselo a ese colega que hace acoso callejero, hostiguen esos comportamientos aceptados por la sociedad, que no son más que la antesala del feminicidio”.

Elena calificó al femicidio como “asesinato de Estado, porque el Estado no nos protege. El feminicidio no es un crimen pasional, es un crimen de poder”.

También se refirió a la necesidad de impulsar la educación sexual y afectiva, en particular de los hombres, para que el cambio necesario empiece por ellos.

“Necesitamos generalizar la educación sexual y afectiva, enseñar que el amor no es posesión. Necesitamos financiar centros antiviolencia y dar la oportunidad de pedir ayuda a quienes la necesitan. Por Giulia no hagan un minuto de silencio, por Giulia, quémenlo todo”.

El caso

Giulia Cecchettin despareció junto a su ex novio, Filippo Turetta, el pasado sábado, cuando fue asesinada por éste, según revelaron las cámaras de vigilancia de una zona industrial en las que se vía como el chico la golpeaba repetidamente mientras ella le decía: “Me haces daño” y la arrastraba varios metros por el suelo.

Tras unas arduas labores de búsqueda, el cadáver fue localizado el pasado sábado en un canal junto al lago Barcis (Friuli-Venezia Giulia, noreste) y la autopsia reveló que había sido acuchillada en la cabeza y el cuello y que ella intentó defenderse, pues en los brazos y en las manos se han detectado varias heridas.

Tras el femicidio, Turetta huyó a Alemania, donde fue detenido gracias a una orden de arresto internacional emitida por un delito de homicidio. Será extraditado en los próximos días.

Filippo Turetta, el joven de 22 años acusado del asesinato de Giulia Cecchettin
Filippo Turetta, el joven de 22 años acusado del asesinato de Giulia Cecchettin

Toda la información disponible sobre el caso sugiere que se trata de un feminicidio, es decir, de un asesinato resultante de una violencia (física, pero también psicológica) que se deriva de una dinámica de poder y control alimentada por los estereotipos y las expectativas de género, y que es ejercida sobre las mujeres por hombres que están cerca de ellas o que creen estarlo.

Según escribió en las redes sociales Elena, que desde el primer momento sospechó de Turetta, la graduación de la joven en Ingeniería Biomédica, que debía haberse celebrado el jueves pasado en la Universidad de Padua (Véneto), fue el desencadenante del asesinato. Turetta estudiaba la misma carrera de su ex novia. Al parecer, el hecho de que ella se graduara antes que él, y aunque la relación se había roto hacía meses, lo consideraba un punto de inflexión. Elena dijo que le había preocupado la actitud posesiva de Turetta hacia su hermana, pero que nunca imaginó que pudiera hacerle daño.

La hermana también acusó a Matteo Salvini de cometer “violencia de Estado”, después que el ministro italiano de Transportes y líder de la ultraderechista Liga pareció dudar de la culpabilidad de Turetta.

Conmoción en Italia

Gino Cecchettin, abrazando a su hija Elena, asiste a una vigilia en Vigonovo, cerca de Venecia, después que la policía confirmó el hallazgo del cuerpo de su hija Giulia  (Lucrezia Granzetti/LaPresse via AP)
Gino Cecchettin, abrazando a su hija Elena, asiste a una vigilia en Vigonovo, cerca de Venecia, después que la policía confirmó el hallazgo del cuerpo de su hija Giulia (Lucrezia Granzetti/LaPresse via AP)

El asesinato de Giulia, cuyo domicilio se ha convertido en los últimos días en un “altar” de peluches, flores, velas, cartas y dibujos dedicados, ha causado una profunda conmoción social, pero también entre la clase política, con por la primera ministra, Giorgia Meloni, y la líder de la oposición, Elly Schlein, a la cabeza.

“Cada mujer asesinada por ser ‘culpable’ de vivir libremente es una aberración que no se puede tolerar y que me impulsa a seguir por el camino emprendido para poner fin a esta barbarie”, afirmó Giorgia Meloni en las redes sociales.

Un proyecto de ley respaldado por el Gobierno que ya ha sido aprobado en la Cámara Baja y que llegará al Senado a finales de este mes impulsará medidas preventivas para proteger a las víctimas de la violencia de género. Además, el Ministerio del Interior instó a todas las escuelas a guardar un minuto de silencio el martes en honor de Cecchettin “y de todas las mujeres maltratadas y víctimas de la violencia”. Por su parte, una organización de rectores de universidades italianas se comprometió a poner en marcha iniciativas para concienciar a los estudiantes sobre la violencia de género.

Según datos del Ministerio del Interior, actualizados al 20 de noviembre de 2023, 106 mujeres fueron asesinadas en Italia en lo que va del año, casi una cada tres días. 87 fueron asesinadas en el ámbito familiar y afectivo. 55 fueron asesinadas por su pareja o ex pareja.

“El verdadero amor no humilla, no decepciona, no pisotea, no traiciona ni hiere el corazón. El verdadero amor no golpea, no grita, no mata”, escribió Gino Cecchettin, al despedirse de su hija en las redes sociales. “Mi amor ya te extraño mucho, dale un abrazo a mamá y un beso de mi parte”.