En dónde quedó el brazo derecho de Álvaro Obregón

Tras un enfrentamiento con Pancho Villa, Obregón perdería su brazo por una granada

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Monumento a Álvaro Obregón en el que estuvo su brazo derecho en un frasco con formol (Foto: archivo)
Monumento a Álvaro Obregón en el que estuvo su brazo derecho en un frasco con formol (Foto: archivo)

En la guerra siempre hay una alta probabilidad de perder algo: la cordura, familiares amigos, no digamos ya la vida. Sin embargo algo que se ha repetido a lo largo de la historia mexicana es que se pueden perder (hasta dos veces) las extremidades. Así le ocurrió a Santa Ana, así le ocurrió a Villa (ya muerto) y así también a Álvaro Obregón.

Álvaro Obregón fue un caudillo de la Revolución Mexicana que luchó de lado del ejército constitucionalista con Venustiano Carranza. Nacido en Sonora fue una pieza clave durante la guerra. También una de las figuras más importantes en la época posterior, durante el periodo de pacificación que culminaría con la muerte de Emiliano Zapata y Francisco Villa.

También fue retratado como un déspota y una figura oscura que jugaba con el poder en la novela de Martín Luis Guzmán La sombra del caudillo, en la que se narra la represión del intento de golpe de estado dela huertista y la ejecución del general Serrano a través de la figura de Ignacio Aguirre.

A Obregón le apodarían el Manco de Celaya (Foto: Mediateca INAH)
A Obregón le apodarían el Manco de Celaya (Foto: Mediateca INAH)

El 3 de junio de 1915, antes de hacerse del poder, las relaciones entre Venustiano Carranza y el Centauro del Norte ya estaban resquebrajadas. Así que Carranza mandó a Obregón en contra de Villa, pero este sería victima de un fiero ataque del ejercito villista: “El caudillo sonorense fue alcanzado por un fragmento de granada en el brazo derecho cercenándoselo de inmediato” se lee en Ocho mil kilómetros en campaña del mismo general sonorense.

Era tal el dolor que sin poder aguantarlo “tomé con la mano que me quedaba la pequeña pistola Savage que llevaba al cinto y la disparé sobre mi sien izquierda (...) pero mi propósito se frustró, debido a que el arma no tenía tiro en la recámara” escribió el caudillo, cuyos hombres retiraron rápidamente el arma de sus manos.

Tras los primeros auxilios el doctor Enrique Osornio amputó el brazo de Obregón, quien creía no librarse de las garras de la muerte por la pérdida de sangre. A pesar de esto, Obregón seguiría en la lucha y finalmente el ejército villista sería vencido. El doctor conservó el brazo y se lo dio a uno de sus cercanos quien se lo ofreció a su dueño original. Pero este solo dijo: haga con ella lo que se le antoje.

El brazo se lo quedó Francisco Roque Serrano y en una noche de juerga, sería robado de sus etílicas manos.

El brazo de Obregón sería exhibido hasta 1989 (Foto: Mediateca INAH)
El brazo de Obregón sería exhibido hasta 1989 (Foto: Mediateca INAH)

¡Y el brazo se perdió! Obregón llegó a la presidencia tras el asesinato de Carranza y asentó su poder en las nuevas élites posrevolucionarias de los años 20 con el apoyo de los militares triunfantes que escalaban en los escaños del poder. El caudillo nunca se mostró afligido por la pérdida y más adelante hasta bromeaba acerca del brazo: contaba que para encontrarlo, uno de sus oficiales lanzó una moneda y el brazo la atrapó.

Obregón murió en 1928 a manos de León Toral, un religioso que fue tomado como un guerrero cristiano. Había un restaurante en el que Obregón se encontraba comiendo junto con otros militares en la Bombilla, que era al aire libre, cuando llegó Toral y le disparó varias veces.

Un día Osornio, el medico que lo amputó encontraría el brazo en un prostíbulo en avenida Insurgentes, donde era exhibido dentro del lupanar. El médico lo robó a una prostituta y se lo entregó a Aarón Sáenz en 1935. Este último convenció a Lázaro Cárdenas de construir un monumento en su nombre en el mismo lugar que fue asesinado: en el parque de la Bombilla.

El brazo sería exhibido durante décadas hasta que en 1989 sería incinerado y devuelto a la familia de Obregón quienes le dieron sepultura y fue reemplazado por una escultura de bronce de la mano.

Álvaro Obregón sería retratado como la figura obscura del Caudillo en la novela de Martín Luis Guzmán (Foto: Memoria Política de México)
Álvaro Obregón sería retratado como la figura obscura del Caudillo en la novela de Martín Luis Guzmán (Foto: Memoria Política de México)

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