El presidente ucraniano Volodimir Zelensky visitó este lunes Bucha, pequeña ciudad a unos 50 kilómetros de Kiev recientemente recuperada por las tropas ucranianas y donde el ejército ruso está acusado de haber cometido una “masacre” contra la población civil. “Ustedes ven lo que pasa cada día cuando nuestros combatientes entrar y recuperan territorios”, declaró Zelenski a medios, entre ellos la AFP, vestido con chaleco antibalas y acompañado de militares ucranianos, en una calle de la ciudad devastada por los combates.
Zelenski habló a la prensa durante una visita a esta ciudad recuperada a las tropas ocupantes rusas. “Son crímenes de guerra y serán reconocidos como genocidio”, declaró. El presidente ucraniano mencionó a “miles de personas asesinadas y torturadas, con extremidades cortadas, mujeres violadas y niños asesinados”.
Ucrania acusa al ejército ruso, que invadió el país, de cometer una “masacre” en Bucha, al noroeste de Kiev. El ejército ruso ocupó Bucha desde el 27 de febrero y durante más de un mes, no se pudo acceder a la localidad. El sábado, la AFP vio los cadáveres de al menos 22 personas vestidas de civil en las calles de Bucha, entre ellos cuerpos al lado de una bicicleta o con bolsas de compra a su lado. También vieron un cadáver con manos atadas en las espaldas.
No se pudo determinar de inmediato la causa de las muertes, aunque dos personas presentaban una gran herida en la cabeza. Según el alcalde de la ciudad, Anatoly Fedoruk, cerca de 300 personas fueron enterradas en “fosas comunas” a Bucha. Las imágenes publicadas desde Bucha provocaron una oleada de condenas internacionales, acompañadas de promesas de nuevas sanciones hacia Rusia.
En tanto, Moscú niega haber matado a civiles en Bucha pese a las evidencias que recorren el planeta. El Kremlin aseguró que los expertos del Ministerio ruso de Defensa descubrieron señales de “falsificaciones de los videos”. Ayer, uno de ellos había dicho que un cadáver se movía: luego se descubrió que se trataba del reflejo lumínico de un vehículo.
Los crímenes de Bucha
Los asesinatos de civiles perpetrados en Bucha por las fuerzas de Putin arrojan aún más dudas sobre la naturaleza de la modernización militar de Rusia, revelan “una falla de liderazgo en todos los niveles” y será contraproducente para los planes de Vladimir Putin, aseguró este lunes la revista The Economist en una extensa crónica sobre la masacre.
“Durante semanas de combates, las tropas rusas en el territorio alrededor de Kiev han sido golpeadas por las fuerzas ucranianas. Cuando se retiraron de las granjas y los suburbios emergentes como Bucha e Irpin, dejaron atrás los restos de tanques y vehículos blindados, así como el botín que no pudieron llevarse con ellos. Pero los rusos también dejaron evidencia de ejecuciones sumarias y asesinatos al azar, crímenes de guerra en una escala terrible”, escribió la influyente publicación británica.
Según The Economist, la matanza, que según la fiscal general de Ucrania dejó al menos 410 civiles muertos, evidencia el atraso de las tropas del Kremlin, contradiciendo la narrativa rusa sobre una supuesta modernización del ejército.
“En la década de 1990, las fuerzas armadas del país eran un desastre postsoviético, carentes de recursos, acosadas por la corrupción e infectadas por la intimidación. Los reclutas todavía eran despojados de la dignidad y abusados. Se suponía que eso había cambiado después de años de reforma después de la guerra ruso-georgiana de 2008. El tamaño del ejército se redujo y contenía más soldados profesionales”, escribió la influyente publicación británica. “Nada de ese supuesto progreso se vio el 3 de abril en Bucha, en las afueras del noroeste de Kiev”.
(Con información de AFP y agencias).-
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