Cristina Pedroche y sus cinco vestidos más impactantes en las Campanadas: del 'destape' lencero a la ninfa del agua

Cada fin de año, la presentadora española revoluciona la noche con atuendos inesperados y simbólicos, generando tendencia y debate social por su capacidad para unir espectáculo, feminismo y sostenibilidad en cada uno de sus estilismos en televisión

Guardar

La propuesta visual de Cristina Pedroche para las Campanadas en 2025 incluyó un atuendo que integraba simbología relacionada a la maternidad, donde el corsé y la falda reflejaban referencias a la leche materna y resaltaban un enfoque sobre nutrición y cuidado, describió El País. Este salto conceptual representa una transformación en las elecciones estilísticas de la presentadora, quien, durante más de una década, ha renovado la tradición televisiva de Nochevieja en España con cada emisión.

Desde 2014, Pedroche ha convertido sus apariciones en las Campanadas en Antena 3 en un momento mediático cuya expectación rivaliza con el propio rito de comer las uvas de medianoche, reportó El País. La evolución de sus atuendos ha abarcado desde propuestas con transparencias y detalles lenceros hasta diseños sostenibles y conceptuales, muchas veces cargados de mensaje social y artístico. El medio destacó que el denominador común de sus looks ha sido la ruptura deliberada con el protocolo habitual de la noche, empleando la moda como herramienta para estimular el debate público sobre feminismo, cuerpo y sostenibilidad.

El primer hito dentro de esta sucesión ocurrió en 2014, cuando Cristina Pedroche apareció en La Sexta con el conocido vestido Medusa de Charo Ruiz Ibiza, descrito como un diseño negro lencero confeccionado con encaje y transparencias. Según El País, ese look, considerado rompedor por su capacidad de desafiar los códigos convencionales de la retransmisión de Fin de Año, provocó debates encendidos acerca de la representación del cuerpo femenino en televisión. Aquel estreno televisivo marcó el inicio de la llamada “tradición Pedroche”, basada en la búsqueda de impacto y la reivindicación de autonomía personal a través del vestuario.

El fenómeno en torno a sus elecciones fue rápidamente intensificándose. Ya en la siguiente Nochevieja, la presentadora cruzó a la cadena Antena 3 y sorprendió con un vestido de Pronovias adornado con más de 20.300 cristales cuidadosamente cosidos a mano en una labor de unas 350 horas. El diseño, de corte sirena y elaborado en tul y organza metalizada, llevaba transparencias que, según recogió El País, contribuían a la percepción de que el vestido “mostraba más de lo que tapaba”. Aquella apuesta selló el vínculo entre la imagen de Pedroche y el despliegue de moda espectacular en la televisión festiva, convirtiéndose en un epicentro de comentarios y análisis en redes sociales y espacios de tertulia.

La edición de las Campanadas 2016-2017 vio un cambio hacia lo simbólico y lo artístico. La prenda seleccionada en esa oportunidad, creada nuevamente por Pronovias, consistió en un body-corsé confeccionado en terciopelo azul oscuro, repleto de estrellas plateadas y cadenas. Sobre ese conjunto se superponía una capa voluminosa de colores vivos, que fue retirada justo antes de las uvas para desvelar el vestido estrellado ante millones de espectadores, relató El País. El ritual de la “revelación” de Pedroche sumó un nuevo componente al espectáculo anual y acentuó la noción de que la moda se había convertido en parte integral del guion televisivo de la Nochevieja.

En la Nochevieja que marcó la transición de 2017 a 2018, Pedroche optó por un enfoque reivindicativo al lucir lo que múltiples medios denominaron el “vestido no vestido”. En aquel caso, la presentadora apareció inicialmente envuelta en un traje rojo y, pocos minutos antes de las campanadas, retiró esta capa para mostrar un mono confeccionado en encaje de chantilly, ajustado al cuerpo como una segunda piel. Según detalló El País, Pedroche defendió en ese momento el carácter “superfeminista” de su estilismo afirmando que: “Reivindica la libertad de vestirte como quieras”, trasladando al centro de la conversación nacional un debate sobre sexualidad, autonomía y protagonismo femenino en la televisión.

El perfil vanguardista y simbólico de los looks ha sido especialmente notorio en los años recientes. En la Nochevieja de 2023-2024, la presentadora apostó por un diseño conceptual inspirado en las ninfas del agua, que integraba materiales inusuales como agua, glicerina y gelatina. El Pais reportó que el objetivo de este vestuario era transmitir un mensaje ecológico sobre la importancia de los océanos y los ríos, subrayando el compromiso de Pedroche con la sostenibilidad ambiental mediante la elección de materiales y el subtexto del diseño. Ese giro hacia narrativas vinculadas a la naturaleza y la preservación del entorno demostró, según el citado medio, cómo la retransmisión festiva se había transformado en una plataforma para destacar causas sociales urgentes.

Para el ciclo de las Campanadas 2024-2025, la maternidad pasó a ocupar el núcleo temático de su estilismo, cuyo diseño integró simbología alusiva a la leche materna y enfatizó la dimensión emocional, motivando una reinterpretación sobre el rol de la mujer en el espacio televisivo, según volvió a detallar El País. Vestida con un conjunto voluminoso de tonalidades terrosas, Pedroche buscó expresar nociones de nutrición, cuerpo y cuidado, conectando así con su cambio personal al convertirse en madre. Los matices conceptuales y sentimentales pusieron de relieve una renovada orientación de sus estilismos hacia relatos más introspectivos y colectivos, superando la mera noción del espectáculo.

En términos globales, el medio subrayó que la presencia de Pedroche en las Campanadas ha redefinido la relación entre moda, feminismo y sostenibilidad en la televisión española. Sus propuestas no solo dictan tendencias y dividen opiniones, sino que han desplazado el mero desfile de moda para instaurar un formato de “moda narrativa”, donde cada elección se convierte en un vehículo de significado y diálogo social. La combinación de referencias artísticas, materiales de vanguardia y carga simbólica ha mantenido abierta la discusión pública sobre los límites de la creatividad, la autonomía y la responsabilidad ética dentro del entretenimiento televisivo.