El partido respaldado por la junta reivindica una amplia victoria en la primera fase de las elecciones

La formación vinculada a la cúpula castrense birmana asegura haber obtenido cerca del 80 % de los escaños en el inicio de los comicios, mientras persisten denuncias de represión y amplias zonas del país quedan fuera del proceso electoral

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El portavoz del Partido Unión Solidaridad y Desarrollo (USDP), Hla Thein, anunció que su formación habría logrado aproximadamente el 80 por ciento de los escaños en disputa durante la primera etapa de las elecciones generales de Birmania. De acuerdo con las declaraciones recogidas por el diario birmano The Irrawady y reproducidas por la agencia Europa Press, esa cifra equivaldría a cerca de 90 de los 102 asientos de la Cámara Baja que se eligieron el domingo, en la fase inicial de un proceso repartido en tres jornadas.

Según informó Europa Press, la comisión electoral todavía no ha publicado resultados oficiales, pero el USDP sostiene que su victoria es rotunda en las circunscripciones en las que se realizó la votación. Esta convocatoria electoral es la primera que se lleva a cabo en Birmania desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021, que derrocó al gobierno elegido en noviembre de 2020.

La votación solo incluyó 102 de las 303 circunscripciones electorales del país. El resto del proceso electoral continuará los días 11 y 25 de enero, conforme detalló Europa Press. Además, aproximadamente 65 circunscripciones no celebrarán elecciones en esta ocasión, como consecuencia de los combates entre el ejército birmano y numerosos grupos armados activos en distintas regiones. Esto ha impedido la participación de amplias zonas del país, donde la inseguridad y la violencia persisten.

El líder de la junta militar, Min Aung Hlaing, destacó en un mensaje difundido el domingo que las elecciones estarían destinadas a ser “libres y justas”. El responsable militar defendió la organización del proceso asegurando: “Están organizadas por el Ejército, así que no podemos permitir que nuestro nombre sea mancillado”, según reportó Europa Press. El proceso electoral, no obstante, se desarrolla en un contexto de fuertes denuncias por represión y enfrentamientos, en medio de una crisis abierta casi cinco años atrás tras el golpe militar.

Birmania permanece en una grave situación política y social desde la asonada perpetrada por las fuerzas armadas en febrero de 2021. Aquella intervención anuló los resultados de las elecciones generales celebradas en noviembre de 2020, en las que la Liga Nacional para la Democracia (LND), liderada por la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, había obtenido la victoria. Posteriormente, la junta militar aplicó nuevas normativas para el registro oficial de partidos y exigió su cumplimiento como condición para participar en futuros comicios.

El partido de Suu Kyi, que se negó a registrarse bajo las normas impuestas por la junta, fue disuelto y excluido del proceso. Esta circunstancia, junto al encarcelamiento de su líder bajo cargos que, según sus seguidores, constituyen una persecución política, ha favorecido el boicot de las elecciones por parte de la principal fuerza opositora y otros partidos rivales del USDP. Aung San Suu Kyi permanece en prisión, cumpliendo una sentencia de 27 años.

La organización del proceso electoral, bajo control de las autoridades castrenses, ha generado críticas y sospechas de parcialidad, mientras la comunidad internacional y diversos sectores nacionales continúan exigiendo garantías para la celebración de unos comicios verdaderamente representativos y participativos. El boicot de numerosos partidos, la exclusión de la LND y la imposibilidad de votar en grandes áreas del territorio a causa de los enfrentamientos afectan al alcance y legitimidad de estos resultados iniciales.

Tal como detalló Europa Press, el país vive una realidad en la que los enfrentamientos armados y la represión institucional determinan la agenda política diaria. El rechazo de las fuerzas opositoras a participar, así como las denuncias de manipulación y presión por parte de la junta, crean un contexto en el que la credibilidad democrática del proceso se encuentra en entredicho. Las próximas fases del proceso electoral ocurrirán en un ambiente marcado por la persistente crisis política, la exclusión de figuras clave de la política nacional y la incertidumbre sobre el futuro institucional de Birmania.