La ONU pide recaudar 750 millones de euros para 4,2 millones de haitianos que dependen de asistencia humanitaria

Según un comunicado difundido este jueves por Naciones Unidas, casi la mitad de la niñez reclutada por grupos armados en Haití representa un agravante en el contexto de desplazamientos forzados que ya afecta a cerca de 1,4 millones de personas. El organismo internacional alertó acerca del grave impacto que la combinación de violencia y hambre tiene sobre el país, y enfatizó la urgencia de recaudar 750 millones de euros, equivalentes a 880 millones de dólares, para asistir a los 4,2 millones de haitianos que dependen actualmente de ayuda humanitaria.

Tal como publicó la ONU, la situación de inseguridad alimentaria castiga ya a 5,7 millones de habitantes, superando la mitad de la población total. Esta condición coloca a Haití entre las naciones con crisis de hambre más agudizadas a nivel global. Las consecuencias se sienten tanto en zonas urbanas como rurales, con especial gravedad en los departamentos de Oeste, Centro y Artibonito, identificados en el documento oficial como epicentros de la emergencia debido a los frecuentes episodios de violencia y a la carencia de recursos básicos.

De acuerdo con el reporte de Naciones Unidas, la coordinadora humanitaria en Haití, Nicole Kouassi, solicitó a la comunidad internacional fortalecer la protección de la vida y la dignidad de los ciudadanos afectados. Kouassi subrayó en su intervención que la brutalidad ejercida por actores armados sigue generando desplazamientos masivos y la destrucción de viviendas, dificultando el acceso a bienes y servicios esenciales. El comunicado incluye un llamado especial a países y socios del sistema internacional, con el objetivo de sumar esfuerzos ante una situación que, según la funcionaria, “requiere una respuesta inmediata y coordinada”.

El informe recogido por la ONU destaca que la crisis haitiana ha superado la categoría de evento coyuntural, consolidándose como una condición estructural donde la inseguridad y las privaciones alimentarias se han vuelto parte rutinaria de la vida cotidiana para millones de personas. Analistas consultados por el organismo internacional describen un escenario en el que la emergencia alimentaria y la violencia conforman un ciclo persistente que dificulta la recuperación y profundiza la dependencia de la población de la ayuda exterior.

El plan presentado por Naciones Unidas apunta a reducir riesgos inmediatos y estabilizar a los hogares más afectados. Busca restaurar el acceso a servicios básicos y apoyar el restablecimiento de medios de vida en las regiones más castigadas. Según la información del organismo, los desplazamientos y el cierre de instalaciones esenciales han intensificado la vulnerabilidad de grandes sectores de la sociedad, incrementando la cantidad de personas que necesitan asistencia urgente para satisfacer necesidades elementales.

Naciones Unidas detalló que el acceso restringido a productos de primera necesidad se ha agravado por el avance de grupos armados, cuyo accionar ha obligado a decenas de miles de familias a abandonar sus hogares. Este fenómeno ha repercutido también en la provisión de atención médica, educación y servicios públicos, factores que, de acuerdo con la ONU, agravan las condiciones de vida y perpetúan el estado de emergencia.

Al referirse a los menores reclutados de forma forzada, Naciones Unidas advierte que representan hasta la mitad de quienes son incorporados a las filas de estos grupos armados, lo que incrementa el riesgo de exposición de la infancia a situaciones de abuso y se convierte en una dificultad adicional para revertir el deterioro del tejido social haitiano. La institución sostiene que la violencia generalizada ha provocado el cierre de escuelas, hospitales y centros de atención comunitaria, exacerbando las carencias y limitando las posibilidades de futuro para la población más joven.

El Consejo de Seguridad de la ONU, según consignó la propia organización, aprobó el 30 de septiembre una nueva misión internacional. Esta fuerza, denominada Fuerza de Represión de las Bandas, estará compuesta por 5.500 efectivos, entre militares y policías de diversas nacionalidades, bajo el liderazgo de Kenia. El despliegue reemplazará a la anterior Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, con el objetivo de reforzar la seguridad interna y contener la influencia de las pandillas.

Autoridades internacionales y el propio organismo consideran que la implementación de esta fuerza internacional constituye un paso relevante, aunque advierten que no resolverá los problemas estructurales de Haití asociados a la violencia y la pobreza. La persistencia de la inseguridad, el desempleo y la falta de presencia estatal han sido señaladas por la ONU como factores que contribuyen a mantener la dependencia de Haití respecto a la asistencia internacional.

Tal como detalló Naciones Unidas, el país ocupa actualmente el sexto lugar en el listado global de crisis alimentarias severas. Entre los factores causantes figuran el desplazamiento forzado de familias, la destrucción de viviendas, el reclutamiento de menores y la interrupción de servicios esenciales, elementos que en conjunto perpetúan el ciclo de emergencia para millones de haitianos.

En el mensaje dirigido a los países donantes y actores internacionales, Nicole Kouassi, vocera humanitaria de la ONU en Haití, insistió en la necesidad de asegurar que la esperanza permanezca viable para las futuras generaciones de haitianos. La declaración recomendó que la respuesta internacional se centre no solo en la inyección de recursos financieros, sino también en el reforzamiento de la cooperación multinacional para frenar el deterioro de la situación humanitaria en el país caribeño.